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Empresarios, ejecutivo y emprendedor del año recordaron su historia y agradecieron su premio

viernes, 25 de marzo de 2011

Equipo Economía y Negocios
Economía y Negocios

El menor de los Luksic, el gerente general corporativo de Falabella y el presidente de Sonda repasaron los momentos más importantes de sus exitosas carreras empresariales y personales.

Jean Paul Luksic: "Es necesario compartir con la sociedad nuestro desempeño y visión de futuro"
El encargado de hablar a nombre de los hermanos Andrónico, Guillermo y Jean Paul Luksic, fue éste último. Junto con agradecer a todas las personas que los han ayudado a materializar sus ideas y proyectos, el menor de los hombres de este clan recordó a su padre, Andrónico Luksic Abaroa. "Es particularmente a un hombre, a mi padre, a quien quisiéramos agradecer hoy, en primer lugar, por transmitirnos su pasión por hacer tantas cosas, por emprender, por abordar nuevos desafíos", dijo.

Como anécdota, añadió que el patriarca tenía la costumbre de reunirlos cada tarde alrededor de su cama para contarles su día. "Comentaba lo que había hecho, pero más que nada era para hablarnos de sus dilemas, de aquello que había que solucionar y cuáles podían ser los caminos para lograrlo. Siempre se preocupó de transmitirnos y de que entendiéramos que el mundo de los negocios es fascinante; él nos inculcó a mis hermanos y a mí las ganas de emprender y ser empresarios", dijo.

Al margen de la figura de su padre, el empresario también atribuyó los logros de sus empresas y de la familia al exitoso camino de crecimiento y desarrollo que adoptó Chile hace ya unas décadas y que es públicamente reconocido por los principales líderes mundiales. "Chile se tomó la tarea muy en serio, y en esa gran tarea son muchos, quizás miles, a los que habría que destacar. Como familia estamos agradecidos del país en el que nos tocó vivir y de los tiempos en que nos tocó emprender", aseguró. Destacó que para emprender es fundamental contar con reglas del juego estables y que, en ese sentido, Chile ha mantenido un modelo económico abierto al mundo, competitivo y globalizado.

"Contamos, por parte de nuestras autoridades, con un manejo macroeconómico responsable y una institucionalidad política que ha permitido sostener el desarrollo del país. Son esas certidumbres las que se traducen, por ejemplo, en algo tan concreto como la reputación externa y el investment grade que Chile tiene. Ello nos permite atraer los socios de calidad como los que tenemos y, también, acceder en óptimas condiciones al mercado de capitales externo", dijo.

El empresario precisó que las empresas del grupo -Antofagasta Minerals, Banco de Chile y CCU, por nombrar algunas- están comprometidas con los desafíos nacionales. "En nuestra familia sabemos que no basta con hacer las cosas bien, pagar nuestros impuestos y realizar el mejor esfuerzo técnico: hoy también es necesario compartir con la sociedad nuestro desempeño y nuestra visión de futuro. Nos interesa el desarrollo de Chile como empresarios, y también como ciudadanos y queremos contribuir cada vez más al crecimiento y la creación de valor de la sociedad donde vivimos".

El empresario también agradeció a todos los trabajadores de las empresas que conforman el holding de la familia así como a los otros premiados, su esposa e hijos.

"Quisiera decirles a todos quienes colaboran con nuestras empresas y a quienes vendrán en el futuro, que vienen nuevos tiempos, con otros desafíos y exigencias", concluyó.

Andrés Navarro: "Se debe despertar en los niños la curiosidad por emprender"
Al momento de dar su discurso, el presidente de Sonda se mostró muy emocionado por el premio, aprovechando la oportunidad para compartir con la audiencia algunas reflexiones. Recordó que a mediados de los años 60 tuvo la oportunidad de viajar a los Estados Unidos a cursar su último año de colegio, y que una de las cosas que más le impresionó fue la capacidad de ese país para usar la tecnología. "Era ampliamente usada en la empresa, instituciones y en los distintos ámbitos de la vida cotidiana. Me di cuenta de que era una herramienta determinante en la productividad y, por lo tanto, en el nivel de desarrollo que ese pueblo tenía. Además, pude comprobar a la vez que el uso de la tecnología contribuía a dignificar el trabajo del hombre", cuenta.

Navarro dijo a "El Mercurio", que a partir de esa experiencia, y dada su afición por las matemáticas y las ciencias, empezó a concebir la idea de hacer algo en ese campo. "Es así como, poco después de salir de la universidad, resolví emprender vuelo propio con algunos recursos de mi familia, con Copec como socio, y con el decidido apoyo de mi padre, a quien evoco con cariño en esta noche", expresó.

Comentó que su sueño era construir una empresa en el área de las tecnologías de la información, que sirviera de agente de cambio incorporando nuevas formas de hacer las cosas mediante el uso intensivo de las herramientas que proveían la electrónica digital y las comunicaciones. "Y no solo pensaba en Chile, sino en todo nuestro continente latinoamericano, siempre tan postergado. De ahí en adelante, la historia de Sonda es conocida", dijo.

