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La primera vez que se pusieron en contacto lo hicieron a través de un télex. John Fulton entrenaba caballos en California y Andrés Vial estaba interesado en encontrar un socio para exportar caballos de carrera desde Chile. A las manos de Fulton llegó el télex que Vial había mandado a una oficina naviera en Nueva York buscando un socio. Un inglés que estaba de paso y que iba a California a trabajar con el entrenador decidió hacer de mensajero.
Un viaje de Fulton a Chile selló un acuerdo que ya lleva 26 años y que ha permitido a más de 100 caballos de carrera criados y preparados en Chile competir en el extranjero.
El primer caballo que llevaron desde Chile se lo vendieron a una entrenadora en EE.UU. por unos US$ 50 mil. Sin embargo, hoy las cosas son distintas y por un buen caballo de carrera se pagan entre US$ 650 mil y US$ 700 mil. Aunque en total desde Chile cada año unos 50 caballos cruzan las fronteras, los de valores más altos son sólo dos o tres.
Para lograr encontrarlos, Fulton viene cinco veces al año a Chile a revisar caballos y Vial está constantemente buscando los mejores en un negocio donde tienen competidores nacionales, como los hermanos Fernando e Ignacio Díaz de Valdés, Fernando Fantini o Germán Fisher.
¿Por qué Chile?
La fama de Chile ha ido en aumento y ha hecho que extranjeros se interesen. Además, nuestro país ofrece buenos precios por caballos que ya están probados en las pistas con buenos resultados. "En EE.UU. si se quiere comprar un caballo que ya está corriendo, los precios son de otro mundo. Un caballo que aquí en Chile se compra en US$ 700 mil, en EE.UU. puede costar US$ 2 millones", cuenta Fulton, quien además de tener negocios en Chile, los tiene en Argentina, Brasil, Uruguay y Perú.
Aunque hasta hace un año el destino de los caballos era principalmente EE.UU., ahora la demanda se trasladó a Dubai. Jeques y árabes petroleros fanáticos de la hípica que cada año suman cinco o seis caballos a los 2 mil que pueden tener corriendo son los principales clientes.
El negocio es lucrativo y así lo demuestran los premios que se reparten en las carreras internacionales. En marzo se correrá la Dubai World Cup y aunque aún no se revelan los premios que se entregarán, Fulton estima que el mayor debiera ser de unos US$ 10 millones.
Un año difícil
Este año las cosas no han estado fáciles. Si antes se llevaban cuatro o cinco caballos a EE.UU., este año no han podido cerrar ningún negocio, cuenta Vial.
Y pareciera que las cosas no van a cambiar en el corto plazo. "La recuperación va a ser lenta porque llevamos muchos años de sobreproducción. En el mercado de los caballos de más calidad, las cosas están bien, pero en el resto, los caballos no valen nada", asegura Fulton.
Sin embargo, a futuro las cosas no se ven tan mal. A nuestro país han llegado buenos reproductores del hemisferio norte a cubrir a las yeguas chilenas. "Con este sistema, dentro de pocos años la calidad de los caballos puede superar, con creces, lo demostrado hasta ahora", explican.