lunes, 11 de mayo de 2009
ANDREA ORTEGA CARREÑO
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Negocios criollos evidenciaron bajas en los últimos remates de la temporada. Los criadores están preocupados.
Los criadores están inquietos. Las pesebreras están menos desocupadas y las ventas en los remates han bajado, producto de la crisis. De hecho, los precios en los remates cayeron un 30% en relación al año pasado, según una de las empresas a cargo de organizar los eventos: Alberto Ponce y Cía.
Un ejemplo de este mal momento ocurrió a mediados del mes pasado en la medialuna del Rodeo Gil Letelier, donde 44 caballos de los criaderos Chilicauquén Viejo, Reñeco y La Renta II esperaban venderse en un encuentro de las tradiciones nacionales y los negocios.
Alberto Ponce es dueño de la empresa de remates a cargo. Lleva 25 años en el rubro y su cartera de clientes supera las 700 personas, a las que informa sobre los nuevos lotes, es decir caballos a la venta, para los eventos.
Esa vez, el precio mínimo de los caballos fue de $100 mil a $140 mil por cada una de las 12 cuotas con que tradicionalmente se pacta su pago. Las expectativas no eran tan altas, pues reconocen que el interés baja a fines de temporada, lo que hace que las ventas decaigan; y éste fue uno de los últimos remates del mes, lo que se suma al efecto que la crisis está teniendo en los compradores.
"Los precios registraron una baja del 30% en comparación al año anterior", explicó Ponce. De hecho, en la subasta el mejor postor pagó $2.400.000 por uno de los equinos.
En eventos como el de abril pasado, los vendedores también son parte importante. Por ejemplo, ofrecen aperos de huaso, aunque la venta tampoco sea muy buena.
Negativo panorama
"Cada día está peor. En el remate pasado vendí $50 mil apenas, y antes llegaba a los $100 mil", comentó Aquino Rojas, artesano y vendedor.
Durante el evento, los interesados deben pasear por las pesebreras evaluando los lotes, mientras se hace la demostración de los equinos que participan en competencias.
En abril se mostraron sólo cinco de este tipo, cifra baja, ya que éstos son los más cotizados y los que más alto se pueden transar, por su experiencia en torneos y su adiestramiento.
"Yo presento a los caballos, sus lazos sanguíneos y triunfos", explicó Manuel Bunster, quien participó en el remate.
Bunster aseguró que, por ejemplo, el remate de un caballo en abril se inició en cuotas de $140 mil, pero el trato se cerró en apenas $100 mil. Es decir, que el comprador desembolsó por cada el ejemplar equino un total de apenas $1.200.000.
Normalmente, el sistema obliga a los compradores cierran el trato, ingresar su nombre en las actas, tras lo cual "deben cancelar la primera cuota al contado y documentar las once restantes con cheques", según explica Alberto Ponce.
Al final del remate se vendieron 30 de los 44 caballos presentados por los criaderos. "Para nosotros fue un remate medio, ya que son criaderos más chicos, sin grandes campañas y con mucho potrillo, lo que baja el interés, por los costos de mantención que implica", concluye el empresario.
