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Eyzaguirre: “El Presidente ha tomado conciencia de que vive en un país con profundas inequidades”

domingo, 26 de septiembre de 2010

Camila Miranda y Alejandro Sáez
Economía y Negocios

Como concertacionista que es dice reconocer con hidalguía los aciertos del actual Gobierno. Pero advierte sobre otros aspectos que encuentra negativos: “La Alta Dirección Pública fue un avance y me da pena cómo ahora sistemáticamente se han estado cambiando a las personas”.




En los veranos en Estados Unidos, Nicolás Eyzaguirre recorre habitualmente en bicicleta los 10 kilométros que separan su casa, en Bethesda, de las oficinas del Fondo Monetario Internacional en Washington DC, donde ejerce como Director para el Hemisferio Occidental, uno de los cargos más altos de este organismo multilateral.

Pero a diferencia de lo que le ocurrió cuando se fue a estudiar a Harvard, hoy no se siente desconectado de Chile, del que en aquellos años sabía cuando aparecía una noticia en el New York Times. La tecnología ha cambiado y también las condiciones que se impuso para ir a radicarse por tercera vez en Estados Unidos. Conversó con Dominique Strauss-Kahn, el director gerente del FMI, para acordar que viajaría al menos una vez al mes a Chile para ver a sus hijos. Así que aunque en silencio —hace dos años que no daba una entrevista a un medio chileno— verlo en Santiago no es extraño.

Como ha sido siempre, él no tiene restricciones a la hora de hablar. Aunque separa sombreros claramente cuando es el Nicolás Eyzaguirre, persona natural, quien está dando una opinión y cuando lo hace como director del Fondo. En la mayor parte de esta conversación aborda temas que no son parte del mandato que tiene el FMI. Quizá por eso se hace más relevante que nos reciba en su casa, vestido de pantalón y camisa casual, sin las formalidades que usualmente lo han rodeado. O en el solemne edificio del Banco Central como gerente de la División de Estudios; o en el piso 12 de Teatinos 120 como ministro de Hacienda y ahora en el moderno edificio del FMI en Washington.

En el comedor de su departamento en Santiago, justo al lado de una terraza con tres guitarras que forman parte de su pasión, y de un muro donde cada máscara decorativa proviene de algunos de sus viajes “y que he comprado personalmente”, repasa la coyuntura política nacional y los desafíos en materia económica.

—Hay movimientos sociales que están reemplazando a la política, en el sentido que actúan para solucionar un problema -un Techo para Chile por ejemplo o la Central Barrancones. ¿Qué le parecen?
“Son buenos estos movimientos para comunicar a los jóvenes la problemática social, pero creo que esto está denunciando que los partidos políticos se han encerrado en sí mismos. Escribí hace mucho tiempo un artículo en “El Mercurio”, con Ignacio Walker, porque caí en cuenta que un problema fundamental de Chile pasa por reformar los partidos políticos. Los partidos políticos están llenos de barreras a la entrada: hace falta competencia, la forma en que se elige la directiva. La transparencia de sus procesos eleccionario internos, la cantidad de gente que vota, la relación a veces muy poco transparente, en que los operadores políticos de los partidos terminan adentro del gobierno”.

“Todo esto va generando una especie de oligarquía política que se instala y preserva, y se va alejando de la ciudadanía, porque lo importante termina siendo cómo te mueves en este aparato político, más que si eres capaz de atender y entender la demanda ciudadana”.

—Y en ese sentido ¿cómo lee los cambios de directiva en los partidos de la Concertación, como Tohá o Walker?
“Lo veo como positivo porque cuando un monopolio, y hago una metáfora, llega casi a abusar de su posición monopólica, llega el directorio y dice, bueno hagamos un programa de responsabilidad social o algo, mejoremos un poco la imagen, porque si no la sociedad puede cobrarnos la cuenta. No digo que Carolina Tohá o Ignacio Walker sean una operación de maquillaje, todo lo contrario –de hecho con Ignacio Walker escribí ese articulo y con Carolina Tohá he trabajado toda la vida y es una persona a la que admiro profundamente; pocos en la Concertación siento más cercanos que Carolina e Ignacio, con eso despejo cualquier duda- pero creo que los mismos militantes de los partidos se dieron cuenta que había un problema de renovar caras. Pero el problema es estructural, no solo de caras”.