Hoy, 36 años después de haber emprendido ese proyecto, dijo estar convencido de que una buena idea es importante para emprender un proyecto, pero no es lo más crítico. "El rol que juegan las personas en llevar las buenas ideas a la práctica, los equipos de trabajo que las ejecutan y los líderes que dirigen estos equipos son, a mi juicio, el factor más relevante para convertir una buena idea en un proyecto exitoso", sentenció.

Sobre el mismo punto, comentó que una buena idea sin un líder que la conduzca difícilmente funcionará y que, por el contrario, una idea no tan buena con seguridad saldrá adelante si cuenta con un gestor motivado.

"En esto del liderazgo, sobre lo cual tanto se ha escrito, creo que una frase que lo caracteriza sucinta y muy acertadamente, es aquella que dice que cuando un buen líder está, no se nota, pero cuando no está, sí se nota".

Un verdadero líder, según comentó anoche, no es quien busca aplausos para sí mismo sino que para el equipo que dirige, donde su sola presencia inspira, motiva y contagia.

El empresario también indicó que a la hora de emprender es imprescindible pensar en grande. "Las economías de escala en el mundo que nos ha tocado vivir son una barrera que debemos enfrentar y vencer, de lo contrario, los más grandes nos pasarán por encima", dijo.

Navarro también se refirió a cómo enfrentar el fracaso, una experiencia para la que todos, dijo, deben estar preparados.

"La resiliencia es una virtud que surge en nuestros momentos de debilidad. Cuando el mundo se nos viene abajo, la resiliencia nos hace sacar fuerzas de flaqueza y salir fortalecidos. Cuán importante es desarrollar esta virtud en los emprendedores", manifestó.

También señaló que se sentía muy feliz por el oficio que había escogido y que sin perjuicio de reconocer que el tema está en muchas agendas, creía que Chile requiere de muchos más emprendedores.

"Me gustaría que se despierte en los niños desde muy pequeños la curiosidad por emprender, y que entrenarlos en sus conceptos básicos sea parte de la formación escolar", dijo.

El empresario agradeció a todos quienes lo han acompañado en su camino empresarial y a su familia.

Juan Benavides: "Me doy cuenta de que he sido privilegiado"
Cuando supo del reconocimiento como Ejecutivo del año, confesó Juan Benavides, sintió una gran satisfacción e inmediatamente comenzó a mirar hacia atrás para recordar sus años de formación personal y profesional. "Me doy cuenta de que he sido privilegiado, tanto por las personas que me han acompañado como por todas las oportunidades que la vida me ha presentado", dijo.

En esa senda, señaló que son muchas las cosas que lo han marcado en la vida: el colegio Verbo Divino, que le entregó una formación integral y de alta exigencia, tanto en el aspecto académico como en lo valórico, donde el deporte ocupaba un lugar especial en su vida. "Dentro de mis mejores recuerdos está el haber formado parte en esos años de un gran equipo y me refiero a la selección de fútbol del colegio. Equipo temible, de grandes triunfos", señaló sacando sonrisas en la audiencia.

La Universidad Católica, donde estudió ingeniería comercial: fueron años en que tuvo que compatibilizar estudios y trabajo, y que le permitieron tener la base para integrar excelentes equipos y así aprender.

Pero más allá de su formación profesional, Juan Benavides recordó a sus padres como fuente de inspiración constante: su relación con el comercio no partió en Falabella, dijo, sino compitiendo con ella, de la mano de su madre, en una tienda en calle Estado. "Ella estudió arquitectura en la PUC, pero no ejerció su profesión. Se dedicó al comercio y tenía una tienda de ropa para mujeres en la calle Estado, a donde la acompañé muchas veces", recordó. "Estaba ahí donde había que estar, en el piso, detrás del mesón, atendiendo a sus clientes o con sus proveedores, regateando mejores condiciones de compra o plazos de pago (...) Esto ocurría en los años 60, ella en Estado y Falabella en Ahumada".

Su padre también fue uno de los pilares fundamentales de su vida. Contó que tras la muerte de su madre, su vida familiar cambió radicalmente y que fue su progenitor quien jugó un rol fundamental, inculcándoles valores y organizándolos para hacer funcionar la casa. "Para mí lo más trascendental fue lo que no nos dijo, su ejemplo de una persona con una resiliencia a toda prueba que ha sido hasta el día de hoy una gran guía en mi vida. Fue duro a veces, pero al final le estoy muy agradecido", dijo, tras el discurso, a "El Mercurio". El ejecutivo dedicó el premio a su señora -también ingeniero comercial de la PUC-, Angélica Jaramillo, a sus seis hijos, a los más de 80 mil colaboradores de Falabella, a Juan Cuneo y a Reinaldo Solari.

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