Becas por el 100% del arancel para aquellos que exhiban puntajes superiores a 600 puntos, programas de perfeccionamiento en el extranjero y una remuneración aumentada hasta en 30% para aquellos profesores que alcancen los mejores puntajes en la prueba Inicia, que es la que mide los conocimientos de los recién egresados. Con esta batería de incentivos, el Presidente Piñera pretende atraer a los estudiantes más talentosos a la carrera docente. Los profesores ganan un tercio menos que otros profesionales. Pero ese promedio esconde carreras que son peor remuneradas que la docencia. El Mercurio eligió aleatoriamente siete profesiones y, según el Observatorio Futuro Laboral, al quinto año de egresados los profesionales chilenos ganan los siguientes sueldos:
La condición actual de la educación chilena es tan desmedrada que todos los intentos por mejorarla son plausibles, según los expertos. Sin embargo, las propuestas no se hacen cargo de la segunda flaqueza más grave del sistema, que es la alta deserción de profesores.
De cada diez educadores, cuatro abandonan la docencia al quinto año de ejercicio, según un trabajo del académico del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Juan Pablo Valenzuela.
¿Qué explica esta alta tasa de abandono entre los educadores chilenos? El escaso espacio que tienen para aumentar sus remuneraciones -tocan techo muy rápido-, la nula dispersión salarial que existe entre buenos y malos maestros y el hecho de que la mayoría de los colegios (públicos y privados) pagan las horas de aula, pero no todo el tiempo que los maestros destinan a preparar sus clases.
Eso es lo que le ocurrió a Magdalena, quien hizo clases de lenguaje en dos de los colegios más exclusivos de Santiago y, durante sus últimos tres años de docencia, tenía un contrato de 17 horas de aula y cuatro de permanencia, que es el tiempo que los profesores destinan a revisar trabajos y a atender apoderados.
En la práctica, dedicaba mucho más de cuatro horas semanales a esas tareas, se llevaba trabajo a su casa y, naturalmente, pidió que el colegio remunerara de alguna manera esas horas. Como la negativa fue tajante, se fue a trabajar a la escuela de literatura de una universidad.
Sin premio
Los profesores chilenos que tienen jornadas de 44 horas pueden ganar $690 mil, cifra que es 30% inferior al promedio de otras profesiones. Sin embargo, por mucho que se esmeren es difícil que los docentes se despeguen del promedio, a diferencia de lo que ocurre en las profesiones liberales.
Según datos del Observatorio Futuro Laboral (Ministerio de Educación), al quinto año de egresado, un ingeniero civil en minas que está en el 10% mejor remunerado de su especialidad gana $5,1 millones, mientras que el promedio de esa profesión está en $2,8 millones.
En el caso de un profesor de castellano, en cambio, el 10% mejor remunerado ganará, como máximo, $250 mil más que el promedio.
Esto se debe a que el trabajo docente se inserta en empresas muy reguladas, dice Valenzuela.
Claro que este argumento sólo es aplicable plenamente para aquellos que se desempeñan en el sector municipal (bajo el alero del Estatuto Docente), puesto que los sostenedores de colegios particulares subvencionados y privados podrían definir mecanismos de incentivos similares a los de cualquier empresa. Y no necesariamente lo hacen.
De hecho, los colegios municipales pagan más que los particulares subvencionados por cada hora trabajada: $16.330 contra $14.624. Los privados tampoco hacen una gran diferencia y pagan, en promedio, $17.963.
Y hay otro dato revelador: entre 2005 y 2009, el salario por hora para los docentes de aula aumentó 10% en la educación municipal, 10% en la particular subvencionada y sólo 5% en la privada. Y entre los docentes directivos, la situación es más clara todavía. El salario subió 16% en el sector municipal, 10% en el particular subvencionado y no subió en el sistema privado.
Dinero y estabilidad
Los profesores ganan un 30% menos que otros profesionales por cada hora de trabajo. Sin embargo, a la hora de comparar los salarios mensuales esa diferencia se acentúa, puesto que la inmensa mayoría de los docentes no alcanza a totalizar 44 horas de trabajo semanal y la mayoría se mueve en torno a las 30 horas.
Esto se debe a que un número importante de profesores trabaja en varios colegios y, naturalmente, tienen lagunas horarias.
La gran diferencia está en dos de las comunas más ricas de Santiago, Vitacura y Providencia, donde un número mayor de docentes municipales tienen jornada completa. Además, existen decretos edilicios que permiten premiar a los mejores docentes muy por encima de los mínimos que establece el Mineduc.
En Vitacura, el salario base de los profesores municipales es de $700 mil. Sin embargo, la creación del Bono de Excelencia permite que, en promedio, ganen $1.140.000 y que los de mejor desempeño accedan a $1,4 millones, dice el director de Desarrollo, Michael Ecclefield.
"La mayoría de nuestros profesores tiene 44 horas de docencia, lo que les permite no tener que ir a otros colegios", dice.
Otro tanto ocurre en Ñuñoa, donde el Colegio República de Siria -municipal- logró pasar del lugar 284 al 86 en el ranking de la PSU en sólo tres años.
¿Cómo lo hizo? Con profesores de excelencia, más horas de clases e infraestructura basada en el soporte tecnológico.
En la vereda opuesta, un profesor municipal de Cerro Navia suele tener como máximo 38 horas semanales de clases -muchos tienen 30, según el Regional Metropolitano del Magisterio-, con lo cual pueden acceder a un salario de entre $367 mil y $558 mil mensuales.
Otro tanto ocurre en Pudahuel. "Con una carga de 36 horas, un profesor con 24 años de servicio recién gana $720.000", dice la profesora, Hilda Valdivia.
Más profesores, menos alumnos
Las propuestas del Presidente Piñera apuntan fundamentalmente a mejorar la calidad de la educación municipal, que es donde estudia el 30% de los niños chilenos. El 70% restante está en el sistema particular subvencionado y privado. Para este universo mayoritario, sin embargo, no hay propuestas específicas.
Lo más complejo de este escenario, dice el académico de la Universidad de Chile Juan Pablo Valenzuela es que la educación municipal es un mundo que tiende a retroceder, producto de la disminución de las tasas de natalidad y de las mejores condiciones económicas a las que están accediendo los chilenos.
Este año, por ejemplo, 22 colegios cerrarán sus puertas, situación inevitable si se piensa que la matrícula municipal cayó de 430.347 alumnos en 2009 a 403.436 sólo este año.
Pese a esto, hoy no existe ninguna restricción para que más jóvenes estudien pedagogía. Sólo el 10% de los futuros profesores ingresa a la universidad con más de 500 puntos en la PSU, y 50% estudia en universidades que no exigen puntaje mínimo.
30% bajo el promedio
Ingeniero agrícola: $554 mil
Arquitecto: $978 mil
Enfermera: $810 mil
Geólogo: $2,5 millones
Psicólogo: $872 mil.
Asistente Social: $475 mil
Derecho: $1,7 millones