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Alza y caída de la inflación: un arma de doble filo
A octubre de 2008, el IPC acumulaba un alza de 9,9% en doce meses, por lo que las compañías, en general, se vieron enfrentadas a un escenario más restrictivo, con una pérdida de poder adquisitivo en los consumidores. Este elemento afectó puntualmente a las empresas ligadas al consumo, como por ejemplo, las de retail.
Según explica Diego Celedón, de Banchile, hacia el término de 2008, el retroceso de la inflación fue recibido como una buena noticia. Sin embargo, éste tuvo como contraparte una fuerte caída en la demanda. Por lo que su impacto fue más bien marginal en las firmas del rubro.
Andrea Podestá, de Penta Corredores, comenta que en el caso de la banca, el alza de la UF fue un elemento favorable para los bancos de la plaza. Sin embargo, una vez que la inflación empezó a ceder se combinó también con una menor demanda por créditos, lo que tuvo, también, incidencia en los resultados de las instituciones financieras.
Precio del petróleo redujo los costos en el segundo semestre
Los precios de los commodities mostraron sus dos extremos durante 2008. Estuvieron altísimos durante el primer semestre y muy bajos después de octubre, tras el estallido de la crisis financiera internacional.
El alto precio del petróleo en 2008 -promedió US$ 99 por barril, siendo que en 2007 llegó a US$ 77- impactó a muchas empresas. "Ese mayor costo tuvo un impacto directo en las empresas eléctricas y también en las compañías en general por los mayores costos de distribución. A su vez, se vieron otros impactos de segunda vuelta, como es el caso de las empresas que para su proceso productivo requieren de materias primas ligadas al petróleo", señala Pamela Auszenker, analista de BCI Inversiones.
El respiro vino tras la crisis. De hecho, el petróleo WTI promedió US$ 59 en el cuarto trimestre, lo que es un tercio más bajo que los US$ 90 del último período de 2007.
Pero esto golpeó a las petroleras, que se quedaron con inventarios perdiendo valor a alta velocidad. Enap, que perdió casi US$ 1.000 millones en 2008, y Copec lo sufrieron.
El resto de los commodities mostró un rumbo tan errático como el del crudo. Mientras el cobre llegó a cotizarse en US$ 4,07 en julio pasado, ya en diciembre se vendía en US$ 1,4. Y dada la mecánica del mercado cuprero, las empresas de este sector tuvieron un impacto aún mayor.
Estrechez financiera y deterioro económico
La escasez mundial de crédito y la inestabilidad de los mercados financieros marcaron 2008. Algunas compañías se enfrentaron a la crisis internacional con pertrechos suficientes. Pamela Ausenker, de BCI, destaca por ejemplo el caso de Colbún. La eléctrica ligada a la familia Matte llevó a cabo durante 2008 un aumento de capital, la colocación de bonos y reestructuró un crédito sindicado internacional por US$ 400 millones.
El caso opuesto lo protagonizó Cencosud, con un aumento de capital que debió ser suscrito por Horst Paulmann ante la caída del precio de las acciones de la firma de retail por debajo del valor de suscripción.
Otra arista a nivel macroeconómico es la caída que experimentaron tanto la demanda interna como la demanda externa. Francisco Errandonea, de Santander, y Agustín Álvarez, de Bice, coinciden en la relevancia de este punto en los resultados del cuarto trimestre, sobre todo en las firmas ligadas al ciclo económico.
Inestabilidad del dólar también fue de dulce y de agraz
La volatilidad que mostró el dólar durante 2008 tuvo un impacto dispar en las compañías locales. La primera mitad del año la divisa cayó hasta niveles de $431,5, lo que golpeó puntualmente a las empresas exportadoras.
Entre ellas, Concha y Toro fue una de las firmas más afectadas, ya que la viña percibe gran parte de sus ingresos en dólares. El Banco Central inició en abril su programa diario de compra de divisas, lo que impulsó el valor de la moneda durante los meses siguientes.
Fue justamente esa recuperación de la divisa la que terminó por favorecer a la firma ligada a la familia Guilisasti.
Eso sí, la empresa finalizó 2008 con una caída de 0,3% en su resultado operacional y un retroceso de 5,22% en sus utilidades en el mismo periodo.
Para Diego Celedón, analista de Banchile, otras firmas que se vieron favorecidas con el repunte del dólar -finalizó el año con un valor de $641,5- fueron las compañías eléctricas y las exportadoras en general.
Otro punto a considerar, según explica Pamela Auszenker, de BCI Corredores, son las diferencias entre las monedas latinoamericanas y el peso chileno. Este punto favoreció particularmente a algunas compañías con presencia regional, como Endesa, Enersis y Andina. Monedas como el peso colombiano y el sol peruano registraron durante 2008 una depreciación menor que el peso chileno, lo que genera ganancias para esas empresas netamente por aspectos contables.
Las lluvias potenciaron las ganancias de las eléctricas
US$ 1.000 millones. Eso fue lo que ganaron, en conjunto, las tres mayores generadoras eléctricas del país, Endesa, Colbún y AES Gener, el año pasado. La cifra es casi el triple que lo obtenido un año antes.
"El sector eléctrico registró un fuerte aumento en sus utilidades", dice el jefe de Estudios de Bice Inversiones, Agustín Álvarez, y agrega que una de las claves de este resultado es que la base comparativa es bastante baja, ya que el cuarto trimestre de 2007 fue malo para las empresas.
A esto se suma la lluvia. "En el período aumentó de manera significativa la generación en base hidrológica respecto a 2007, disminuyendo los costos promedio de generación", agrega Álvarez.
Esto, porque la generación con agua -Colbún y Endesa se ven más expuestas, al tener más centrales de este tipo- resulta gratis ya que el agua no tiene costo. Y se vende al mismo precio que si se generara con carbón o diésel.