domingo, 08 de julio de 2012
Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios
Farmacias tendrán seis meses desde aprobada la nueva normativa para adecuar sus políticas salariales.
El martes pasado, el Senado aprobó la nueva Ley de Fármacos que, entre otras cosas, obligará a las farmacias a disponer en sus estantes de todos los medicamentos del Formulario Nacional, lo que incluye 250 bioequivalentes. De ser ratificada en la Cámara, esta normativa permitirá a los consumidores reducir en un 30% su gasto en remedios, según estima el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Pero también podría haber damnificados, puesto que una vez que la ley entre en vigencia, se eliminarán algunas de las prácticas más polémicas de la industria farmacéutica: la comisión "canela", por ejemplo, que es el premio a vendedores de las farmacias por expender los productos más caros, y los incentivos que eventualmente pueden recibir médicos, como seminarios y viajes pagados por los laboratorios.
"Si en la Cámara de Diputados la ley es aprobada tal como está, todos estos incentivos quedan prohibidos", dice el secretario de Estado, con lo cual las farmacias estarán obligadas a repactar nuevas condiciones laborales con sus vendedores.
El artículo 100 del proyecto en trámite -Ley de Fármacos- establece que las farmacias estarán obligadas a pagar a sus vendedores un sueldo equivalente al promedio de lo que éstos ganaron en los meses previos a la entrada en vigencia de la nueva norma. Esto durante los seis meses siguientes a la aprobación de la ley, lapso en el cual, en paralelo, tendrán que acordar nuevas políticas salariales. "Queda absolutamente prohibida la comisión "canela", la que según estiman los trabajadores, es de $200 mil promedio mensual", señala Mañalich.
También se eliminará el pago de incentivos que los laboratorios puedan eventualmente entregar a los médicos para recetar determinados medicamentos: "No tenemos un estudio respecto a los seminarios y regalos a los médicos. Lo único que uno puede decir es que en la industria internacional este tema está extraordinariamente bien documentado. Si es que esta práctica no existe, como sostiene el presidente del Colegio Médico, bueno, nosotros preferimos prevenir para que estas prácticas no perjudiquen a los pacientes", dice el ministro.
La nueva normativa también incorpora cambios en materias comerciales. La publicidad directa de medicamentos con receta está prohibida, pero los laboratorios suelen saltar esta prohibición -dice el ministro- con un subterfugio que es dirigirse al honorable cuerpo médico a través de medios masivos y promover así el uso de determinado medicamento. La ley nueva señala que esa información sólo podrá entregarse a través de revistas especializadas y en congresos.
250 fármacos bioequivalentes
Una vez que la ley esté promulgada, la prescripción de fármacos tendrá que ser por el nombre genérico, independientemente de que el médico le diga al paciente que prefiere determinada marca. Además, el químico farmacéutico o el propio paciente podrán pedir en la farmacia la sustitución del remedio por el bioequivalente que considere más adecuado.
A fines de este año, las farmacias estarán obligadas a tener en sus estantes 250 medicamentos bioequivalentes -hoy son 65-, y hacia 2014, todos los medicamentos genéricos tendrán que estar acreditados por bioequivalencia.
Estimaciones del Ministerio de Salud dan cuenta de que sólo el 30% de los medicamentos que se venden en las farmacias son genéricos, lo que representa el 10% del gasto en medicinas.
Este volumen de genéricos es bajo en comparación con los países de la OCDE, en los que el consumo de genéricos es del orden del 60%: "Nosotros esperamos que el gasto de bolsillo, que es el más alto de la OCDE y es extraordinariamente regresivo, disminuya al menos un 30%", prevé. La entrega gratuita de medicamentos por parte del Estado a las personas que padecen alguna patología AUGE también ayuda a morigerar los precios de algunos fármacos. Durante el primer trimestre de 2012, Cenabast desembolsó $18.331 millones para proveer de medicamentos a sus pacientes. Si esos mismos medicamentos hubieran sido comprados a valor de mercado, dice el ministro, el desembolso habría sido de $27.488 millones.
