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107 mil personas están endeudadas con su isapre

domingo, 09 de agosto de 2009

M. J. Gutiérrez y B. Aguirre
Economía y Negocios

Cuando el desempleo alcanza los dos dígitos, cada vez son más quienes no pueden seguir pagando su isapre.







15 días después de haber sido despedido, José Pablo (41) se dirigió a su isapre a activar su seguro de cesantía. Presentó el finiquito y otros documentos que le solicitaron y siguió cubierto durante cuatro meses sin pagar un peso. Supuso que si ya había presentado su finiquito y no avisaba de un nuevo empleo, la isapre automáticamente lo desafiliaría.

Pero no fue así.

Cuando acababa de encontrar un nuevo trabajo -seis meses después de vencido el seguro- lo llamaron de la isapre diciéndole que adeudaba $700 mil a pesar de que José Pablo no había utilizado los servicios de su aseguradora de salud.

Como él hay 107 mil personas que están endeudadas con su isapre -esto es, alrededor del 8% de los cotizantes- y el monto sigue creciendo mes a mes mientras no se desafilie. Por ejemplo, en Cruz Blanca cuentan que existen unos 10 mil clientes impagos, y de ellos dos mil están morosos desde hace más de un año.

Tarea del cotizante
A diferencia de lo que ocurre en el caso de las AFP -en las que cuando se deja de pagar no se acumulan deudas, sino que sólo se produce una "laguna previsional"-, cuando se trata de las isapres no basta con dejar de pagar para desafiliarse. La cuota mensual se sigue cobrando porque la cobertura sigue existiendo. Las deudas se acumulan y pueden alcanzar cifras millonarias.

La única forma de evitar esto es que en cuanto el cotizante haya sido despedido de su trabajo, dé cuenta a la isapre de su situación económica y en caso de que no pueda seguir pagando su mensualidad dé término personalmente al contrato.

El error está en que muchas personas suponen que no pagar es sinónimo de desafiliarse. Pero se trata de un contrato entre dos personas al que hay que dar término para que éste deje de existir.

Alerta de la isapre
Por su parte, las isapres reconocen que deben verificar el correcto pago de las cotizaciones de salud de sus afiliados y darles aviso en caso de deuda. Para esto mantienen sistemas que permiten determinar los montos impagos, para proceder con la correspondiente cobranza. Y si se trata de un cotizante voluntario o cesante pueden incluso desafiliarlo, con un previo aviso.

De esta manera, la deuda dejaría de crecer mes a mes. Pero las isapres argumentan que les es muy difícil monitorear a los morosos antes de tres meses impagos. Y en ese lapso el cliente ya está endeudado. Incluso hay afiliados que pasan hasta un año acumulando mora sin que la isapre les dé ningún aviso.

Una vez que ésta toma nota para desafiliar al cliente voluntario debe enviarle un documento certificado donde se le dé aviso de su desafiliación con un plazo de 30 días. Si este documento no se envía, la cobertura y el cobro continúan.

"Si la persona se cambió de domicilio o si la carta se la comió el perro, es deber del cotizante ponerse en contacto con la isapre, porque la autoridad y la propia isapre tienen una copia del documento, y con él pueden darle término al contrato", explica Claudio Santander, presidente de Masvida.

Pero como con carta y toda la deuda que ya se había acumulado no desaparece, corren los intereses y la isapre puede recurrir a la cobranza judicial.

Además, mientras no se pague es altamente improbable ser aceptado en otra isapre.

25 mil personas se quedaron sin isapre en un año
En mayo del año pasado, las isapres vivían una de sus épocas de mayor gloria, los beneficiarios del sistema sumaban 2 millones 679 mil, considerando cotizantes y cargas, desde hace tres años el total de beneficiarios subía. El máximo se logró en 2007 cuando 97 mil beneficiarios se sumaron al sistema. Nadie pensaba que las cifras que venían al alza desde 2006 volverían a caer.

La crisis, los morosos y el desempleo les pegaron fuerte a las isapres, las que han perdido 25 mil beneficiarios en un año, de acuerdo a los datos oficiales de la Superintendencia de Salud.

En este mismo período, la isapre que más ha visto bajar su cartera de afiliados es Banmédica, que hace un año tenía el 23,3% del total y hoy tiene el 22%. También han caído los beneficiarios de Consalud y Vida Tres, mientras que han ganado Mas Vida, Colmena y Cruz Blanca.

Si se toma en cuenta a los cotizantes, que son los que pagan por su plan de salud, los que más se han ido son los más jóvenes, el 12,8% del total de los que han abandonado el sistema son menores de 24 años y el 5,4% van entre los 25 y los 39 años de edad.

Repunte en junio
Pero hoy en la Superintendencia están más optimistas.Basándose en el número de contratos de afiliaciones y desafiliaciones informadas por los vendedores de isapres, ven que la tendencia a la baja terminó en junio, mes en que el número de afiliados podría subir en tres mil personas. "Las cifras son bastante certeras en cuanto a tendencias pero a veces hay diferencias de más menos mil personas", explican en la Superintendencia.

Así operan los seguros de cesantía
Banmédica y Vida Tres cuentan con un seguro de cesantía gratuito para algunos planes que cubre el 100% de las cotizaciones durante cuatro meses, con tope de 12 UF.

Colmena tiene un seguro gratuito para todos sus afiliados que cubre tres meses desde que el trabajador ha sido despedido, con tope de 12 UF mensuales.

Masvida tiene dos modalidades de seguros. Uno que permite quedarse con el plan actual, que cubre tres meses de cotización, con un máximo de 8 UF por cada mes (tiene un costo de 0,04 UF para el cotizante). El otro le permite estar seis meses con un "plan de cesantía", para lo que el cliente debe pagar 0,05 UF.

Consalud cubre un 100% durante seis meses a algunos clientes. Además, tiene un subsidio de un 50% que dura cuatro meses para los demás clientes.

Cruz Blanca tiene cinco "planes de protección" -de bajo costo y cobertura- en los que se condona al cliente un 50% del costo total.

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