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Golpeados por la crisis, profesionales españoles migran a Chile

domingo, 04 de diciembre de 2011

Marcela Vélez A.
Economía y Negocios

Tienen posgrados en áreas científicas, pero no los llaman ni para entrevistarlos. Tras dos años en crisis, miles de españoles han decidido migrar.

David estudió Biología y decidió especializarse en el área de energías renovables. Pero no trabaja desde febrero, aunque ha buscado empleo... cualquier empleo. Pasa sus días haciendo cursos que son parte de los requisitos para recibir el subsidio al "paro". Además, David nunca ha tenido un contrato formal de trabajo.

David no es un personaje ficticio. Su nombre completo es David Miguel Muñoz, tiene 30 años, vive en Fuenlabrada, cerca de Madrid, y su currículum es uno más de los que ingresan cada día a la bolsa de trabajo de la Cámara Española de Comercio de Chile (Camacoes). Porque, tal como lo hicieron sus antepasados, David está decidido a migrar. Y al igual que otros ocho mil españoles lo han hecho en los últimos dos años, su destino es Chile.

Según el Instituto de Estadística de España, los residentes en Chile pasaron de 27.529 en 2009 a 35.925 a octubre pasado. Sólo el año pasado, el número de españoles inscritos como residentes en la embajada aumentó 20% (ver infografía).

Lo mismo sucede con las visas de trabajo. Los datos entregados por Extranjería revelan que entre enero y octubre de este año las residencias sujetas a contrato entregadas a ciudadanos españoles suman 464. La cifra supera en 19,5% a las 388 que se entregaron en todo 2010.

La profunda crisis económica que enfrenta España, que en diciembre podría completar su tercer año en recesión, está llevando a profesionales españoles a migrar. Salarios competitivos respecto al costo de vida y opciones laborales hacen de Chile y Brasil los destinos favoritos de los españoles que buscan escapar de una tasa de desempleo que en octubre alcanzó el 21,5%, un total de cinco millones de personas.

"Hasta hace tres años era raro recibir consultas voluntarias para colocación en empresas locales. Pero en el último año se ha notado con fuerza el deseo de profesionales europeos de venir a Chile y el 65% de ellos son españoles. Al menos tenemos cuatro consultas al mes", afirma Eduardo Antunovic, socio de la consultora y head hunter CTP Partners.

Los problemas para España comenzaron en 2008. La crisis subprime estadounidense coincidió con el fin de la burbuja inmobiliaria que se gestaba desde antes. "El ladrillo", como se denomina coloquialmente al sector inmobiliario en ese país, era el principal motor de la economía. El colapso del sector ha llevado a que, desde entonces, alrededor de dos millones de personas perdieran sus empleos.

El panorama en el corto plazo no es auspicioso. España sufre la presión de los mercados, que llevó a que recientemente su riesgo país llegara a niveles récord. Los inversionistas han perdido la confianza en que el país pueda hacer los ajustes necesarios para controlar su déficit fiscal y reducir su deuda pública, que alcanza el 67% del PIB.

La crisis de deuda fue disparada por Grecia (que ya ha recibido dos salvatajes de la Unión Europea) y contagió a otros países periféricos de la Zona Euro como Irlanda y Portugal y recientemente a Italia. En el caso de España, la crisis además reveló una economía poco productiva y con problemas estructurales para impulsar el crecimiento.

De ahí que no sólo profesionales estén buscando emigrar, sino que también pequeños y medianos empresarios. En la Camacoes confirman que las misiones comerciales han aumentado este año en 30%, al igual que las consultas de comercio exterior. Cristina Montero, de la Cámara, afirma que si antes en una misión comercial llegaban cuatro pymes ahora en cada visita llegan nueve o
doce empresas.

No hay dinero para las universidades... casi ni para fotocopias
Tiene 13 libros publicados y ganó este año el premio de ensayo Anagrama. El filósofo y académico español Vicente Serrano decidió este año dejar las aulas de la Universidad Complutense de Madrid y migrar a Chile.

Llegó en marzo, tras postular en un concurso público, a la Universidad Austral, donde dice estar ahora "totalmente comprometido". "Si uno no encuentra las condiciones óptimas para trabajar en su país, pues se mueve. Y al moverme, Chile era un país que yo tenía en cuenta, sobre otros", cuenta este académico desde su oficina en Valdivia.

Serrano participó en el concurso público, junto a otro académico español y un italiano. "Hoy mismo me ha contactado un colega que quiere postular a otra universidad en Santiago, hace mes y medio también. Es gente con mucha formación, doctores, científicos, que han hecho carrera en el área de investigación, y bueno, en España tradicionalmente no se los ha cuidado mucho y a eso le sumamos la crisis, que ha provocado que se congelen los salarios y se han eliminado las partidas para investigación. Por eso creo que la huida de españoles, al menos en esta área, va a seguir incrementándose", cuenta.

