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"Es una industria que va en expansión en Chile y el mundo. Estamos entrando en una industria que está creciendo y estamos pensando en grande. Esperamos que esta nueva compañía esté en los cinco continentes".
La frase es de Enrique Rodríguez, el empresario educacional de la red Pedro de Valdivia, quien ahora habla desde otro "sombrero": como presidente de Daff, un negocio alimenticio que desde febrero de 2007 tiene en marcha junto a los hermanos Pablo y Diego Melej y que, tras un insospechado crecimiento obtenido, hoy están con abultados planes: sumaron nuevos socios, compraron otra compañía y están dando el salto hacia el mundo del retail .
El proyecto surgió bajo el nombre de Desarrollos Alimenticios, cuando los hermanos Melej optaron por unirse empresarialmente, tras carreras desarrolladas en el rubro: Pablo por 15 años en una compañía de alimentos, y Diego, como gerente de desarrollo de las Termas de Chillán, donde había sido activo partícipe del desarrollo de aguas minerales y aceite de emú de ese grupo empresarial.
Los Melej invitaron a su amigo Enrique Rodríguez en la iniciativa, cuyo foco fue abastecer de alimentos en polvo (leches, puré, gelatinas, entre otros) a los concesionarios de la Junaeb para las raciones escolares. Y luego sumaron a las Fuerzas Armadas, para el abastecimiento de tropas. Para sorpresa de los propios socios, el negocio creció rápidamente: el primer año duplicaron su expectativa de venta y arribaron a D&S como proveedor de galletas Lider.
Este año compraron La Bombonera, la tradicional fábrica de galletas y productos dulces premium, con la que están ingresando al retail ; pusieron en marcha una quinta planta para sumar el rubro de alimentos preparados bajo la marca Global Food, con la que ya abastecen a Santa Isabel y Unimarc. Y hace dos meses se transformaron en proveedores del catering de Lan Chile (a través de La Marmite).
Con sus productos -incluidos nuevas marcas que han desarrollado en galletas y línea de jugos- también están ingresando al canal mayorista de distribución (Alvi, Rabié, Erbi), explica Diego Melej, quien también es gerente general. Y están con planes pilotos en exportaciones y una incipiente incursión en Bolivia.
El crecimiento trajo cambios: hace un par de semanas concretaron el cambio de nombre a Daff. Y para enfrentar los requerimientos de capital, hace un mes sumó a dos nuevos socios: Manuel y Carmen Rodríguez, hermanos de Enrique, quedando cada uno de los cinco socios con el 20% del capital cada uno. Manuel (arquitecto) y Carmen (socióloga) son socios hace 32 años en la red educacional Pedro de Valdivia.
"Obviamente queremos rentabilidad, pero hoy estamos sacrificándola por calidad. Estamos tomando oportunidades de mercado. Esto tiene que tomar volumen y economías de escala", dice Enrique Rodríguez sobre un plan, que pretende llegar en un plazo de cinco años a vender US$ 60 millones.
Pedro de Valdivia presenta nuevo anteproyecto para casa central de su universidad en camino El Alba
En el área educacional, Enrique Rodríguez ha sido partner por décadas de Ángel Maulén, como artífices de la red educacional Pedro de Valdivia, que integra preuniversitarios, colegios, el Instituto Wall Street y la universidad. Uno de los proyectos estrella en este rubro es construir la nueva casa central para la universidad, para la que el grupo adquirió en el camino El Alba un paño de 13 mil metros cuadrados. El proyecto -que consideraba trasladar allí también el área salud, medicina y odontología- está entrampado en una batalla con vecinos, entre los que se cuentan los empresarios Cristóbal Kaufmann y Jean Paul Luksic, quienes se oponen a la obra.
Ante el declarado impasse, hace un mes el grupo educacional presentó un nuevo anteproyecto a la Dirección de Obras municipal, que rebaja la constructibilidad. O sea, un edificio que no considerará unos 2 mil metros cuadrados del terreno, para que la obra no llegue a la bifurcación entre camino El Alba y El Algarrobo. Esto para evitar el argumento por el que se cuestionaba el proyecto, sobre la capacidad de las pistas de tránsito en ese preciso sector.
"Al eliminar uno de los paños del terreno nos alejamos un poco de los vecinos que se oponen a esta obra y disminuimos los metros cuadrados de construcción, lo que esperamos facilite el entendimiento con ellos y el municipio", dice Rodríguez. "Todos nuestros terrenos han tenido siempre uso de suelo que permite educación superior, así que sólo es cosa de tiempo para que construyamos este campus", agrega.