domingo, 05 de abril de 2009
Bernardita Aguirre Pascal
Economía y Negocios Domingo
Las 36 familias huilliches de Koñimo Lamecura consiguieron que Marine Harvest se comprometiera a trasladar dos centros de salmón de su bahía.
La comunidad huilliche de Koñimo Lamecura de Ancud logró que la empresa Marine Harvest anunciara que moverá mar adentro los dos módulos de crianza de salmón que están frente a sus costas.
¿Cómo una comunidad indígena de Ancud le dobló la mano a una salmonera noruega?
No hubo incendios, disparos ni amenazas. Pero sí una extremada organización, diálogo y apoyo internacional.
3 años llevan reclamando
Koñimo está a 35 kilómetros de Ancud en la isla de Chiloé. Es un poblado de 250 personas que viven frente a la bahía. Hasta hace unos años la vista al mar se perdía en el horizonte, pero ahora unas balsas metálicas con bollas naranjas interrumpen el paisaje cuando se mira desde el lugar donde está el sitio arqueológico de los corrales de pesca, declarados monumento histórico.
Los vecinos reclaman contaminación de aguas. "Los mariscos cambiaron de color y sabor. Además, hemos encontrado lobos marinos muertos en la playa con disparos", afirma Álex Caicheo, huerquén de Koñimo. Estos animales rompen las jaulas de las salmoneras causando fuga de peces, pero también son parte del atractivo turístico de la zona.
Éstos fueron los principales argumentos que llevaron a la comunidad huilliche de Koñimo Lamecura a reclamar durante más de tres años. "Ellos se instalaron sin nuestro consentimiento, como lo manda la ley indígena. Nosotros no permitimos que gente extraña llegue a nuestra comunidad sin que nuestro lonco dé la autorización", dice Álex Caicheo.
En Salmón Chile explican que "cada centro está ubicado en una concesión y cumple con los requisitos medioambientales para estar ahí. En caso de liberación de nutrientes, esto sólo alimenta las algas y en ningún caso produce daños a los choritos u otros alimentos".
La lucha de Koñimo
"En 2007 se comunicaron con nosotros y nos plantearon el problema que tenían con la salmonera", dice Alejandro Salinas, director de la corporación El Canelo de Nos, ONG que trabaja en la sustentabilidad social y protección ambiental de la población campesina, indígena y pescadora.
Desde esa organización comenzaron a apoyarlos y lograron que a fines de 2007 dirigentes noruegos de la LO, una especie de CUT, vinieran a sus tierras para conocer su problema. Ellos llevaron su reclamo hasta el gobierno y la empresa Marine Harvest en Noruega.
Luego continuaron con cartas en las que denunciaron su caso a la municipalidad, la intendencia, a la Conadi y a distintas autoridades de Marine Harvest sin respuesta.
Hasta que en marzo de este año el lonco de Koñimo, Orlando Allancán, mandó una nueva carta a Marine Harvest, que fue respondida por el gerente general, Álvaro Jiménez, con el compromiso de traslado. Hoy en la empresa explican que están en reuniones con la comunidad y trabajan en conjunto con ellos.
"República de Koñimo"
Loberías y rucas son las atracciones turísticas de la zona.
Autoridades propias como el lonco y huerkén; un idioma particular llamado che zügun, que se enseña en la escuela básica y en el jardín infantil del lugar, y un programa de salud intercultural son algunos de los logros de esta comunidad. Tienen un proyecto de etnoturismo con cabañas, muestran sus rucas, sus corrales de pesca, y hacen paseos a las loberías.
A principios de año fundaron una radio comunitaria y son líderes en la organización de otras diez comunidades de esta etnia en Chiloé.
