jueves, 23 de abril de 2009
JOSÉ TRONCOSO OSTORNOL
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Los principales acreedores de la cadena son el Bice, Factoring Security, e Inversiones Algarrobo.
Luego de más de 40 años en el mercado, Inaudito -la cadena de tiendas especializada en telas- bajó la cortina.
La compañía -hoy de propiedad de los empresarios Jacob Loi y Lázaro Silberman- solicitó su propia quiebra ante el 29.o Juzgado Civil de Santiago.
Esta semana se realizó la primera audiencia, en la que participaron sus principales acreedores: el Banco Bice, Factoring Security, e Inversiones Algarrobo, ligada a los propietarios de Inaudito.
Fue la sociedad Tramahuel -también ligada a Loi y Silberman y dedicada a la producción y distribución de artículos para el hogar, como ropa de cama, manteles y toallas- la que solicitó la quiebra. Ésta adquirió Inaudito en 2005, con el objetivo de integrar verticalmente las operaciones.
Pero hoy, las deudas de la cadena de tiendas de venta al detalle superarían los $4 mil millones.
-¿Hay posibilidades de que la empresa se pueda recuperar?
"Eso lo va a determinar el síndico cuando se haga cargo de la empresa, no yo", dijo Lázaro Silberman al ser contactado por "El Mercurio", tras lo cual dio por terminada la conversación.
Por su parte, el gerente de Tramahuel, Jairo Varas, prefirió no hacer ningún tipo de declaración, porque, dijo, se puede "entorpecer cualquier acción". Sólo agregó que los trabajadores afectados superan los 500.
Los dueños de Inaudito están siendo asesorados por Juan Esteban Puga, socio del estudio Puga Ortiz Abogados.
Trascendió que la compañía no resistió la fuerte competencia asiática. A esto se sumó la caída en las ventas producto de la crisis financiera.
El abogado de los trabajadores de la empresa, José Luis Jofré, dijo que sólo a éstos se les adeuda $600 millones. "Pero esta empresa está terminando con un activo de $300 millones. Y eso es eventual, porque es una devolución de impuestos", explicó.
A mediados de 2004, la cadena Inaudito -que llegó a tener más de 30 locales, con presencia en los más importantes malls- había logrado salir de una situación similar a la que vive actualmente.
En esa época, sus acreedores respaldaron un convenio judicial preventivo que preparó para no quedar fuera del mercado de venta de textiles.
