domingo, 03 de abril de 2011
Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios
El ministro de Defensa, Andrés Allamand, fue categórico: "Hoy existe unanimidad en que el beneficio que favorece en calidad de montepiadas a las hijas solteras, no importando su edad, debe eliminarse".
Un beneficio militar que data de la Guerra del Pacífico está a punto de terminar: el Gobierno enviará durante este año un proyecto de ley que eliminará el montepío que reciben las hijas solteras de los militares, independientemente de su edad.
"El Mercurio" investigó cuánto gasta el fisco en el pago de estas pensiones, cuántas mujeres reciben los beneficios, cuántas se han sumado en los años recientes y cuáles son las ramas de la Defensa que más gastan en este polémico ítem.
Las cifras son inéditas y revelan una realidad sorprendente: El Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea gastan más de $681 mil millones anuales en pensiones y, de ese total, el 35% corresponde a montepío (viudas e hijas solteras). De esta cifra final, el 6,89% se lo llevan las hijas solteras.
Dicho de otro modo, las tres ramas de la Defensa nacional gastan anualmente $46.988 millones (unos US$93 millones) para financiar el montepío de 15.192 hijas de militares. El Ejército y la Armada tienen el mayor número de beneficiarias, con 6.500 cada rama. La Fuerza Aérea, en tanto, tiene sólo 1.900.
El sistema previsional de los militares beneficia a todas las viudas con un montepío equivalente al 100% de la pensión de los uniformados, mientras que las hijas obtienen el 75%.
En 2003, el gobierno del Presidente Ricardo Lagos presentó un proyecto para modificar esta política, logró el apoyo de los propios militares, pero la iniciativa fue rechazada por parlamentarios de la actual alianza gobernante.
Herencia de una guerra
Los montepíos para las hijas solteras comenzaron a aplicarse de manera semiinformal durante el mandato de Bernardo O"Hi-ggins, pero se institucionalizaron como política permanente tras la Guerra del Pacífico.
La idea era proteger a las miles de niñas cuyos padres murieron en combate. De eso han pasado 132 años de paz y, aunque parezca paradójico, todos los años se suman cientos de beneficiarias.
Entre 2005 y 2010 se agregaron 4.757 nuevas montepiadas, lo que implica un desembolso adicional para el fisco superior a los $1.260 millones al mes. El montepío promedio asciende a $265 mil y sólo lo pierden aquellas mujeres que se casan.
Esta cifra contrasta con la pensión promedio de los civiles, la que asciende a $172.608.
En el mismo período, sólo 1.588 de estas beneficiarias dejaron de recibir las pensiones. Es decir, por cada una que deja de constituir una carga para el fisco, se suman tres.
Pero hay otro dato que sorprende respecto del particular sistema de pensiones de las Fuerzas Armadas: pese a que en los ejércitos modernos las capacidades físicas pierden relevancia en comparación con las destrezas intelectuales de los potenciales combatientes, los militares chilenos se jubilan cada vez más jóvenes. Esto responde a la lógica piramidal de las FF.AA. y no necesariamente a la decisión voluntaria de los militares.
Si en 2005 la edad promedio de jubilación de los suboficiales de la Armada era de 51,55 años, en 2010 esa edad es de sólo 45,84 años. En el Ejército, la edad bajó de 54,52 años a 52,91 años y en la Fuerza Aérea pasó de 55,6 años a 51,24 años.
Entre los oficiales se observa una situación similar: en la Armada, la edad de jubilación bajó de 56,17 años a 48,4; en el Ejército cayó de 56,68 a 51,1 y sólo en la Fuerza Aérea se observa un fenómeno distinto: la edad promedio de jubilación se mantiene estable en 52 años.
Consultado por los resultados de esta investigación, el ministro de Defensa, Andrés Allamand, expresó que el Gobierno considera terminar con un conjunto de distorsiones del sistema previsional de las Fuerzas Armadas, pero aclara que no se trata de una modificación total.
"Hoy existe unanimidad en que el beneficio que favorece en calidad de montepiadas a las hijas solteras, no importando su edad, debe eliminarse. Tal beneficio será eliminado y hay unanimidad en ello", señaló.
En lo inmediato, el ministerio prepara dos proyectos: uno que será enviado este año para eliminar las distorsiones al sistema de pensiones y otro que se impulsará en 2012 y que abordará la modernización de la carrera militar.
Sistema de reparto
El creador del sistema de AFP, José Piñera, ha sido uno de los más decididos detractores del mecanismo previsional de los militares y desde los albores de los años 90 viene defendiendo la idea de modificar ese régimen especial de protección social.
En uno de sus papers publicado el 1996, el hermano del Presidente advirtió que este sistema obligaba al fisco a desembolsar unos US$900 millones al año y que esa cifra iría creciendo hasta colocar a estas instituciones en una situación de permanente antagonismo con las otras prioridades del presupuesto. Hoy, la previsión de los militares y de sus familias le cuesta al Estado US$1.300 millones al año.
En todo caso, en el Gobierno se descarta pasar a los militares al sistema de capitalización individual. Tal como aclara Allamand, "a la hora de pensar en una reforma al sistema previsional de las Fuerzas Armadas, hay que tener en cuenta los rasgos distintivos de la carrera militar: "De partida, tienen un solo posible empleador, que es el Estado".
