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Cómo se ajustan los ejecutivos tras el despido

sábado, 28 de marzo de 2009

Bernardita Aguirre Pascal
Economía y Negocios

Ex profesionales de los sectores financieros, construcción, retail y minero cuentan cómo rebajan sus gastos ahora que están cesantes, y describen sus elaboradas estrategias para buscar trabajo en épocas en que el currículum no basta.



Activar los seguros de cesantía, pedir becas de estudio, rebajar los gastos de supermercados, dejar al jardinero cada 15 días en vez de todas las semanas, y salir menos al cine y a comer son algunas de las formas con que los ejecutivos enfrentan la cesantía. A pesar de que hay buenas indemnizaciones, los gastos son el primer ítem en su plan de ataque para que éstas duren el máximo, porque saben que en época de crisis les será más complicado encontrar un nuevo empleo.

Si la recolocación antes de la crisis demoraba cuatro meses en promedio, hoy podrían ser seis, según estimaciones de la consultora DBM.

Pero en esta estrategia de apretarse el cinturón hay bemoles. Mientras un ex ejecutivo de una constructora puso en venta su casa apenas lo despidieron a fines del año pasado, para "hacer caja ahora que hay un futuro incierto", otros prefieren no hacer cambios radicales en el primer momento, para no tener más preocupaciones que buscar un nuevo empleo, y optan por quedarse en su casa y no trasladar a los niños de colegio.

Consultores entregan sus recomendaciones


- Hacer parte a la familia del proceso que se está viviendo para comprometerlos a todos.

- La indemnización es el sueldo del proceso de transición. No es un patrimonio para arreglar la casa ni para prepagar deudas. Así se evita quedar sin caja.

- El dinero debe quedar disponible, no hay que ponerlo en ningún instrumento riesgoso para estar seguro y no tener preocupaciones extra como que cayó la bolsa.

- Hay que hacer una planificación financiera. Tomar la indemnización y dividirla por los gastos para ver para cuántos meses alcanza.

- En promedio hoy podrían demorar seis meses en encontrar trabajo, si la indemnización alcanza para menos, hay que hacer cambios pequeños para ahorrar.

- No hacer cambios dramáticos en el corto plazo como cambiar a los niños de colegio o vender la casa porque la recolocación demorará un tiempo y la carga emocional complica más el proceso.

- El proceso de transición no es el momento para invertir en un negocio propio, el que implica un cambio de vida, más que un cambio de trabajo y al principio hay pérdidas.



Al mínimo
"Al principio uno cree que pronto va a encontrar trabajo y no se restringe mucho", dice un ex ejecutivo bancario que demoró un tiempo en hacer cambios drásticos en su consumo. Perdió su trabajo en noviembre del año pasado y recién en marzo él y su señora se convencieron de que debían apretarse el cinturón -y en el ojal más estrecho-, porque ya no quedaban ni indemnización ni ahorros.

La realidad es que de un ingreso familiar de $3 millones mensuales bajaron a los $900 mil que gana su señora, lo que les alcanzaba justo para cuentas, nana y supermercado.

"Pedí una beca en el colegio, corté la televisión satelital y bajé el plan de internet al mínimo. Tenía banda ancha y telefonía ilimitada de $36 mil. Ahora pago $15.990", explica, y señala que no se puede perder la comunicación, porque es necesaria para seguir buscando trabajo.

El jardinero y la persona que limpia la piscina van a su casa cada 15 días, en vez de todas las semanas. Su señora cuenta que ha hecho un cambio radical en las compras de supermercado. Se acabó el lomo vetado para los asados de los fines de semana y se privilegia la carne molida. "No compro ni cerveza ni vino ni bebidas, sí más verduras, las que compro en la feria y hago más guisos", explica. Ella se fijó una cuota semanal para gastar. Y calculadora en mano, va a hacer las compras. Eso ha hecho que dejen de invitar amigos a la casa, y si se junta todos traen algo.

En marzo la entrada al colegio de sus dos hijos fue distinta. Reciclaron algunos útiles y los uniformes del año anterior y compraron libros usados. Además, se inscribieron en una biblioteca del Mall Plaza para sacar los libros que le piden a los niños.

