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Extremo sur: ¿por qué Chile se multiplicó por 3 y Argentina por 20?

domingo, 29 de julio de 2012

Camila Albertini G.
Economía y Negocios

Ambas zonas cuentan con regímenes especiales.

En los años 50, la cantidad de personas que vivían en el extremo sur de Chile y de Argentina no superaba el 1% de la población total de cada país. Varios años después, se les otorgó a la Región de Magallanes, por parte de Chile, y a la provincia de Tierra del Fuego, en Argentina, la categoría de Zonas Económicas Especiales (ZEE), para incentivar su crecimiento y desarrollo.

Hoy, la población trasandina en Tierra del Fuego ha aumentado más de 20 veces -partió con 6.200 personas en los 50 y ahora tiene 127.205- y registra un crecimiento económico promedio de 6,9% anual en los últimos cinco años. En Chile, no es la misma historia: de 55.206 personas en 1952, pasamos a 158.657, en 2010, según las proyecciones del INE; es decir, se triplicó, y el Índice de Actividad Económica Regional promedio entre 2007 y 2011 registró una variación negativa de 3,9%.

"Originalmente, ambos países tenían los mismos objetivos, pero el tema fundamental es que no fue aplicado de la misma forma. Argentina siempre incentivó la inversión en infraestructura", explica Álvaro Contreras, consejero regional de Tierra del Fuego, en Chile.

La Ley Navarino y la Ley Austral intentaron equilibrar esta situación en el país. La primera, que acoge a la Región de Magallanes y Antártica Chilena, exime del pago de impuestos -a la renta y de aduanas, entre otros- y entrega bonificación por contrato de personal. Pero a juicio de Contreras, el problema está en que el 25% del bien producido debe ser hecho con insumos nacionales. En el caso de la Ley Austral, para las Regiones de Aysén, de Magallanes y la Provincia de Palena y que se extendió hasta diciembre del año pasado, el objetivo era promover inversiones más grandes.

Invertir sobre mil o 1.500 UTM daba derecho a un crédito entre un 10% y un 40%, según la cantidad invertida. Las empresas suelen ocupar este crédito para pagar el Impuesto de Primera Categoría, que se puede utilizar hasta el año 2030.

En el caso de Argentina, está la Ley de Promoción Industrial para Tierra del Fuego, que "exime del pago de todo impuesto nacional que corresponda por hechos, actividades u operaciones que se realizaren en Tierra del Fuego, o por bienes existentes en ella", y a cambio, estos productos se deben vender en el mercado nacional. Una gran cantidad de empresas tecnológicas se han instalado para aprovechar estos beneficios, como Phillips, Toshiba y Dell. En Río Grande se fabrica el 40% de los notebooks del mercado nacional. Aunque no todos están dispuestos a "armar" sus productos en el país. iPhone, de hecho, se retiró del mercado al ser informado de estas condiciones.

A juicio del profesor de derecho tributario de la UDP y director de Tax & Legal de Deloitte, Hugo Hurtado, los beneficios tributarios que reciben las empresas, si no cuentan con la infraestructura y conectividad necesarias, pueden ser marginales. Alejandro Kusanovic, presidente de la CPC de Magallanes, asegura que la región simplemente no cuenta con la infraestructura necesaria para incentivar a las empresas, a diferencia de sus vecinos. "Ushuaia tiene aeropuerto, caminos, puertos y centro invernal para potenciar el turismo", recalca.

Para Juan Emilio Cheyre, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, estas condiciones producen barreras en la zona que no permiten generar un completo desarrollo, y de paso, trae el despoblamiento demográfico.

Como dato, Magallanes representa el 17% del territorio nacional, y tiene 1,2 habitantes por kilómetro cuadrado. Al otro extremo está la Región Metropolitana, que tiene un 2% del terreno chileno, y a 437 habitantes por kilómetro cuadrado.

Cambios a la ley
Desde el año 2000 que Contreras viene trabajando en una comisión para homologar la Ley Navarino con la Ley de Promoción Industrial de Argentina, en un intento por promover a la región. "Los resultados han sido mínimos o nulos. Hemos hablado con varios ministerios de Hacienda y son una muralla", dice.

En todo caso, los beneficios de las zonas francas se debilitan cada vez más. Anthony Pezzola, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Católica, explica: "están libres de aranceles, pero a nivel nacional, éstos igual van cayendo hasta desaparecer. Lo que más quedará será el beneficio tributario", comenta. Agrega que no tiene sentido producir en el país para el país. Entonces, la gran diferencia, concluye, se da en el modelo de gobierno, al ser Argentina una economía proteccionista, "pero Chile, con su economía abierta, no puede entregar esas ventajas".

Desde el país trasandino, Gonzalo de León, analista de la Cámara Argentina de Comercio, dice que estas políticas traen pros y contras. Lo positivo es la eventual incorporación de tecnología a la estructura productiva del país; lo negativo, "que los consumidores pagan un precio implícito, al acceder a bienes más caros que a nivel internacional", señala.

La experiencia de la industria textil en el sur
Uno de los rubros que tuvieron su boom en la zona fueron las empresas textiles. Muchas de Santiago llegaron al sur para aprovechar estos beneficios, pero no funcionó.

Raed Alarja, de la empresa Arja Textil en Santiago, estuvo en Porvenir entre 2005 y 2011, pero la falta de capacitación de los trabajadores y de conexión con el resto del país provocó el cierre de la planta. "Quise hacer inversión allá por los beneficios de la ley; pero había tantos problemas, que no quería más dolor de cabeza", cuenta.

Ese mismo año cerraron al menos otras cinco empresas textiles. Aunque empresarios del rubro, en general, señalan que la Ley Navarino ayuda, insisten en que el sur de Chile está en más de cinco décadas atrasado en comparación con su vecino.

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