Chile no sería el único destino de los científicos y académicos españoles. En una reciente visita a Brasil, Serrano confirmó que también es uno de los destinos favoritos. Al igual que Chile, se trata de países donde hay un interés por impulsar el trabajo científico y los salarios "son razonables".

Según Serrano, la situación en su país se ha deteriorado con mayor fuerza en el último año: "Cuando me fui en marzo las cosas ya estaban mal, ya se habían tomado medidas como el congelamiento de salarios, pero por la información que me llega ahora no hay dinero para las universidades, de hecho hay un plan de reducción del número de universidades... me dicen que no hay dinero casi ni para fotocopias".
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El calvario de la generación perdida
Alberto Lobo Braña tiene 32 años. Un máster en energía renovables, desde 2008 ha hecho prácticamente un curso de especialización por año y en su currículum dice hablar a nivel medio y avanzado tres idiomas. Pero Alberto Lobo está en paro desde hace cinco meses. No es de extrañarse. Según las últimas cifras a octubre, el 49% de los jóvenes españoles (menores de 35 años) están desempleados.

"Todos con quienes he consultado mi decisión de migrar me apoyan y me entienden. Tengo amigos que han estado intermitentes desde 2008 y que por ahora están trabajando y tengo amigos que están en mi misma situación y que se están planteando migrar también", relata.

Se trata también, dice Alberto, de profesionales con estudios de posgrado. Ellos son parte de lo que en España se llama ahora la generación perdida.
A sus 30 años, David Miguel Muñoz grafica muy bien por qué los llaman así: "Somos chavales que hemos acabado nuestros estudios justo cuando empezaba la crisis, que no nos hemos podido colocar en ningún trabajo y que cuando acabe la crisis quizás seamos demasiado mayores y sin experiencia laboral.

Cuando acabe la crisis la posta pasará a los recién licenciados, nadie se acordará de mi generación, posiblemente la mejor preparada de la historia de España, ya que al no tener trabajo nos hemos dedicado a seguir estudiando, pero una generación perdida laboralmente hablando".

En la Cámara Española de Comercio en Chile ingresan al menos un currículo diario a su bolsa de trabajo y es fácil identificar en ellos los rasgos de esta generación perdida. Ahí está el caso de Jesús Arilla, de 41 años, un máster en biotecnología cuyo último trabajo fue como profesor en un colegio y que está en paro desde febrero de 2009.

"El problema es que no hay trabajo, ya ni siquiera tengo entrevistas", explica Alberto desde la ciudad asturiana de Oviedo, con un tono de voz mezcla de resignación, enojo y resentimiento.

También está la sensación de fracaso. "Cuando te das cuenta de que no hay trabajo en lo tuyo, ni en cosas más genéricas del área administrativa, empiezas a echar currículum de vendedor para cualquier tienda, los mismos que echaba cuando era adolescente, sólo que ahora lo hago con 30 años, una carrera, múltiples cursos y la sensación de que algo falla si mi única salida es trabajar de vendedor en una frutería", sentencia David.
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Spencer Stuart: Todos los días recibimos correos de chilenos que quieren volver
Todos los días en la consultora Spencer Stuart reciben al menos un correo electrónico de un chileno que está en España y quiere volver. José Luis Barroilhet, gerente de la firma en Chile, explica que se trata de profesionales de entre 30 y 40 años, que pensaron hacer carrera afuera. "Es gente que no ve una solución a la crisis. Es muy triste cuando un migrante pierde la fe en el país", sostiene.

El chileno Cristóbal Ruiz-Esquide es uno de los que han perdido la fe. A sus 41 años, este sociólogo que se dedica a la investigación de mercados, decidió volver al país tras 21 años fuera, casi todos en España: "Las razones son obvias. Han hundido a Europa, te diría que al menos por los próximos 25 años".
Cristóbal culpa a la gestión del Partido Socialista y a la implementación de una sociedad "sin castigos", basada en subsidios, que califica como indiscriminados.

-¿Cómo ha cambiado España?
"Se ha podrido todo. Las relaciones interpersonales, empresariales, etc., son propias de una situación posnuclear; y así, poco o nada se puede construir".

-¿Ves salida en el mediano plazo?
"Las estimaciones optimistas dicen que los coletazos de la administración socialista de (José Luis Rodríguez) Zapatero se sentirán por dos años más".

-¿Volverías a España en el futuro?
"Amo a España, igual que amo a Chile, pero pensar en regresar a un país gobernado por el Partido Socialista me produce mareos y sudores fríos".
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