martes, 09 de junio de 2009
CONSTANZA FLORES LEIVA
Economía y Negocios
Un estudio de 2007 muestra que sólo un 10% de los chilenos cree que se puede confiar "en la mayoría de las personas".
Mauricio Jünemann, dueño de la prestigiosa revista Big Magazine, empezó en 1993 su negocio de comunicaciones en EE.UU. por teléfono. "Fue muy divertido. Llamé al número 800 y creé mi empresa. Ahora con internet por US$ 50 creas tu empresa, y a las dos semanas te llega tu caja con todos los registros y con los timbres", cuenta.
A los 11 años ya había triunfado en Nueva York y su revista era reconocida a nivel mundial. Diversificó su negocio de comunicaciones y en 2004 quiso traerlo a Chile.
Sin embargo, las cosas no fueron tan fáciles como en el país del norte y para empezar con Big Comunications en el país tuvo que hacer más de un trámite. "En EE.UU. se envía una factura por mail y se acabó. Y es una factura que se puede hacer con un simple procesador de texto. No son las facturas firmadas de acá que tienen que ser recepcionadas con cuatro, cinco copias. Quizás para compañías grandes eso funcione bien. Pero para la gente que está empezando pequeñas empresas, le están tirando una horca al cuello. Hay que pedir préstamos para pagarles el IVA", cuenta.
Chilenos desconfiados
Chile es un país desconfiado. La encuesta Ecosocial, realizada en 2007 por Cieplan y el Instituto Fernando Henrique Cardoso de Brasil a siete países latinoamericanos, reveló que sólo un 10% de los chilenos cree que "se podría confiar en la mayoría de las personas". Esta cifra está entre las más bajas de la región y dista mucho de la existente en países desarrollados.
Según los expertos, este alto nivel de desconfianza tendría una alta incidencia en el desempeño económico. "En el caso de Chile, el tema de la desconfianza y el déficit de capital social es la principal causa del subdesarrollo", señala Carlos Vignolo, director del Programa de Innovación y Tecnologías de Construcción de Capital Social de la Universidad de Chile.
A juicio de Patricio del Sol, profesor de ingeniería de la U. Católica, la principal incidencia de la confianza es que reduce los costos de transacción. "Cuando hay confianza, uno puede decir que la palabra vale y no necesitas escribir casi ningún contrato. Cuando no hay confianza se debe escribir un laborioso contrato y preocuparse de que haya cláusula de arbitraje", señala Nicolás Majluf, académico de la U. Católica que ha estudiado cómo opera la confianza al interior de las empresas. Carlos Vignolo apunta a que esa es una de las principales causas que explica el exceso de burocracia que abunda en los procesos sociales.
El empresario inmobiliario Patricio Valenzuela, que tiene negocios en EE.UU., en Chile y en España, cuenta cuáles son los obstáculos que presenta una cultura de negocios donde falta confianza: "Los costos son mayores y uno tiene que tener muchos más resguardos de los que debería tener ante imprevistos y los tiempos son muchísimo mayores de lo que debían ser". De las tres naciones, para él Chile es la que presenta más trabas.
"La confianza es el lubricante para la interacción", explica Majluf.
