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La crisis también está acabando con los bares en Europa

viernes, 11 de mayo de 2012

Marcela Vélez A. Frankfurt, Alemania
Economía y Negocios

Eran un ritual obligado hasta hace tres años. Desde entonces, miles de establecimientos de copas, pubs y tabernas han cerrado sus puertas.

En la calle Hamburg Alle de la ciudad de Frankfurt solía estar el bar Moltke Stubb, por años, un punto de encuentro diario de no más de una decena de viejos clientes y uno que otro joven vecino del barrio de Bockenheim. La oferta inicial era la tradicional: cerveza local, un par de opciones de platos y pantallas de televisión para ver el partido de fútbol de turno.

Pero desde hace una semana, en el mismo establecimiento, cuelga un letrero anunciando que pronto abrirá una pizzería. "Es cierto que había poca gente. Usualmente no había más que diez personas tomando una cerveza y luego se iban", cuenta Frank Lüdorf, quien sólo fue una vez y nunca regresó por el olor a cerveza añeja y la nube de humo de los fumadores.

Los pubs solían ser una parada forzosa previo al regreso a casa. Una lager , un shop de Guinnes o de Pils, o un trago de alguna bebida más espirituosa era un ritual obligado a la salida del trabajo. Pero los bares y pubs europeos viven hoy su propia crisis. En Inglaterra, cada semana cierran doce establecimientos. Sólo en Irlanda se prevé que la caída de este sector provoque el despido de unas cinco mil personas este año. En España, el número de bares y restaurantes cayó el año pasado a 220 mil, su número más bajo desde 1997 y 12 mil menos que en 2010. Incluso en Alemania, el país con el mayor consumo per cápita de cerveza del mundo, hay 25% menos pubs que hace 10 años.

Encontrar hoy una taberna, como esas que quedaron registradas en las películas, con gente bebiendo en la barra, sin grandes lujos ni decoración, requiere un gran esfuerzo en ciudades como Hamburgo o Frankfurt, donde estos locales se han transformado en bares con música de moda, restaurantes, clubs o bistrós. A excepción de la ciudad de Berlín, donde la afluencia de turistas ha hecho que el número de pubs cerveceros prácticamente se duplique en la última década.

Aunque la tendencia a la baja en la concurrencia a los pubs en países como Inglaterra, Irlanda y Alemania comenzó a mediados de la década pasada, la reciente crisis fiscal europea ha intensificado el declive de esta industria, en las economías con mayores problemas. "Ha tenido un rol doble. Por una parte el poder adquisitivo de los consumidores ha caído en términos reales y al mismo tiempo los gobiernos se han visto tentados a aumentar los impuestos a las bebidas alcohólicas, pensando erróneamente que eso generará más ingresos fiscales", afirma David Wilson, director de asuntos públicos de la Asociación de Cervezas y Bares de Inglaterra.

Según un recuento elaborado por la Organización Europea de Alcoholes, en enero de este año en todos los países de la Unión Europea entraron en vigencia alzas de impuestos a las bebidas alcohólicas (exceptuando las cervezas de menos de 2,8° de alcohol) , a lo que suma los aumentos del IVA y otros insumos como la electricidad.

Por ejemplo, en Inglaterra, el impuesto escalonado a la cerveza ha hecho que el precio de ésta suba en 42% desde 2008.

En Irlanda, por impuestos y costos de operación, el precio promedio de un shop de Guiness es de 3,65 euros, casi tres veces a lo que cuesta una botella en el supermercado. Lo mismo pasa en Alemania, donde una cerveza local de 0,5 litros cuesta hasta 0,79 euros, mientras un shop en un bar ronda los 3,8 euros.

Wilson afirma que el consumo de cervezas en supermercados es el 49% del mercado inglés. Hasta tres años el consumo doméstico representaba un 44%.

"Hay una competencia desleal, porque hay otros ofertantes que no tienen ni las mismas regulaciones ni los mismos impuestos", afirma por su parte Ingrid Hatges, directora ejecutiva de la Asociación de Hoteles, restaurantes y establecimientos turísticos de Alemania.

La caída en las ventas y las crecientes regulaciones (impuestos, prohibición de fumar, horarios de cierre más tempranos) han hecho que esta industria sea cada vez menos atractiva, no sólo para los clientes, sino para los inversionistas. "Muchos cierran porque los dueños, cuando quieren retirarse, no encuentran quién se quede con el negocio", asegura Hatges.

¿Locales pasados de moda?
Pero el declive de los pubs no sólo se explica por un tema económico. Detrás se esconde un cambio en los hábitos de consumo y los rituales diarios de la gente. Alemania es la mejor muestra de esto. En el país con la economía más fuerte de Europa, los consumidores, especialmente los más jóvenes, están abandonando los pubs .

"Antes era casi obligatorio ir a una taberna por unas copas después de asistir a la iglesia o los trabajadores pasaban por una cerveza antes de ir a casa. Las tabernas eran lugares de encuentro social, pero todos esos rituales han cambiado", explica Ingrid Hartges, directora ejecutiva de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Establecimientos Turísticos.

Ahora la cerveza de la tarde es consumida en casa, frente al televisor.

"Las horas de trabajo son más largas y la gente ya no tiene el tiempo ni la disposición de ir a un bar; prefieren ir corriendo a su casa", afirma el sociólogo y experto en tendencias de consumo Horst Opaschowski. A esto se suma que los más jóvenes tienen, gracias a la tecnología, más puntos de encuentro social.

"Internet es el bar del siglo 21", sentencia.

El cambio de tendencia también se ve reflejado en las cifras de consumo.

Según datos al año 2011 de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, en los últimos cinco años el consumo de cerveza en este país europeo ha caído 7%. Pero en el mismo período se consumió un 7,5% más de vinos espumosos, mientras otros licores registraron un alza de 14%.

Esto se relaciona, explica Hartges, con el cambio de preferencias, pues los más jóvenes prefieren los clubs o discotecas, antes que los pubs y sus tradicionales jarros de cerveza.

En Inglaterra optan por dar un giro al negocio, en la víspera de los Juegos Olímpicos
Los pubs ingleses están cambiando su modelo de negocios para poder sobrevivir. Por ejemplo, tras 16 años de mantener The Sun and Dove en Londres, Mark Dodds se declaró en quiebra en octubre. Este año fundó The People Pub Partnertship (@PeoplesPubPtshp), que promueve que las personas, a modo de pequeños inversionistas, se conviertan en dueños de los pubs de su localidad. Bajo esta modalidad, por estos días tratan de salvar el pub Ivy League.

Otros dueños han optado por dar un giro a su negocio, impulsando la oferta gastronómica, para captar el creciente interés gourmet de los ingleses. Además, ante la baja del poder adquisitivo, los ingleses se están alejando de los restaurantes y buscan opciones más económicas para cenar. "La comida se ha convertido en un gran generador de ingresos, pues los pubs ofrecen un espacio asequible para las familias con ingresos ajustados", explica David Wilson, director de asuntos públicos de la Asociación de Cervezas y Bares de Inglaterra.

A este cambio se suman eventos promocionales en días de semana y tardes temáticas. Wilson es optimista y cree que este año una conjunción de eventos podrá salvar a miles de pubs a punto de cerrar, pues se espera que al país llegue gran cantidad de turistas por los Juegos Olímpicos y que también estos establecimientos se llenen durante las celebraciones del Jubileo por las Bodas de Diamante de la reina Isabel y la participación de la selección nacional de fútbol en el campeonato europeo.

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