—¿En ese sentido la alternancia le está haciendo bien a la Concertación?
“Teóricamente lo que importa es que la oposición sea una alternativa competitiva y el que está instalado, el incumbente, no desarrolle barreras de entrada para que el otro no pueda competir en iguales condiciones. Lo que importa en el mercado no es que todos ganen el mismo salario, sino que todos tengan las mismas oportunidades”.

“Chile demostró con la llegada al poder de la centro derecha –que no llegaba desde Alessandri por la vía de las urnas populares- que es una democracia competitiva. Estábamos en condiciones de castigar, por así decirlo, a una coalición que no fue capaz de seguir interpretando a la ciudadanía. Y por lo tanto, eso hace que entre aire fresco, porque el que estuvo veinte años en el poder tendrá que reflexionar por qué perdio y eso produce cambios y movimientos”.

—¿Por qué se castigó a la Concertación?
“Yo creo que la Concertación se fue alejando de la demanda de sectores más diversos productos de su incapacidad de recoger esas demandas generadas por la falta de competitividad del sistema político”.

—¿Cree que Piñera se está tomando banderas que le pertenecían a la Concertación, quizás en un símil de lo que ocurrió con el sistema económico y la Concertación?
“Si las alternativas de respuesta fueran sí, no o incierto, contesto incierto, en el sentido de que llevamos demasiado poco tiempo para hacer una evaluación madura, razonada y objetiva. Pero los brochazos que se han visto hasta ahora, muestran que el Presidente ha tomado conciencia de que vive en un país con profundas inequidades, con un conjunto de ciudadanos que no tienen llegada a través de los canales formales y por lo tanto tiene la oreja muy abierta a no simplemente gobernar con los “insiders”, con los cercanos del primer circulo del poder”.

“Él con habilidad política se ha preocupado particularmente de aquellas cuestiones que pudieran tener una dimensión ciudadana, y ha contando con que el sector corporativo, el Chile Inc., va a tener que seguirlo, porque qué alternativa tiene. Como dice Jack Bauer –el de 24 horas- What´s your choice”.
“También la maravilla que hacen los medios de comunicación, Internet, etc,. para nuclear movimientos ciudadanos que no tiene una expresión formal como fue el caso de la central Barrancones”.

“Muchos se han preguntado si en Chile podría haber habido dictadura por 17 años si hubiera habido Internet. Posiblemente no”.

—¿Y le parece positivo para el desarrollo del país este entrelazamiento de intereses a través de los nuevos medios?
“Siempre, como lo que pudiera pasar con el caso de nuestros heroicos mineros, que no sea “show business”, que no sea tratar de revelar con gran publicidad unos casos particulares, porque en definitiva si eso termina escondiendo lo que está ocurriendo en centenas de otros lugares que no han llegado a tener notoriedad, no vas cambiando nada”.

—¿Cómo ve a la Concertación como oposición?
“Golpeada por la derrota, cuando llevas 20 años te has acostumbrado a que estar en el poder sea la regla, entonces han ido respondiendo como a pedacitos, pero sin constituir un todo coherente. Y el gobierno ha sabido, de momento, salir bien parado, tomarse el centro de la cancha y no escuchar a los más recalcitrantes dentro de su propia coalición y por lo tanto, ha evitado dejarle el resto de la cancha a la Concertación”.

—¿Qué le parece sacarle partido al la figura la de la Presidenta Bachelet?
“La Concertación tiene el privilegio de tener un activo —como diríamos en economía—tan valioso como la presidenta Bachelet que es todo un símbolo en el mundo”.

“Mujer, que puso el acento en lo social, que fue responsable económicamente –porque muchos hablan del último año, pero acuérdense cómo ahorraron en los primeros años— con un estilo de hacer políticas, de cercanía con la gente. Mucho se criticó a las comisiones, pero son fundamentales”.

