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Los chilenos lo pensarán dos veces antes de faltar al trabajo durante este año por temor a perder sus empleos. Los trabajadores cuidarán sus puestos y eso se verá reflejado en un uso más racional de las licencias médicas y de otros permisos especiales.
Al menos eso es lo que prevén los expertos.
El gerente general de la firma Watson Wyatt, Gregorio de la Fuente, hizo su carrera en una de las mayores isapres del país y sabe a ciencia cierta que el temor al desempleo encuentra un correlato directo en un uso menos intensivo de las licencias médicas.
Es así como, entre 1999 y 2001 -años en que se sintieron a plenitud los efectos de la Crisis Asiática en Chile-, se produjo una baja de 19,3% en las licencias tramitadas. Mientras en los nueve primeros meses de 1999 se tramitaron 798 mil licencias, en el mismo ejercicio de 2001 se tramitaron sólo 644 mil.
¿Qué ocurrió en ese escenario? Primero, que los propios trabajadores redujeron el uso de licencias por temor a perder sus empleos y, segundo, que muchos cotizantes de menores ingresos emigraron a Fonasa.
De hecho, 420 mil asalariados abandonaron el sistema de isapres durante la crisis.
Esto ocurre en términos generales, pues tampoco se puede obviar que algunos usuarios utilizan las licencias para amarrarse a un trabajo cuando se sienten amenazados por la eventualidad del despido o mientras buscan otro empleo.
"Yo recuerdo que entre los trabajadores comisionistas, el ausentismo tiende a aumentar cuando bajan las ventas", dice De la Fuente.
Mal uso
Otro fenómeno que se presenta durante los períodos de menor actividad tiene que ver con el mal uso de licencias por parte de los propios empleadores. Hay industrias plenamente identificables que aumentan el ausentismo justo en los períodos de menos actividad.
Este fenómeno se debe a que las empresas reducen su carga financiera mensual mientras los trabajadores están con licencia, pues en esos períodos los salarios los pagan las isapres.
Tal como advierte el experto laboralista de PricewaterhouseCoopers, Andrés Fuentes, "es una práctica derechamente fraudulenta cuando un empleador les sugiere a sus empleados tomarse licencia, eso constituye un fraude grave y un abuso del sistema".
Una de las opciones que barajan el Gobierno y la Asociación de Isapres para reducir prácticas como esta es terminar con el no pago de los tres primeros días de licencia y castigar los permisos más largos, pagando sólo el 80% del sueldo del trabajador que está con licencia médica y dejando el 20% restante retenido sólo para que pueda ser ocupado en prestaciones de salud.
Las isapres deben pagar el sueldo del trabajador desde el cuarto día en caso que la licencia sea menor a los 10 días y desde el primer día en el caso de que la licencia supere los 10 días, lo que alienta a que empleadores y empleados a tomar licencias más prolongadas.
El director de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, cree que todo este debate refleja la necesidad de reformar el sistema de licencias médicas, de tal forma que este beneficio cuente con incentivos orientados a los propios usuarios para su buena utilización y que no sea mal utilizado -por empleadores y por empleados- para sortear períodos de dificultades económicas.
En promedio, el sistema de isapres nacional paga por cada cotizante 7,3 días al año de licencia médica.
También disminuirán los accidentes debido a la menor actividad
Los accidentes y enfermedades del trabajo también disminuyen en tiempos de crisis. Tal como explica el gerente general de la Asociación Chilena de Seguridad, Eduardo Undurraga, las industrias más riesgosas tienden a deprimirse primero (construcción, por ejemplo), lo que explica que el uso del seguro sea menor en tiempos de crisis económica. "Si hay menos producción, algunas empresas eliminan turnos y eso se traduce en que hay menos exposición al riesgo de accidentes", dice.
En 1969 (año en que se inaugura el sistema de mutuales), la tasa de accidentabilidad era de 35%. Con la crisis de mediados de los 70, esa tasa bajó a 11% y durante la crisis de los años 80, a 8,6%.
En crisis, la gente valora tener trabajo
La firma consultora Mercer ha realizado estudios que muestran que los grados de satisfacción de las personas con su trabajo aumentan en tiempos de crisis.
Tal como advierte el analista de esa firma, Marcelo Córdova, "cuando bajan las expectativas económicas, la satisfacción de estar en la empresa aumenta, las personas agradecen tener trabajo y todas las variables que hacen que una persona no asista a trabajar disminuyen radicalmente".
Además, no sólo aumenta la satisfacción, sino que también disminuye la rotación voluntaria. "La gente no ve oportunidades de crecimiento y el deseo de mirar otros panoramas desaparece".