sábado, 06 de junio de 2009
Claudia Ramírez Friderichsen
Economía y Negocios
En una ronda de reuniones, la directiva de la estatal está debatiendo lo que serán las futuras reformas con políticos y expertos.
Con reuniones de trabajo cien por ciento transversales, en las que participan parlamentarios de todos los colores políticos, economistas y expertos en transportes, la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) avanza "silenciosamente" en lo que será una profunda reforma institucional que dará sus primeros pasos en el segundo semestre del año.
El directorio presidido por Jorge Rodríguez Grossi (en la foto) está decidido a cambiar no sólo el nombre y la imagen de la estatal, sino también el modelo de negocios -privilegiando la administración de los rieles por sobre las filiales de pasajeros- y elaborar un nuevo marco normativo.
Esta semana se hicieron dos reuniones en las oficinas de EFE, en el centro de Santiago. Por dos horas escucharon la presentación de Rodríguez Grossi y plantearon sus ideas, un primer grupo de invitados encabezados por el diputado UDI Julio Dittborn; Germán Correa, presidente de la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), y Ana Luisa Covarrubias, experta en transporte de Libertad y Desarrollo, entre otros. Ayer viernes se reeditó la cita con invitados como Cristián Larroulet, director ejecutivo de LyD.
Sobre la mesa hay varios temas. El más importante es la necesidad de que la deuda de EFE se traspase al Estado. Esta idea es resistida por algunos invitados, quienes recuerdan que ya hubo un "perdonazo" en el marco de la ley de 1991.
Pero para futuros desarrollos el directorio cree que es fundamental transparentar la situación de EFE y sanear sus arcas.
También se discute sobre los escenarios para las filiales de pasajeros. Aquí, y antes de tomar decisiones, la empresa propone evaluar la rentabilidad social de las rutas.
Después de este análisis, algunos expertos han manifestado la necesidad de concesionar los destinos más rentables y de cerrar los que no lo sean. La administración también es partidaria de una planificación integrada de transportes que considere las carreteras, aeropuertos y trenes, y la competencia entre éstos como servicios.