“Dicho todo esto, ninguna empresa puede jugarse solamente al valor de una marca. Tiene que tener un profundo contenido asociado a la marca, por lo tanto, si se usa bien la popularidad de la presidenta Bachelet puede ser un gran activo, siempre que esté acompañado de un planteamiento sobre cuál es la nueva oferta que tiene la Concertación para Chile. Si constituye un adormecedor en el sentido que confiar que la marca puede por sí sola sin necesidad de actualizar los contenidos, puede ser salgo tremendamente perjudicial. Obviamente eso no depende de ella, sino de la Concertación”.

—Se cumplieron dos años de Lehman Brothers ¿Cómo están hoy los países desarrollados?
“Débiles. Nosotros tuvimos una crisis financiera brutal en 1982 y nos tomó cuatro años salir, hasta que Hernán Büchi reencauzó a la macroeconomía chilena. Japón estuvo todo los noventa debatiéndose en salir de su crisis financiera. Las crisis financieras son extraordinariamente pegajosas. Te minan los cimientos de la economía. El Escenario central que nosotros tenemos es que el crecimiento, tanto de Estados Unidos, Europa, como Japón va a ser lento en los años por venir”.

—¿Será una raíz cuadrada?
“Yo diría más bien como la forma de un boomerang...con una caída brusca y una lenta recuperación”.

—¿Dónde están los fundamentos de esa debilidad?
“La primera razón es que se afecta la esencia misma de la dinámica económica que es el proceso de ahorro inversión. Unos ahorran y eso se tiene que llevar a inversión y el que intermedia es el sistema financiero. Y cuando el sistema financiero está extremadamente frágil, tiende a ser muy lento en intermediar este proceso de ahorro inversión. Frente a cualquier shock adverso los bancos podrían estar con insuficiencia de capital, entonces no están en la actitud de expandir la oferta de crédito”.

“Por el lado de la demanda de crédito, estas economías son bastantes cerradas. Entonces los americanos necesitan que se reavive el consumidor y el inversionista americano. Los Europeos necesitan que se reavive el inversionista Europeo y el consumidor europeo. ¿Y cómo lo hacen? Hasta ahora habían estimulado la demanda con política fiscal, con un gasto fiscal muy fuerte, pero se les está acabando el espacio”.

—Ese parece ser un escenario muy negativo....
“No estoy hablando de una situación de catástrofe, porque Estados Unidos fue lider en los países desarrollados en arreglar su sistema financiero, por lo tanto el sistema financiero no está una dinámica de contracción de crédito muy fuerte. Ese proceso se ha detenido, pero tampoco está en una dinámica de expansión. La pérdida de los consumidores ya se hizo en alguna forma y está comenzando a crecer el consumo, pero lento. Todos estos elementos contribuyen a decir con relativa certidumbre —excepción hecha de que haya un desarrollo adverso mayor, por ejemplo un conflicto geopolítico y otra vez tengamos escalada de precios del petróleo— que se va a crecer lento, pero no se va a caer, porque ya la pérdida se hizo”.

—¿Qué pasa en este contexto con América Latina?
“En América Latina hay realidades diversas. De Colombia al sur somos exportadores de comodities. No centroamérica que es exportador de bienes y servicios que consumen los países industriales. Nosotros, los del sur, exportamos comodities y ¿Quiénes son los que compran los comodities y los transforman?; el Asia, China y sus satélites. Sudamérica le vende a China y sus satélites; Australia está metido en ese circuito. La pregunta del billón de dólares. ¿Puede China seguir creciendo tanto si crecía sobre la base de exportarle a los países industriales en circunstancias que los países industriales no van a crecer tanto?. Si no, ahí se cerraría el cuadro. El sistema iría a una implosión si es que China necesitara de una gran expansión de la demanda en los países industriales. Pero no, mientras China no puede sacar a los Estados Unidos de una crisis, China si se puede sacar sola. ¿Por qué? Porque tiene un mercado interno potencial tan gigantesco y tiene un espacio fiscal tan gigantesco, que puede reemplazar la demanda que le va a faltar desde Estados Unidos y Europa por más demanda interna de los propios chinos”.

