La ley dice una cosa. Pero la realidad otra. Pese a que la normativa vigente exige que los chilenos afiliados a una isapre destinen el 7% de sus sueldos imponibles al pago de sus planes de salud, el pago efectivo alcanza -en promedio- el 9,5% del salario de los trabajadores.
En la práctica, estos 2,5 puntos porcentuales adicionales de pago equivalen a una incremento voluntario de 36% en el gasto fijo que se hace mes a mes en salud privada.
Además, esta "sobrecotización" no se da sólo en el sector privado. En Fonasa, el aporte promedio también bordea el 10% del sueldo imponible de sus afiliados, aunque con una salvedad: este 3% adicional es pago por subvención estatal, aclara el presidente de Masvida, Claudio Santander. "En la medida que la sociedad mejora sus ingresos económicos, consume más en salud, lo que se refleja en que a nivel país hoy se destine 8,9% del PIB a salud, mientras que antes era sólo 5%", agrega.
Actualmente, el 66% de los cotizantes dependientes del sistema paga más del 7% por su plan de salud.
A juicio de expertos, las razones por las que los chilenos pagan más de lo que se les exige legalmente, van más allá de la demanda. El ex superintendente de Isapres, Héctor Sánchez, sostiene que un factor clave es que el aumento de los costos de salud ha ido más rápido que el de los sueldos. Así, los montos de las cotizaciones de salud han crecido en torno a 6% anual, lo que está muy por sobre el incremento de las remuneraciones, sobre todo en la última década. Así, el 7% legal se ha vuelto cada vez más insuficiente para cubrir los costos de prestaciones de salud más desarrolladas, demandadas y, por tanto, más costosas.
En segundo lugar, está la tendencia de los adultos mayores a quedarse en su isapre, aunque sea a mayor costo. "La gente sabe que a futuro gastará más en salud que lo que paga hoy, y que no le conviene cambiarse a Fonasa ni quedar expuesto al análisis de riesgo en otra entidad. Por otro lado, como la legislación ha definido un techo para el aumento del precio, la gente esta menos dispuesta a cambiarse y eso está demostrado en que la tasa de envejecimiento de la cartera de afiliados de isapres es muy superior a la del envejecimiento medio del país", explica Sánchez.
Entre 1990 y 2011, el monto de ingresos que las isapres obtuvieron por concepto de cotizaciones voluntarias pasó del 9% al 30% de las cotizaciones totales (obligatorias más voluntarias), llegando a los $400 mil millones, según cifras de la Superintendencia de Salud.
El gerente general de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, explica que treinta años sin cambio a la tasa de cotización es bastante, sobre todo considerando que en la mayoría de los países se cotiza sobre el 12%.
Sin embargo, un eventual ajuste a la tasa de cotización en salud no ha sido discutido por la industria ni por la autoridad.
En la misma línea, Santander afirma que la cotización legal debe reflejar lo que vale realmente la salud. "Esto es 10,38% en el caso de Fonasa y no el 7% actual", comenta. en isapres, el precio del plan lo fija el mercado, y eso puede implicar mayores pagos.
Sobre eventuales alzas a las cotizaciones voluntarias, tras las reformas que hoy se discuten, Caviedes recuerda que fue la propia Dirección de Presupuesto la que reconoció que 1,5 millones de afiliados se verían afectados por la tarifa plana, pudiendo ver elevados sus costos. "Supongo que operará la competencia y algún fenómeno para minimizar el efecto, pero al final siempre alguien paga la cuenta", dice.