Fondos Mutuos
Se acabó la discusión. Chile está en recesión. No es para dramatizar, pero los porfiados hechos nos cuentan una historia bien clara. Las cifras oficiales para el primer trimestre de 2009, dadas a conocer ayer, muestran una caída de 2,1% respecto de igual período de 2008. Pero si lo medimos respecto del trimestre anterior, anualizado y sin efectos estacionales (como se hace en el mundo industrializado), la caída es de 2,5%; esto se une a los retrocesos de 7,9% y 3,6% en el cuarto y tercer trimestre de 2008, respectivamente. Es decir, Chile ha completado tres trimestres consecutivos de crecimiento negativo; para estar en recesión, bastan 2.
De acuerdo al último Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central estima que nuestro país decrecerá en 2009 por primera vez desde 1999. En efecto, el punto medio de su estimación da un crecimiento del producto de -0,25%, una caída de 4,7% para la demanda agregada y un verdadero colapso de 14,3% para la formación bruta de capital fijo, el componente más importante de la inversión. La inflación, por su parte, deja de ser un problema, con una proyección de 0,6% para este año.
Estas proyecciones contrastan fuertemente con el IPoM de enero, mucho más optimista, que estimaba un crecimiento de 2,5% para 2009. Pero hay más. La nueva estimación entrega un rango en que la caída podría llegar a 0,75% y dice que el balance de riesgos está sesgado a la baja -en jerga no técnica: que la caída probablemente será mayor. Esta nueva proyección concuerda bastante más con la realidad, aunque todavía es optimista: los analistas privados entrevistados en la Encuesta de Expectativas del Banco Central pronostican una caída de 0,7% para 2009.
Cambio de discurso
El Banco Central es la primera entidad pública en proyectar una recesión para Chile en 2009. Frente a esta realidad, el discurso de la autoridad económica ha ido cambiando. Primero estábamos blindados, luego estábamos capeando bien el temporal y finalmente se nos venía un vendaval, donde Chile iba a sufrir pero evitaría la recesión.
Este discurso ha quedado superado por las cifras. Chile está en recesión, y eso ya nadie lo discute. Y la "Línea Maginot" argumental se va corriendo. La última línea de defensa es que Chile se va a desempeñar mejor frente a la crisis que nuestros socios. Pero incluso eso está hoy en franca duda. Es posible, entonces, que el discurso oficial deba volver a cambiar. Hay dos maneras claras de juzgar esto: en la producción y en el empleo.
Durante el cuarto trimestre de 2008 (último dato comparable), el PIB chileno decreció un 7,9% (recién revisado de un -8,3%), en variación trimestral, anualizada y desestacionalizada. Es decir, Chile cayó más que EE.UU. (-6,3%) y cerca del promedio de América Latina, aunque con un desempeño inferior a países como Argentina (-1,2%), Colombia (-4,1%), Ecuador (-1%) y lejos de otros que crecieron en dicho período, como Perú (0,7%) y Venezuela (3,8%). A su vez, durante el tercer trimestre de 2008 Chile decreció un 3,6%, mientras que EE.UU. sólo cayó un 0,5%. Comparado con América Latina, el desempeño fue aun peor, porque en promedio nuestra región creció 3,7% en ese período.
Las comparaciones de empleo son más complicadas, aunque algo se puede decir. En Chile, la tasa de desempleo nacional se ha elevado a 9,2% en marzo de 2009, pero esta cifra corresponde al trimestre móvil enero-marzo. Es un hecho que la cifra de marzo es peor que este promedio, pero lamentablemente no está disponible. Sí sabemos que la encuesta de la Universidad de Chile arroja un 12,8% de desempleo en marzo para el Gran Santiago. Contrastemos esto con las últimas cifras disponibles de algunos importantes socios comerciales: en EE.UU. el desempleo es 8,9% (abril); en México, país especialmente afectado por la crisis, es 4,7% (marzo); en Argentina es 7,3% (cuarto trimestre de 2008) y en Brasil, 9% (marzo).
Existe un amplio consenso de que el desempleo aumentará significativamente en Chile en los meses que vienen. Durante la crisis asiática el desempleo escaló hasta un máximo de 11,9% en agosto de 1999 y esa historia va camino de volver a repetirse. Con ello el número de compatriotas desempleados llegaría cerca de los 850 mil en los meses de invierno.
Reacciones tardías
Frente a esto el Gobierno ha reaccionado con una serie de medidas: un paquete por US$ 4 mil millones en enero, medidas pro crédito en marzo y otro paquete de medidas orientadas al mercado laboral anunciadas en mayo. Algunas de estas medidas han sido bien orientadas, y así se ha reconocido en esta columna. Pero el error de diagnóstico nos ha costado caro: las medidas han sido tardías e insuficientes, y no han logrado evitar el fuerte deterioro de la economía chilena. Probablemente vendrán nuevos anuncios en el discurso de la Presidenta del 21 de mayo, pero todas estas medidas juntas no lograrán revertir la escalada del desempleo.
En las últimas semanas han surgido algunas señales de optimismo respecto de que la crisis estaría tocando fondo en el mundo y en Chile. Ello es posible (aunque no está asegurado), pero sólo si se refiere a los efectos en la producción; respecto del empleo todavía queda un buen trecho para que veamos lo peor, como se ha sostenido aquí. Y corresponde en lo fundamental al cambio del escenario externo y sus efectos en las expectativas y la actividad local, no a alguna particularidad especial de nuestro país o de nuestra política económica.
La Biblia, en el Nuevo Testamento, dice "por sus frutos los conoceréis". A juzgar por los resultados, y a pesar de sus fortalezas, Chile no ha hecho nada extraordinario en el manejo de esta crisis. La regla fiscal es ciertamente un activo de nuestro país, pero ella no ha impedido que la economía chilena se deteriore fuertemente, como corroboran las cifras de producción y empleo. Hasta ahora, Chile sufre tanto o más que nuestros socios.