—¿Eso significa que China puede seguir creciendo pese a los Estados Unidos?
“Sí, eso se llama desacople”.


—¿Con un poco menos de velocidad eso sí?
“No, con la misma. Si miran hacia delante, se ve que las economías emergentes siguen creciendo al 6%, mientras que las otras al 2%, con suerte. Por que se puede sostener así, porque este 6% se desacopló del 2%. Este es la clave del asunto. Si los empresarios quieren saber cómo les va ir, tienen que entender esto: ¿Cuánto depende China de la demanda final de Estados Unidos y Europa? Nuestra hipótesis es que poco. Porque basta que los chinos bajen el ahorro —ahorran como 45% del producto— a tipo 43% del PIB para que eso sea suficiente para reemplazar lo que no les llega de demanda externa”.

—Este horizonte de buenas perspectivas ¿cómo será el bienio que sigue para la región y Chile?
“Correr muy rápido es el problema que puede enfrentar Sudamérica y Chile los próximos dos años. La mayor probabilidad es que continuemos por al menos por dos años, con las economías avanzadas muy lentas y con una política monetaria muy blanda en dichas economías, tasas de interés internacionales extraordinariamente bajas, cercanas a cero, gran abundancia de financiamiento por tanto para los países emergentes, Sudamérica en particular. De otro lado, las exportaciones bien porque China tiene crecimiento. Es un escenario que es fantástico, pero que requiere de una enorme cautela, no ahora ni el próximo año, pero si en 24 meses se puede sobrecalentar”.

—¿Cómo se enfrenta este escenario de bonanza?
“Lo primero, prudencia fiscal. Porque si ya puede haber calentamiento, mucho activismo fiscal puede tirarle bencina al material que está caliente. Es preferencia de cada gobierno si lo hacen por la vía de subir los impuestos o disminuir el gasto. Ambas cosas tienen el mismo efecto. Segundo, y aquí no le va a gustar mucho a muchos empresarios, y yo no soy un religioso en términos de ser contrario a la intervención, en ciertas condiciones, del mercado cambiario, pero tienes que dejar flotar bastante libremente el tipo de cambio”.

—Ese es el mecanismo de ajuste...
“El mecanismo de ajuste para la entrada de capitales es que tiene que caer el dólar. Voy a decir una metáfora. Acá tu tienes una especie de toro furioso que está tratando de meterse para acá con todo su financiamiento y expandir por la via de que la gente consuma, que los empresarios inviertan, que se construya. Si tu al toro furioso lo comienzas a torear cuando está lleno de energía, seguro que te da una cornada. Entonces, tiene que cansarlo. Por cansar, es que si el tipo de cambio está en una posición en que todo el mundo apuesta que va a seguir bajando, comenzar a comprar en ese nivel, lo único que hace es fomentar a que digan ¡Ey están comprando caro allá! y te meten la avalancha de dólares y pierdes completamente credibilidad. Entonces, la intervención cambiaria, contrariamente a ser una buena forma para defender el tipo de cambio, es contraindicada porque por cada dólar que compras incentivas a que entren más”.

—Pero con la avalancha dólares puede haber un riesgo de que llegue un dólar a 300, que fue un miedo que existió en los noventa...
“Yo lo que dije es que claramente no significa que se deje al toro libre para que cornee a todo el público. Dije que no lo comiences a torear cuando está muy energético. Dale incertidumbre, hay que dejar caer, de repente pegar una intervenida, pero no intervenir muy tempranamente. Pero cuando llega a un nivel en que todos tus modelos e instintos te dicen que el dolar está demasiado bajo, ahí debes pegar una intervenida fuerte”.

