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Los millonarios negocios que desaparecen o se verían afectados por la nueva Ley del Tabaco

jueves, 02 de junio de 2011

Mario Riveros M.
Economía y Negocios

En el caso del cigarrillo electrónico, sólo las tres empresas que lo comercializan en el país mueven más de US$ 3 millones por año.

El martes pasado es un día que difícilmente olvidarán todos aquellos que, directa o indirectamente, trabajan en industrias "satélites" a la de los cigarrillos.

Ese día, el Gobierno envió al Congreso el proyecto de Ley del Tabaco que prohíbe fumar en lugares públicos, así como la venta y distribución de productos preparados de tabaco, prohibiendo, entre ellos, los cigarrillos electrónicos y chicles de nicotina.

Con una legislación como esta, explica Roberto del Águila, consultor de la Organización Mundial de la Salud en Chile, nuestro país se pone en la vanguardia de la legislación mundial, pero, además, le cierra el mercado a una serie de productos y pone altas exigencias a otros.

Cigarrillos electrónicos en riesgo
La industria que más se siente afectada es la de los cigarrillos electrónicos, un sector que los comercializadores del producto en Chile definen como "sustituto" del tabaco y que, dicen, ya ha sido fuertemente castigado desde fines del año pasado, cuando el Instituto de Salud Pública comenzó a tratar las recargas con nicotina de este cigarrillo como productos farmacéuticos, lo que en la práctica detuvo su venta (sólo se permiten las recargas que no contengan tabaco).

Según cuentan en el sector, antes de la restricción las ventas en Chile rondaba los US$10 millones por año; sin embargo, después de la norma, éstas se redujeron y hoy no superarían los US$3 millones anuales. De paso, bajó el número de competidores y sólo quedan tres empresas en el ruedo. Todo, según datos de la misma industria.

"Por eso es que nosotros comenzamos a buscar otros negocios y, si hoy me cierran el cigarrillo electrónico, tengo otros productos con los cuales seguir vendiendo", dice Pablo Sanz, de BioSmoke.

No es el caso de Claudio Hernández, de Esmoke, quien cuenta que en su empresa tratarán por todos los medios de revertir una norma que los discriminaría en relación, por ejemplo, a los cigarros tradicionales: "Si nos dicen que somos un producto con tabaco, que nos apliquen la ley al igual que a los cigarros, y que podamos vender igual que ellos", dice Hernández.

Guillermo Montero, gerente general de Freesmoke, por ejemplo, cuenta que lo que ellos venden es un vaporizador, que se carga con líquidos preparados y que, en su caso, no tienen nicotina por lo que la prohibición no debería incluirlos. Pero por ahora, todo es incertidumbre mientras no salga la ley.

Restaurantes con opiniones divididas
En el sector de restaurantes, en tanto, las opiniones están divididas. Uno de los grandes problemas, según la Asociación Chilena de Gastronomía, es que las grandes inversiones que el sector tuvo que hacer en 2006 y 2007 para separar ambientes de fumadores y no fumadores -que el gremio estima en US$ 115 millones-, simplemente se perderán con esta nueva ley.

Al mirar la experiencia internacional, se observan distintas realidades. En Perú, por ejemplo, hace unos meses rige una norma igual de estricta que la propuesta por el Gobierno chileno. "Y no ha sido tan fuerte la caída, porque la gente termina acostumbrándose", dice desde Lima Fredy Gamarra, presidente de la Asociación Peruana de Hoteles, Restaurantes y Afines.

En ese país, cuenta Gamarra, lo más difícil ha sido el velar porque la norma se cumpla efectivamente en locales nocturnos, donde concurre mucha gente.

Esta opinión la comparte Aldo Salgado, administrador del bar restaurante Ópera Catedral, ubicado en el centro de Santiago, quien ve que al principio habrá problemas de adaptación. "Es un cambio cultural importante con el que tendremos que lidiar todos los días".

En el caso de España, las normas antitabaco sí han tenido efectos en las ventas de los restaurantes. Desde Madrid, José Luis Guerra, dirigente de la Federación Española de Hostelería, cuenta que la normativa agravó la crisis del sector -ya golpeado por la recesión que azotó España-, sobre todo en los locales que están destinados, más que a comer y a beber, a las "reuniones de personas".

Un local que en Chile se asocia a la conversación es El Parrón. Su administrador, Luis Aravena, señala que la ley, para ellos, es "nefasta, porque la mayoría de nuestros clientes de años, son fumadores que vienen acá a conversar. Si no se puede fumar, probablemente buscarán otro lugar o sus propias casas para hacer reuniones, y nosotros perdemos".

Tabaquerías y pastillas en la incertidumbre
Las tabaquerías por ahora están evaluando los posibles efectos, pero no descartan que con la nueva ley se pueda producir una merma en las ventas.

La norma que propuso el Gobierno, también busca prohibir los chicles y pastillas de nicotina (aunque deja fuera los parches). Al respecto, los laboratorios que fabrican o distribuyen estos productos en Chile por ahora desdramatizan la situación.

Una de las legislaciones más estrictas De aprobarse el proyecto de ley enviado el martes al Congreso tal como está, Chile quedaría con una de las legislaciones más estrictas en la materia a nivel mundial, cercana a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Según explica Roberto del Águila, consultor del organismo internacional, en América y en el mundo, en general, son muy pocos los países que tienen una legislación tan estricta como la que se propone nuestro país, lo que es positivo en la lucha contra el tabaquismo.

Además, cuenta el profesional, la legislación en el mundo contempla también la eliminación de chicles y pastillas de nicotina, pues inducen al consumo de cigarrillos, que es lo que se busca desincentivar con la legislación.

El tema, dice Del Águila, es que el marco normativo anterior -que es muy similar al vigente hoy en Chile- no permite cubrir en un 100% la seguridad de quienes no fuman, por lo que la mejor manera de proteger la salud de la población es haciendo que los espacios públicos sean totalmente libres de humo de cigarrillo.

"Incluso, en varias partes del mundo ya se ha comenzado a estudiar la posibilidad de prohibir cigarrillos electrónicos, pues tienen nicotina. Si no la tienen, entonces no son cigarrillos electrónicos, sino que simples vaporizadores, los que, en general, no están dentro de estas legislaciones", dice Del Águila.


¿Qué pasa con los mozos? Uno de los grandes afectados con el humo del cigarrillo son los mozos, que deben, aunque no fumen, trabajar en contacto con el humo de clientes fumadores. Aunque la ley chilena no regula esta situación, y por tanto cada local soluciona con su personal el tema, en otros países se ha prohibido el servicio en zonas de fumadores de restaurantes.

Incluso, en países europeos ha surgido el debate de qué hacer en aquellos hogares con servicio doméstico en donde sus moradores fumen.

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