sábado, 07 de marzo de 2009
CLAUDIA RAMÍREZ y RICARDO BARRÍA
Economía y Negocios Online, El Mercurio
El primer mes después del verano es visto por trabajadores y consumidores como decisivo para "calibrar" cómo viene el año en curso.
Marzo ha tomado un protagonismo inusual en el calendario. A raíz de la crisis, este mes se ha transformado en un período decisivo para que los chilenos le tomen el pulso a la crisis. Una especie de frontera entre el relajo veraniego y la dura y triste realidad de un 2009 que se adelanta como el peor año de la década.
Para trabajadores y consumidores, marzo servirá para calibrar -o al menos intentar hacerlo- cuánto puede durar la emergencia, qué tan profunda puede llegar a ser, qué efectos reales puede tener en sus empleos y qué tanto va a condicionar sus hábitos de consumo y gasto.
Por eso, en marzo el verbo cautela se está conjugando en todos sus tiempos. A la hora de comprar bienes durables -como autos o artículos tecnológicos-, al momento de invertir en activos de mayor precio -como casas o departamentos-, o al definir el gasto destinado para los libros escolares.
De ahí que comiencen a proliferar intermediarios y empresas que, a costa de reducir sus márgenes, ganen de igual forma con la preferencia de clientes, al ofrecerles lo que más buscan en estos tiempos: rebajas.
En este escenario de desaceleración -y eventual recesión económica-, la palabra desempleo es la que está teniendo mayor peso en esta actitud más cauta de parte de los chilenos.
El Índice de Percepción de la Economía (Ipec) que elabora Adimark GfK revela que el temor a perder el trabajo va creciendo en forma acelerada, a medida que los chilenos perciben que la situación de las empresas empeorará en el corto plazo.
Para las familias de menores recursos, el bono de $40 mil entregado en estos últimos días por el Gobierno sirvió de alivio, y varias de ellas contaron a "El Mercurio" que les permitirá enfrentar de mejor forma los abrumadores gastos de marzo... en especial los escolares.
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Las crecientes expectativas a perder el empleo frenan el consumo de la gente
Empleo y consumo son variables que van siempre de la mano. Lo confirma el Índice de Percepción de la Economía (Ipec), desarrollado por Adimark GfK, que en su última versión para el mes de febrero de 2009 da cuenta de que el temor a perder el trabajo es una percepción creciente entre los chilenos.
Este indicador alcanzó el mes pasado el punto más bajo desde que se analiza en el sondeo (2002), marcando 16,9 puntos -en una escala de uno a 100, donde uno es la visión más pesimista y 100 es la percepción más optimista-, con respecto a la pregunta sobre si el desempleo debiera aumentar o no en los próximos 12 meses.
Según Roberto Méndez, presidente de Adimark GfK, ésta es la forma más concreta de que la crisis está llegando a los chilenos, ya que parece haber un extendido temor a perder el empleo. "Desde que se hace pública la crisis económica internacional, en septiembre de 2008, el índice de desempleo ha perdido 23 puntos", comenta.
Esto ha frenado las expectativas de consumo, ya que las posibilidades de adquirir una vivienda o de comprar un automóvil vuelven a caer, con 23% y 18% de personas que lo creen posible, respectivamente. Para la compra de bienes durables o tecnológicos, el indicador registró un leve repunte con respecto a enero, pero apenas el 25% de las personas opina que es un buen momento para adquirir uno de estos artículos.
Sólo la percepción sobre la inflación registró una buena noticia, ya que el indicador de inflación esperada "mantiene una agresiva tendencia a la baja", dice Méndez.
Pesimismo empresarial
"Uno de los factores que más se deterioran en febrero son las expectativas para el país en el largo plazo, especialmente la situación esperada de las empresas", determina el estudio, por cuanto la percepción de la situación económica actual de las empresas llegó a 33,5 puntos, el punto más bajo desde que se calcula (2002).
El Ipec general para el país registró 34,4 puntos, mostrando una leve baja en relación al mes anterior y continuando con la tendencia muy por debajo de los 50 puntos, el límite neutro para la medición. De todas formas, para Méndez, "el pesimismo actual es más moderado que el observado en los dos ciclos negativos anteriores", refiriéndose al de los 80 y a la Crisis Asiática.
Automotoras buscan revivir la demanda con bonos y financiamiento
Empezó mirando autos nuevos en noviembre, pero se dio cuenta que el modelo que le gustaba subió $1 millón en menos de seis meses. Le ofrecieron un descuento por $400 mil, pero no lo convencieron. Esta semana lo llamaron de nuevo para decirle que a fines de marzo el auto sube $300 mil más. Pero Eduardo Roldán (29 años) ya decidió: Se convirtió en uno de los compradores arrepentidos de los últimos meses.
A pesar de las deserciones, en la industria aseguran que éste es un buen momento para comprar... y también para negociar. Si los compradores se acercan a las automotoras pueden conseguir bonos de hasta $1 millón, rebajas en la tasa de interés de 40% e incluso un auto equipado con una mejor radio. "Los autos están demasiados baratos en relación con el mercado internacional", dice Eduardo Arueste, director ejecutivo de la automotora Grass & Arueste.
De las 36 marcas que vende Movicenter, su gerente general, Marcos Hasard, calcula que casi el 100% está haciendo algún tipo de rebaja. "Hay algunas que no promocionan abiertamente, pero igualmente hacen descuentos", dice.
En el sector hay consenso en que "la" herramienta por estos días es dar facilidades para el financiamiento. En Subaru explican que no son muy amigos de las promociones porque "la marca trata de proteger los valores de los autos en el tiempo", según Roberto Delgado, gerente de Ventas y Servicios de Subaru. Pero para sus autos "de entrada" como los Impresa -los más económicos, desde $9.640.000- hay tasas "más agresivas para darles facilidades a los clientes".
