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Cómo el padre del futuro canciller Alfredo Moreno masificó la venta de Coca-Cola en Chile

lunes, 15 de febrero de 2010

Andrea Ortega Carreño
Economía y Negocios

Se sobrepuso a las marcas que dejaron en su cuerpo las quemaduras y llegó a ser el primer gerente de planta de Embotelladora Andina en la V Región y propulsor de la empresa en los 50.

A días del nombramiento de Alfredo Moreno Charme como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, sus cercanos recuerdan al patriarca de su familia. El hombre que inyectó el gen de los negocios entre los Moreno y construyó su patrimonio tras un arduo trabajo. Una vida intensa según sus cercanos.

Alfredo Moreno Aguirre fue un hombre reconocido por su capacidad de emprendimiento, carácter fuerte y gran capacidad para los negocios, lo que lo llevó a ser uno de los ejecutivos más importantes en el inicio de Coca-Cola en Chile. Este curicano nació en la época de los 20 en una familia que vivía de la agricultura.

A muy corta edad debió enfrentar grandes desafíos y madurar. Una caja de fósforos cambió su destino y su rostro. Con sólo ocho años de edad y en un descuido se quemó el cuerpo y la cara completamente durante las fiestas de fin de año. "Durante su vida le realizaron 17 operaciones reconstructivas. Pero las secuelas físicas de este accidente siempre fueron evidentes en su cara y manos", comenta su hijo menor, José Miguel.

Las quemaduras le impidieron asistir al colegio como un niño normal y pasó los primeros años de educación con profesores particulares. Un segundo accidente lo golpeó cuando su padre, Alfredo Moreno Vial, falleció. Su mamá se vino a vivir a Santiago y Alfredo ingresó al Instituto Nacional. Sus estudios superiores quedaron postergados, porque se hizo cargo de su madre y su hermano mayor, Sergio.

Como joven comerciante, en febrero de 1946 tuvo la oportunidad de desempeñarse como gerente de planta de Coca-Cola, en la región de Valparaíso donde residía.

Por esos años la oferta de gaseosas no era amplia y sus competencias eran aguas de hierbas, la más conocida se llamaba Aloja de Culén. Aunque no le tomó mucho tiempo en masificar el consumo de esta bebida. "Desde el primer minuto este caballero se lució y destacaba frente a todos los demás, porque sus ventas en la empresa eran lejos las mejores del país", comenta Pedro Pablo Díaz, ex gerente para América Latina de Coca-Cola. Características que a Gloria Charme, su esposa, la hacen recordarlo como "el hombre que trajo la Coca-Cola a Chile". A ella la conoció una vez que empezó a trabajar en la empresa. Una bella joven que pertenecía a una de las familias más influyentes de Viña del Mar. Pese a su defecto físico, tenía una personalidad aplastante", comenta Gloria.

Fue un hito
Corrían los años 50 cuando la empresa comenzó a presentar problemas. "Trabajó sin escatimar en gastos, lo que llevó a la empresa a una situación límite, pues la realidad chilena no justificaba ese nivel de egresos", señala Díaz. La Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) les dio un año para subsanar las pérdidas y ahí Moreno fue una pieza clave al asumir como gerente general.

"Era un hombre realmente brillante y fue notable frente a la crisis. Supo reestructurar el negocio y le dio un impulso brutal, logrando que la SVS aceptara y confirmara que el nuevo perfil de la empresa es el adecuado para el mercado chileno", dice Díaz. Después de más de 20 años en la misma empresa decidió migrar. "Su partida creo que le quitó parte de su vida. Coca-Cola fue siempre parte de las mejores cosas de su vida", dice su hijo. Luego trabajó en Savory y terminó su carrera como socio en el ámbito de las ventas inmobiliarias.

Sin embargo, tenía un placer culpable: el cigarrillo. Este fue el causante de su corta vida que a los 45 años le causó el primero infarto y con menos de 50 años falleció en 1970. "Todos éramos muy chicos, Alfredo sólo tenía 14 años. Pese a la corta vida la gente lo recuerda con mucho cariño.

La herencia del padre

La vida de Alfredo Moreno Aguirre traspasó las tradiciones en su familia y las costumbres de sus hijos. El nuevo canciller creció en un campo de Coca-Cola, incluso su hermano menor recuerda que tenían una "pieza de las botellas". Disfrutaban juntos de vacaciones en la playa y la pesca con mosca. En su tiempo libre Moreno Aguirre iba a las carreras del Club Hípico y los caballos eran una de sus más grandes pasiones, la que también atrajo con fuerza al nuevo ministro.

Para sus cercanos, una de las características más recalcables era el carácter.

"Mi padre fue un hito en la historia hasta hoy en el país. Esto da cuenta de su mayor virtud: la capacidad de sobreponerse a la adversidad y tener fe en sí mismo. Creo que esta característica, que también tiene mi madre, la heredó mi hermano Alfredo", dice José Miguel.

Entre sus colegas reconocen las mismas virtudes. "Alfredo era un hombre excepcional, como pocos gerentes se dan en Chile y cada cierto tiempo, y lo más notable es que su hijo también es así", afirma Díaz.


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