Las estrategias de búsqueda de trabajo también son variadas. "Como perdí el trabajo en enero, pensé que era un mes malo para buscar, y dije "en marzo me pongo las pilas". Por eso perdí oportunidades", reconoce un ex ejecutivo de una corredora de bolsa que perdió su trabajo a principios de 2008. "Otro error es que busqué sólo en la bolsa, que era lo que conocía, y me cerré a otros sectores. Recién en mayo, cuando se me acabó la indemnización, me abrí a otros sectores. Paralelamente, fui haciendo asesorías que me mantenían activo, pero me dejaban apenas un cuarto de lo que ganaba antes".

Por eso se restringió al máximo y bajó un 70% su consumo. Partió por eliminar el queso camembert y el vino, y terminó viviendo prestado y dejando el departamento que arrendaba.

Marco Antonio Oye: "Hay que trabajar en conjunto con la familia"
El 10 de marzo, Marco Antonio Oye (50) quedó sin trabajo. Era gerente general de una tarjeta de una cadena de retail donde trabajó 10 años y además tiene 20 años de experiencia en la banca.

Es primera vez que este administrador de empresas queda sin trabajo, pero siente que sus 30 años de experiencia le juegan a su favor ahora que busca empleo.

Marco Antonio tiene tres hijos, dos en la universidad y uno en el colegio, más dos deudas hipotecarias de un departamento en Santiago y otro en Viña del Mar. "Lo primero que calculé fue cómo cumplir con mis obligaciones, y mi indemnización me alcanza para seis meses. Además, en familia nos propusimos pequeños ahorros, y si así me dura más, mejor", reconoce.

El cine y las salidas a comer las eliminó. Su señora ahorra en supermercado, la nana viene un día a la semana en vez de tres, y en la mañana salen en un auto al Metro para dejar a sus hijos. "Pero traté de no tocar cosas que me compliquen en la cabeza mientras pueda".

Marco Antonio sale todas las mañanas a hacer trámites y a una oficina donde se reúne con sus amigos a planificar su búsqueda de trabajo. Fue a su isapre y activó un seguro de desempleo que le permite cubrir su plan de salud durante cuatro meses de manera gratuita. Mandó su currículum a 43 oficinas de head hunter, y algunos ya lo han llamado de vuelta; además, se ha comunicado con su red de amigos y conocidos, y va todos los días a una oficina a desarrollar un proyecto que tiene en mente y desde allá busca trabajo, ahora específicamente en lo que él sabe, que es el área financiera, aunque a futuro podría cambiar de giro.

Juan Enrique Gómez: "Hay que ajustarse, pero sin dispararse en el pie"
El ex director de efectividad organizacional de Freeport Mac Moran, Juan Enrique Gómez (47), fue desvinculado en diciembre de 2008 de la empresa. Trabajaba en las operaciones mineras de Chile y Perú, en gestión de talentos, gestión de desempeño, desarrollo gerencial y liderazgo, entre otros. Pasaba arriba de un avión, pero después de cuatro años se quedó en tierra y hoy reorganiza su vida.

Es casado y tiene una hija universitaria y otro hijo en cuarto medio que piensa estudiar medicina. "Lo primero que hice fue conversar con mi familia y en conjunto organizamos los gastos. Esta es una oportunidad para darte cuenta de que hay gastos que podrías no tener", dice Gómez, quien se planificó para que la indemnización le dure un año.

Ajusté todo el plan de comunicaciones. Me quedé con una compañía y tomé un pack con internet, tv cable y teléfono. "Me ahorré $40 mil y el servicio es mejor", dice. Además, dejó de usar las tarjetas de crédito, eliminó el servicio de alarma y consiguió en la municipalidad de Las Condes un sistema gratuito de alarmas conectadas con los vehículos de seguridad.

A esto sumó ahorros en el cine y restaurantes donde va sólo una vez a la semana, usa más el Transantiago y menos el auto. No dejó de ir al club del cual es socio ni cambió a su hijo de colegio, pero pagó por adelantado el colegio y la universidad para tener un descuento y la tranquilidad para buscar un nuevo empleo.

Esta es la segunda vez que Juan Enrique pasa por un periodo desempleado, y ahora reconoce que está mucho mejor preparado. No sólo por la indemnización, además es asesorado por el sistema de outplacement de DBM y tiene una mayor red de contactos a los que ha recurrido para darles a conocer su situación. "Me tomo esto como una oportunidad, me he mirado a mi mismo y (puedo) ver qué es lo que quiero. A eso estoy apuntando ahora, y busco de manera focalizada. En la medida que tengas una metodología, seas consecuente, las oportunidades van a llegar. Ahora estoy en cinco procesos", dice.




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