lunes, 11 de julio de 2011
Bernardita Aguirre Pascal
Economía y Negocios
Las obras las realiza el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), integrado por uniformados y civiles, el que construye obras como caminos y puentes en zonas extremas del país.
En lugares alejados del país, en donde los privados no se internan o no pueden llegar por los altos costos logísticos, actúa el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) del Ejército. Su obra más emblemática es la Carretera Austral, que junto a sus ramales suma 1.200 kilómetros de caminos construidos por este equipo, equivalente a una distancia como la que hay entre Los Vilos y Puerto Montt.
Actualmente están terminando la vía entre Pascua y Punta Pisagua, último tramo continental de esta carretera. Según explican en el CMT, su trabajo en estas obras en zonas extremas implica abaratar al menos en un tercio los gastos en que incurriría el Estado si la misma obra fuera entregada a privados.
"Tenemos gastos que se efectúan con el patrocinio del Ejército, como el costo de mano de obra, que es solventado en cerca del 65% por el Ejército", explica el comandante de ingenieros coronel Luis Rojas, jefe del CMT, quien agrega que la entidad dispone de la maquinaria necesaria y sabe optimizar los gastos.
Las carreteras que construyen son definidas por mandato presidencial y solicitados por el Ministerio de Obras Públicas, sin licitación previa. Hoy ejecuta obras en cinco caminos que suman 60 km, en Arica, Osorno, Coyhaique y Punta Arenas, y cuya inversión totaliza $4 mil millones.
El CMT depende del Comando de Ingenieros del Ejército y lo conforman 500 personas (200 civiles, como ingenieros y trabajadores especializados, y 300 militares). En el grupo hay oficiales, desde coroneles hasta subtenientes, además de suboficiales y soldados.
Los paisajes donde trabajan parecen sacados de película. Ahí viven en campamentos aislados en donde a veces sólo tienen teléfono satelital para comunicarse. Con turnos de 20 por 10 días, su labor a veces se hace más complicada por los climas adversos que enfrentan. El CMT suma 41 mártires en sus cerca de 60 años de historia; sin embargo, su tasa de accidentalidad es bastante menor a la de otros sectores, como Transportes y Telecomunicaciones, Construcción y Minería.
