La cifra de desempleo que registró Chile en 2011 (7,1%) es una de las más bajas de los últimos años y los analistas lo ven como el reflejo de un mercado laboral dinámico. Pero un análisis más detallado y en comparación con las que muestran los países desarrollados da otra perspectiva.
Pocos chilenos forman parte del mercado laboral, la calidad de los empleos sigue siendo menor a la de los miembros de la OCDE y los tipos de contrato siguen muy lejos de aquellos de los países desarrollados. Aunque en empleo juvenil Chile está mejor posicionado que varios europeos. Aun cuando el mercado del trabajo ha generado miles de empleos en los últimos dos años, los chilenos que están efectivamente en el mercado laboral no han aumentado. La participación laboral -considerada como el número de personas ocupadas o desocupadas en relación a la población de 15 años o más- llega sólo al 59,7% en Chile. La segunda tasa más baja entre los países de la OCDE, después de Turquía. Un reflejo de la alta inactividad en el mercado laboral, que pese al dinamismo mostrado en 2011 no logra motivar el ingreso de más personas. Durante el año pasado, la tasa de participación subió 4 décimas.
En comparación con los países más desarrollados, la diferencia es grande. Islandia lidera el listado OCDE con un 89%, seguido por Suiza (84,6%), Japón (81,6%) y Suecia (81,3%). Y muy por debajo del promedio de los países de la organización.
Ese grupo está compuesto principalmente por inactivos, dueñas de casa, estudiantes y jubilados. Pero según Gonzalo Durán, de la Fundación Sol, que se especializa en estudios del mercado laboral, también incluye a aquellos que la OCDE llama "desempleados ocultos". "Son los que se aburrieron de buscar trabajo y se quedan en su casa, pero quieren trabajar y aceptarían una oferta si les llega. Son 109.625", explica el economista.
La cifra también está determinada por la baja participación femenina: según la última encuesta Casen llega al 42,3%, aunque con el aumento de las mujeres ocupadas en 2011 llegaría a 47,8%, una de las más bajas de la OCDE.
María Angélica Zulic, gerenta general de Laborum, afirma: "El tema familiar es muy fuerte. Y no hay disposición del empresariado a recibir en media jornada a las mujeres. La legislación lo permite, pero no se aprovecha".
De hecho, la misma OCDE, en su último informe sobre Chile, asegura que "se necesita más asistencia para pobres, mujeres y jóvenes" que aún no se incorporan al mundo del trabajo, con esfuerzos enfocados en aliviar el rol maternal.
Calidad de los empleos
Otro de los indicadores en los que Chile no queda en buen pie frente a sus socios es el de la calidad de los trabajos. Si bien los asalariados -aquellos que trabajan para un empleador privado o público- crecieron un 5,0% en los últimos 12 meses, el porcentaje del total de personas trabajando sigue siendo mucho más bajo que los miembros OCDE.
En Chile, el 69% de los ocupados es dependiente, mientras que en países desarrollados el nivel es mucho mayor: 93% en Estados Unidos, 92% en Noruega, 88% en Francia y 83% en España. Mayor preponderancia de los empleados frente al rol de los trabajadores a cuenta propia o independientes, que por lo general tienen condiciones laborales más precarias y mayor inestabilidad.
"El problema tiene que ver con el tipo del empleo. Hay personas que están consideradas ocupadas por trabajar un par de horas en la semana de referencia. Y para la OIT es un signo de precariedad", explica Gonzalo Durán, de Fundación Sol.