—¿En general en América Latina hoy los tipos de cambio están en rangos de equilibrio?
“Están en rangos de equilibrio. Chile está relativamente bien, cerca de los 500 a 490 pesos no creemos que haya un desequilibrio, algunos están ligeramente fuertes y algunos están más bien débiles. Si tu me preguntas una proyección, los tipos de cambio a doce meses promedio de América Latina van a estar más fuertes”.

—Nos hablaba de cómo enfrentar el boom.
“Un tercer ámbito y donde estamos trabajando más...son las regulaciones macroprudenciales. Detrás de cada dólar que entró, hay un acreedor en dólares, también existe un deudor en dólares. ¿Cuál es en realidad el más profundo de los problemas? La gente cree que el principal de los problemas es que el tipo de cambio se aprecia mucho, se afectan las exportaciones y el país entra en crisis. Eso es falso. Chile no tuvo en los últimos 30 años una crisis producida por la caída de las exportaciones. Miren las exportaciones en volúmenes en todos los últimos episodios. Este famoso mito de que lo que ocurre es que te cae tanto el tipo de cambio que al final no crecen las exportaciones no es así, No significa que desconozca que la competitividad es fundamental. Lo que realmente ocurre es cuando hay esta avalancha de dólares, existe un acreedor en dólares y un deudor en dólares. Entonces se comienzan a generalizar las deudas directas o indirectas en dólares de personas y empresas cuyos ingresos o ventas son en pesos. Termina el ciclo de bonanza, el tipo de cambio te salta y al otro día tu tienes patrimonio negativo, porque las deudas en dólares te liquidan. Todas las crisis nuestras han sido por lo mismo. Entonces, tienes que tener regulaciones prudenciales que tengan que ver con básicamente proteger a todo sistema financiero y no solamente a los bancos, sino a toda la cadena interconectada, de una depreciación brusca o de una salida de capitales bruscas”.

—¿Cuál es una regulación prudencial?
“Por ejemplo Nueva Zelanda ha puesto límites a cuánto del fondeo de un banco puede ir desde fuera o desde dentro. Porque es un hecho empírico que vuela mucho más rápido en una crisis el fondeo que viene desde afuera que el fondeo que viene desde dentro”.

—¿Si entramos en un bienio como los noventa no nos debería extrañar un debate por los controles de capitales?
“Va a ser sin duda el debate que va a venir. Eso se los garantizo. Va a ser la eficiencia de la intervención. Si acumular reservas es una buena forma de prevenir la crisis o no. Nosotros creemos que no. Sirven hasta un cierto nivel, pero de ahí en adelante lo que hacen es generar más entrada de capitales porque cuando el país tiene muchas reservas todos los agentes piensan que lo único que va a pasar con las monedas es que se van a apreciar. Dicen “estamos hinchados de dólares y por lo tanto la moneda se va a apreciar”. El gran debate, con China y con Brasil, es la acumulación de reservas. Gran Debate, controles de cambio”.

—¿Cuál es el caso de Chile?
Chile no hace noticia porque es transparente. Chile tiene una posición fiscal sólida, tiene una posición de balanza de pagos sólida, y un sistema financiero sólido y un nivel de deuda externa y publica bajo y un tipo de cambio equilibrado. Todo lo que yo digo es lo que podría pasar en el futuro si nos descuidamos. Hoy día no tenemos riesgos significativos. Esta super bien balanceada esta economía.


"Chile tiene una carga tributaria demaisado baja"

—¿Cuál es la agenda pendiente?
“La gran agenda es una agenda de transparencia y competitividad, que ayuda a conseguir igualdad de oportunidades Y digamos las cosas como son: Chile tiene una carga tributaria demasiado baja para poder financiar razonablemente un conjunto de oportunidades minimamente equitativas para el conjunto de la población”.

“Todos sabemos que en este país a través del expediente de hacer sociedades, los ricos pagan 17% de sus ingresos, y eso cuando no hacen contabilidad creativa para disfrazar las utilidades,. Y la clase media puede estar pagando perfectamente más que eso, más lo que paga por IVA, etc”.
“Este es un país, y lo dijo la OCDE, que después de impuestos es más inequitativo que antes de impuestos. Es algo absurdo. Miras todos los países desarrollados y todos quedan mucho más equitativos después que antes de impuestos”.

