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Retraso en negociaciones entre bancos y salmoneras puede traer graves efectos económicos y sociales

jueves, 11 de junio de 2009

J. TRONCOSO OSTORNOL
Economía y Negocios

Ambos sectores piden una mayor participación del Gobierno, pero el ministro de Economía insiste en su rol prescindente: "No podemos favorecer a los accionistas de los bancos ni de las salmoneras".

El cuándo, cómo y porqué de la crisis que vive la industria salmonera

Las negociaciones entre las empresas salmoneras y sus bancos acreedores -para repactar los créditos que superan los US$ 1.600 millones- se han convertido en un verdadero "gallito".

Según diferentes directivos de los sectores involucrados que fueron contactados por "El Mercurio", el tiempo de duración de esta pugna no sólo puede dejar numerosas consecuencias sociales en las zonas de producción -por el aumento del desempleo, y la eventual quiebra de empresas salmoneras y proveedores-, sino también puede limitar las posibilidades de crecer de algunas instituciones financieras.

La situación para algunos está lejos de resolverse. Otros son más optimistas.

Incluso algunos se atreven a aventurar que la mayoría de las compañías deberían estar cerrando sus acuerdos en un plazo inferior a un mes.

Con todo, hay un claro consenso: que tanto las salmoneras como los bancos necesitan una mejor disposición frente a las diferentes propuestas. Nada fácil por el nivel de desconfianza y beligerancia vistos en algunos de los actores de ambas industrias.

Distintos casos
Por un lado, algunos sectores de la banca están exigiendo que los accionistas de las salmoneras entreguen garantías personales como una forma de dejar claramente en evidencia su confianza en el negocio.

Por otra parte, los productores apuntan a que la tasa de interés que se cobra incluye un factor de riesgo que va directamente a la utilidad y hoy, dicen, en estas circunstancias todos deben asumir parte del costo.

Hay un conjunto de bancos de menor exposición que plantean que no es necesario capitalizar la deuda -como lo han manifestado otras instituciones más grandes-, y han propuesto dos a tres años de gracia y alargar los plazos de los créditos.

En la industria salmonera se afirma que el negocio es rentable con los cambios sanitarios que se están implementando. En todo caso, dicen que los márgenes han caído y que este año será de transición, con una baja en torno al 50% en la producción.

Pero los bancos se estarían tomando un tiempo y habrían optado por esperar a que se promulguen las reformas a la Ley de Pesca y Acuicultura, las que incluyen que las concesiones puedan ser utilizadas como garantías.

Trascendió que los bancos quieren ver la ley promulgada antes de cerrar sus acuerdos, ya que se ha introducido una indicación que caducaría los permisos a aquellas empresas salmoneras que vulneren la normativa laboral. Esto, dicen, le restaría validez a la prenda.

Con todo, el problema -según muchas acuícolas- es que los bancos están tan preocupados de las garantías, que han dejado de lado lo más importante, que es buscar formulas para que las compañías generen flujo necesario para salir adelante y solventar la deuda.

Si bien apuntan que han avanzado con la banca, los salmoneros coinciden en que "han aprovechado de estrujarnos un poco". Pero un ejecutivo financiero recuerda la soberbia de los salmoneros en el periodo de "vacas gordas" -que duró haste mediados del año 2007- al negociar las tasas.

Con todo, en la banca no descartan algunas quiebras y señalan que otra alternativa incluso, empujada por los bancos, es la fusión de algunas empresas.

Los únicos que se niegan a reconocer la pérdida son los bancos. (...) Están más preocupados de garantizar la deuda antigua y no en cómo vamos a empezar a hacer que la industria vuelva a brotar"

"Guerrilla" en las negociaciones
Banca y salmoneros viven una negociación que involucra enormes sumas, y se ha llegado a conductas alejadas del actuar habitual. "La banca esta jugando con fuego y todos nos podemos quemar" señalan algunos empresarios salmoneros. Desde el sector acusan de "colusión" y "cartel" a un grupo de bancos.

Desde la banca replican que algunos empresarios salmoneros que no quieren creer en su negocio y buscan traspasar su responsabilidad a la banca al no entregar garantías, más aun cuando algunas accionistas han retirado, vía dividendos, importantes sumas. Otro banquero apunta a que los ingresos de los salmoneros han repuntado.

Salmoneros denuncian presiones de la banca, al cortar líneas a parientes de accionistas, hijos o postergando algunas renovaciones de créditos personales o de otras empresas. También acusan presiones a proveedores.

Pero comienzan a surgir quienes piden paños fríos: hay en ambos sectores gente que se "calienta", pero señalan que la gran mayoría esta bien orientada y tiene la voluntad de lograr lo mejor para ambos sectores.

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