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Casa de Moneda despide a su gerente general en medio de desórdenes internos

jueves, 11 de febrero de 2010

Marily Lüders y Bernardita Aguirre
Economía y Negocios

Desaparición de cuños encargados por Bolivia y ventas irregulares de medallas se suman a la fabricación defectuosa de unidades de $50.

Bernardo O"Higgins aparece en la "cara" de la moneda de $50 chilena y ha sido así desde que se creó ese cuño en 1981. Pero en las últimas versiones hay alteraciones, que sólo descubrirían los entendidos.

La misma mirada seria, el mismo uniforme... pero en vez de "Chile", decía "Chiie" y en la solapa de O"Higgins estaba escrito en letra diminuta el nombre del maestro acuñador de monedas René Thenot.

"Un guiño a los entendidos", explican los interesados chilenos en la "numismática", el arte de coleccionar monedas.

"Un error en el caso de Chiie y un homenaje al maestro de mi padre el haber agregado la firma de Thenot", explica Pedro Urzúa, el acuñador (hoy despedido).

Una falla en un sistema de controles que hay que modernizar urgentemente, argumenta el directorio de la Casa de Moneda.


Un listado de problemas


Enero de 2010: El Banco Central no autorizó la ejecución de la orden de acuñación de la moneda de $50, porque la moneda venía con la firma del maestro acuñador René Thenot en la solapa de O {minute} Higgins.

Diciembre de 2009: Las autoridades se enteran por una nota de "El Mercurio" que sus monedas de $50 en circulación acuñadas desde 2008, presentaban una falla pues decía "República de Chiie".

Noviembre de 2009: Se habría vendido una medalla de la Presidenta Bachelet que se había hecho como prueba. En diciembre la medalla se corrigió y hoy la prueba sería de alto valor para los coleccionistas por ser única.

Octubre de 2009: se vendió irregularmente a un coleccionista una medalla de Manuel Blanco Encalada que había sido hecha para el museo de la Casa de Moneda.

Abril de 2009: Desaparecen de la Casa de Moneda cuatro punzones de acuñación de monedas bolivianas. El caso está en la fiscalía Centro Norte.



A fines del año pasado, se corrigió la palabra "Chiie"; sin embargo, persistió la firma que fue agregada y que no está en el cuño pedido por el Banco Central.

El asunto llegó al instituto emisor y en enero éste no autorizó a su proveedor, Casa de Moneda, para la ejecución de la orden de acuñación. "No se cumplió estrictamente con la reproducción del cuño matriz, de propiedad del Banco Central de Chile", confirmó Alejandro Zurbuchen, gerente general de la institución.

Los despidos
Hace 28 años que no se registraban "errores" de este tipo, cuenta Rosa Lara, dueña del Penique Negro, en Ahumada, punto de reunión obligado de los coleccionistas, los numismáticos y filatélicos de Santiago.

Tampoco se había escuchado de cuños perdidos ni de medallas únicas vendidas irregularmente (ver recuadro derecho), confirman los coleccionistas nacionales.

Lo cierto es que Casa de Moneda ha vivido un 2009 agitado porque se concretó el traspaso de empresa estatal a sociedad anónima, con la reticencia de parte importante de los trabajadores que temían despidos y cambios en las condiciones laborales.

"La empresa está funcionando y cumpliendo sus contratos, pero hay inquietud", asegura María Eugenia Wagner, presidenta del directorio.

"Hay varios que están de acuerdo en no hacer bien las cosas y la gerencia no ha tomado medidas contra ellos. Hay algunos despidos, pero son a los que alertan más que a los que hacen daño", dice un ex funcionario.

En lo que todos coinciden es en que la Casa de Moneda necesita mejores controles internos, que van de la mano de la tecnología y mejores recursos humanos. "Es como entrar a una fábrica de Dickens", comenta un director.

Varios de estos desórdenes no llegaron a oídos del Directorio, que asumió a mediados del año pasado, cuando la entidad pasó a ser sociedad anónima. Internamente, funcionarios confirman que las alertas por los errores en las monedas se entregaron a la gerencia, pero que ésta no reaccionó y pidió dejar todo en reserva. Es más, los directores reconocen que se enteraron del caso "Chiie" por el diario.

Esta semana se informó a través de un hecho esencial que "en sesión de directorio se acordó poner término al contrato de trabajo de Gregorio Iñiguez, quien se desempeñaba como gerente general".

María Eugenia Wagner asegura que la razón directa del despido no fue el caso de las monedas mal acuñadas, sino que el ejecutivo no cumplía con el "perfil" del gerente para la empresa que están modernizando, que requiere habilidades comerciales y de gestión. Hay un gerente interino, que era un asesor, David Sturrok, y se está esperando una propuesta de un head hunter .

Directorio ya encargó una auditoría para investigar
El directorio de Casa de Moneda explicó a "El Mercurio" que, tras los errores detectados en las monedas de $50 que están en circulación, se comenzó un sumario a cargo de la consultora PriceWaterhouseCoopers y, a la vez, se están acelerando ciertos cambios para aumentar los controles.

Aseguran que se están cumpliendo los pedidos, pero reconocen que el ambiente interno no es fácil: hay dos asociaciones que han estado históricamente en pugna, y los trabajadores están inquietos por la transformación hacia una sociedad anónima.

En el mediano plazo, el objetivo es mejorar los procesos a través de gestión y tecnología para evitar errores como los que se han vivido en los últimos meses. Por ejemplo, en otros países el control de calidad de los billetes se hace a través de una sofisticada máquina y no con personas.

María Eugenia Wagner asegura que en un plazo de dos años ya se podrá ver a Casa de Moneda como una empresa moderna, con las reformas en términos de tecnología y recursos humanos 100% implementadas. Hoy se están tomando ciertas decisiones sobre el foco productivo y comercial que deberá tener. Por ejemplo, evaluando si se hace una inversión en las máquinas para imprimir billetes modernos que tienen altas exigencias en seguridad e impresión. En ese caso, se trataría de montos entre US$ 70 millones y US$ 120 millones, lo que es alto si se considera que a septiembre de 2009 el valor de los activos de Casa de Moneda bordeaba los US$ 80 millones.

La versión del maestro acuñador
Pedro Urzúa dice que es parte de la Casa de Moneda porque nació ahí. Su padre, Santiago Urzúa, trabajaba y vivía en una casa dentro de la institución y ahí vivió Pedro sus primeros dos años de vida.

Él llegó a ser maestro acuñador de la Casa de Moneda, donde trabajó 30 años hasta que en diciembre lo despidieron. "Se me ha acusado de que la palabra Chiie fue intencional, pero fue un error que no noté yo ni toda la cadena de personas que la vio y aprobó después", explica Urzúa, y agrega que la revisaron el jefe del Departamento de Acuñación Monetaria, el pantografista, la gente de cuños y medallas, el guardacuños, el jefe de prensas, y control de calidad de la Casa de Moneda y del Banco Central.






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