—Ese diagnóstico usted lo tendía cuando era ministro. ¿Qué pasó que no se pudo cambiar?
“Porque no había los votos, porque la oposición decía que alzar la carga tributaria iba a disminuir la inversión y eso iba a disminuir el crecimiento y la mejor forma de derrotar la pobreza era crecer. Y se oponía y basta mirar las distintas votaciones a los proyectos que presentamos o cómo desgranaron algunos que logramos aprobar. Porque en la derecha profunda —y no digo que el Presidente sea de la derecha profunda, porque así no hubiera ganado nunca, como tampoco la izquierda profundamente ideológica no ganaría nunca— está convencida que los que llegan arriba son los mejores, darwinismo social. Van a decir ¿!porqué me van a quitar lo que construí con mi trabajo?, y la correlación de la PSU con el colegio que fuiste, los contactos que tenías por tu familia ¿todo eso no opera?”.

—¿Cree que se necesita una discusión seria sobre los tributos en Chile?
“Absolutamente, pero yo estoy hablando como Nicolás Eyzaguirre, no como director del Hemisferio Occidental del FMI, porque el mandato del fondo se refiere a preservar la estabilidad financiera internacional, lo que supone que los países tengan estable su macroeconomía y sus sistema financiero. Un país puede tener estable su macroeconomía y sus sistema financiero siendo equitativo o inequitativo, por tanto, no está en el mandato del fondo opinar sobre temas de redistribución de ingresos y temas de largo plazo que tengan que ver con igualdad de oportunidades, etc”.


—Y como Nicolás Eyzaguirre está diciendo que sí amerita una reforma tributaria tendiente al alza
“Yo creo que hay que hacer un pacto nacional por la competitividad, porque vamos a enfrentar un problema de condiciones externas excesivamente buenas donde podemos tener un problema de competitividad muy fuerte, y la competitividad se resuelve con productividad y la productividad supone ampliar el set de oportunidades, porque si, por ejemplo, hacemos la selección de fútbol sólo con los de los ojos claros no vamos a ser nunca buenos para el fútbol”.
“La raíz de nuestro problema de competitividad está en la expansión de oportunidades”.

—¿No somos aún relativamente pobres para niveles de carga tributaria más altos?
“No. La prueba empírica. Miren cuál es el ingreso per cápita de Chile, en paridad de poder de compra, que es la forma correcta de mirarlo. US$15.000. Y miren cuál es la carga tributaria (tributos dividido por PGB) de todos los países que tienen US$15.000 o más... y ordenen desde más carga tributaria a menos carga tributaria . ¿Dónde está Chile?”

—¿Abajo?
“¡El último!” El argumento de que no tenemos suficientes ingresos es una falacia que se demuestra con un lápiz y un papel y un conjunto de datos.

—También la derecha ha argumentando en cómo se gastan los recursos, en la eficiencia del Estado ¿para usted es un tema de falta de recursos?
“Son las dos cosas. En este caso, ninguna por sí misma es condición suficiente. Si tienes una carga tributaria más alta, pero la eficiencia en el uso de esos recursos es muy mala, puedes terminar teniendo en el conjunto un efecto negativo. También hay que hacer más transparente y competitivo el sector público. La Alta dirección Pública fue un avance notable en ese sentido, y me da mucha pena ver cómo ahora sistemáticamente se han estado cambiando las personas que fueron elegidas con concursos transparentes. Lo que pretendía la Alta Dirección Pública, en una palabra, era ser un cedazo para evitar que llegaran operadores políticos a cargos donde necesitabas capacidades técnicas . ¡Qué paradoja que todos los que habían sido seleccionados como buenos, hay que echarlos!. No deben llegar operadores políticos a cargos técnicos. Es muy mala la señal que se está dando, así como ha habido señales buenas y he tenido la hidalguía de reconocerlo, es muy mala esta otra señal y esa es la operatoria de los partidos políticos de este gobierno que están tratando de meter a su gente”.



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