lunes, 16 de febrero de 2009
Danilo Bustamante
Economía y Negocios
Pese a incremento de los volúmenes,el balance global es positivo, con un aumento de 7,7% de los envíos agregados del sector.
Si se observan las cifras globales registradas por la industria vitivinícola en 2008, el primer análisis es positivo. El sector concluyó la temporada con exportaciones de vino embotellado que llegaron a US$ 1.164 millones, 7,7% más que en 2007.
Aunque las tasas de crecimiento no repitieron las cifras de 2007 (cuando los envíos en dólares crecieron 31%), la temporada anterior soportó un trimestre completo en crisis, situación que impactó en las exportaciones de vino del período, dados los ajustes de stock que realizaron los importadores.
Pero al desglosar los resultados de las viñas las realidades son disímiles. Aunque en el país las empresas vitivinícolas que exportan sus productos son más de 250, el 97% del total de los envíos se concentra entre las 100 primeras firmas, considerando a su vez que 72 de éstas facturan menos de US$ 10 millones anuales.
Más volumen
El 31% de este grupo de empresas vio recortados sus ingresos por exportaciones con respecto a los resultados que presentaron en 2007. Estas caídas, que en algunos casos superan el 50%, se vuelven aún más relevantes al considerar que el tipo de cambio promedió el año pasado $522,46, una centésima menos que en 2007 ($522,47).
A nivel de volumen, la industria en conjunto creció 2,4%, superando los 40 millones de cajas comercializadas. Sin embargo, el 39% de los 100 primeros exportadores debió enfrentar una menor cantidad de botellas vendidas.
Esta situación contrasta con lo ocurrido en 2007, cuando las viñas que disminuyeron en exportaciones o en volumen sólo eran el 10% y el 13%, respectivamente.
Perspectivas
En la industria aún no hay total claridad sobre cómo se comportará 2009 para los viñateros, y diversos empresarios prefieren esperar hasta tener los números del primer trimestre para realizar pronósticos.
Aunque en crisis uno supondría un inmediato impacto en la industria, varios analistas internacionales, en especial con ocasión de la premiación anual que realiza Wines of Chile, han manifestado que el país podría verse beneficiado por la crisis dada la buena relación precio calidad que tienen los vinos nacionales.
Pese a esto, a nivel interno los analistas sí ven un escenario 2009 con una demanda a la baja, en donde los grupos grandes son los que están en una mejor posición para hacer frente a la coyuntura.
El otro aliado, por el momento, que tienen los viñateros es el tipo de cambio. En enero la moneda norteamericana promedió $612, casi $100 más que el promedio de 2008. Sin embargo, en los últimos días el dólar ha registrado un retroceso que ya tiene el promedio de febrero bajo los $595.
El rendimiento del líder del sector: Concha y Toro
Para el principal grupo viñatero del país, Concha y Toro, la temporada concluyó con un alza relevante en los envíos.
Anotó un incremento de 13,3% en las exportaciones en comparación con 2007, totalizando envíos por más de US$ 417 millones. Entre las viñas ligadas al grupo -como Maycas, Emiliana y Maipo- destacó especialmente Palo Alto que en dos años pasó de enviar US$ 560 mil a casi US$ 11 millones. Otra de buen rendimiento fue Cono Sur, que elevó sus exportaciones un 42%.
Aunque 2009 se ve complejo, los analistas de mercado destacaron la posición de la viña para enfrentar las turbulencias.
"Ellos tienen todas la líneas. Quizás los compradores pasen de consumir vinos más baratos que los premium. Por volumen, el escenario es claramente complejo, no estamos estimando un crecimiento tan alto, más bien lo vemos caer, pero por tipo de cambio, estaríamos viendo un incremento", explicó Daniela Santibáñez analista de Penta Estrategia e Inversiones.
"Creemos que Concha y Toro está en una buena situación frente a las demás viñas del país, básicamente por su extensa red de distribución: a la fecha, la compañía tiene en torno a 270 distribuidores independientes para las exportaciones", afirmó Jorge Opaso de Larraín Vial.
Agregó que a esto se suma el poder de negociación que poseen con los proveedores, su participación en los mercados clave que tiene Chile y los márgenes operacionales que están muy por sobre la industria y que durante la crisis asiática, por ejemplo, no variaron.
