martes, 02 de junio de 2009
Francisca Vega
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Los tribunales laborales ya están en la recta final, y las empresas se preparan para la nueva justicia.
El 30 de octubre próximo termina de implementarse en todo el país el nuevo procedimiento procesal laboral, que cambiará la relación de los trabajadores y las empresas.
Aunque muchos aplauden su espíritu de dar mayor agilidad a estos juicios, algunos expertos temen que su aplicación podría traducirse en trabas para la contratación y en un mayor número de demandas por parte de los trabajadores.
"Su valor es que los juicios serán más rápidos, de aquello no hay duda", dice Huberto Berg, de Berg Consultores, empresa experta en esta materia. "Por lo mismo, podría motivar a las compañías a ser mucho más rigurosas a la hora de contratar para no enfrentarse a futuros problemas".
Tal como lo muestra un reciente estudio de la Universidad del Desarrollo, los trabajadores siguen "ganando" y con mucha holgura.
En el estudio realizado por el abogado Héctor Humeres -junto a otros profesionales del ramo- se muestra que de las 390 causas concluidas en Valparaíso, Copiapó y Punta Arenas, las empresas apenas "ganaron" un 12% de los juicios.
Además, se muestra que en el 46% de las causas perdieron las compañías, y que en el 41% de los casos se llegó a una conciliación para no llegar a juicio. Por lo mismo, hoy las empresas se están preparando para la nueva justicia. "Ya muchas trabajan con abogados para saber con certeza qué se viene", dice una fuente.
El cambio
Su espíritu: dar mayor celeridad a los juicios de esta naturaleza, con un plazo de fallo de cerca de 90 días. Con un total de 84 jueces en el país, la nueva norma buscar agilizar un proceso que hoy puede durar hasta tres años. Para ello, contó con un financiamiento de $13 mil millones, bastante menos de lo que le costaron al fisco la reforma procesal penal ($341 mil millones) y los tribunales de familia ($40 mil millones).
La normativa opera en el resto del país desde marzo de 2008 y llegará a la RM el 31 de agosto, donde se espera que tendrá gran impacto por el gran número de empresas que tiene Santiago.
En busca de un acuerdo antes de ir a proceso
Gran parte de las causas (41%) han terminado en conciliación; es decir, un acuerdo entre el empleador y el trabajador, según el estudio realizado por la Universidad del Desarrollo en algunas ciudades donde ya entró la nueva ley en vigencia. "Desde un principio, el juez insta a las partes a llegar a un acuerdo", dice una fuente del Ministerio del Trabajo. "La idea es no llegar a un juicio laboral".
Tal como explica la misma persona, en primer término lo más sabio es llegar a un acuerdo privado. "En caso que la indemnización no supere los $ 2 millones, el tema se trata de resolver en la Dirección del Trabajo". La idea es que no produzca lo que hoy sucede en los tribunales de familia, donde las demandas y casos abundan. Además, comenta que el espíritu de la ley tuvo como prioridad buscar un acuerdo, ya que un juicio cuesta dinero y tiempo.
Más juicios
Algunos expertos ven también que podría haber una especie de "motivación" de los trabajadores a demandar. "La clientela de los tribunales se puede duplicar o triplicar, tal como ocurrió en los tribunales de familia", dice el abogado Álvaro Pizarro. "Tengo temor a que los tribunales no sean los suficientes para atender tantos casos", afirma.
Además, según Pizarro, esto puede producir efectos en el empleo. "Y ello puede motivar a tener menos trabajadores", enfatiza.
Sin embargo, una fuente en el Ministerio del Trabajo asevera que aquello no sucederá producto de la nueva justicia, "sino que por la coyuntura económica, donde se ve un aumento del desempleo", dice. "Dudo que alguien quiera ir a juicio si no tiene pruebas contundentes". Según Huberto Berg, sólo el futuro determinará la calidad de la nueva justicia.
Ojo con los despidos: ahora deberán estar plenamente justificados
Bajo el nuevo proceso se creó la estructura de la Defensoría Laboral, cuyo fin es "ayudar" a los trabajadores. Además, con el nuevo proceso en marcha, los entendidos comentan que el despido ahora debe estar plenamente justificado y detallado en la carta de desvinculación. "Las empresas tendrán que estar mejor preparadas al llegar a juicio. El cuidado, incluso, debe estar presente a la hora de preparar la carta de desvinculación", dice Humeres. De hecho, dicha carta es única y no puede volver a ser redactada. Y si en ella no figuran las causales o pruebas que justifiquen el despido, ésa ya es razón suficiente para eventualmente perder un juicio. Con la nueva justicia, las grandes compañías deben tener un equipo para tratar todas las materias relacionadas con el trabajador. "Esta realidad va a influir en la contratación, ya que -debido a las trabas laborales o burocracias- las firmas podrían optar por no contratar", dice Berg.
