DUBLIN.- Irlanda endurecerá las reglas inmigratorias para un rango de profesionales, que van desde parteras a ejecutivos financieros, en una apuesta por proteger el empleo local en una economía en recesión, dijo el miércoles la viceprimera ministra, Mary Coughlan.
La funcionaria reconoció que los inmigrantes representaron un rol clave en el auge del llamado "Tigre Celta", pero dijo que las normas que rigen los permisos de trabajo y las tarjetas de residencia debían ser endurecidas tras un dramático deterioro en el mercado laboral durante los últimos meses.
"Es esencial que ahora tomemos medidas para asegurar que los empleadores hagan todos los esfuerzos posibles para encontrar un empleado calificado dentro del actual mercado laboral", dijo Coughlan, que además es ministra de Comercio y Empleo.
Irlanda el año pasado emitió 13.694 permisos de trabajo, un 42% menos que en el 2007. En el primer trimestre del 2009, sólo se emitieron 2.087 permisos, ante una caída de la demanda de los empleadores, informó la oficina de Coughlan en un comunicado.
A partir de junio, Irlanda no otorgará ningún nuevo permiso de trabajo para trabajadores nacionales y conductores de camiones o para ninguna persona que gane menos de US$39.670 al año, y además endurecerá las reglas para renovaciones y para los cónyuges de los trabajadores.
Las medidas se aplican a aquellas personas externas al Area Económica Europea, que incluye a los 27 miembros de la Unión Europea, más Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Irlanda está además fijando un rango de oficios que no podrán acceder a tarjetas de residencia. Entre los profesionales afectados se encuentran parteras, economistas, profesionales de fondos de inversión y de cobertura, excepto a aquellos que ganen 60.000 euros o más.
Debido al estallido de su burbuja de propiedades, Irlanda ya ha calificado como no aptos para tarjetas de residencia a algunos tipos de ingenieros y arquitectos.
El gobierno estima que la economía se contraerá cerca de un 8% este año, con la esperada pérdida de decenas de miles de empleos resultando en un tasa de desempleo promedio de cerca de un 12,5% para el año completo.