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Analistas cuestionan la transparencia de la nueva medición del IPC, y el INE defiende su fórmula

miércoles, 11 de febrero de 2009

V. MARCHANT Y E. OLIVARES
Economía y Negocios

La no publicación de los precios base y las ponderaciones de productos, y el efecto no suavizado de bienes estacionales son los puntos en discusión.

Diversos analistas de mercado cuestionan algunos aspectos de cómo el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) empezó a medir desde enero la inflación. Desde ese mes aplica una nueva canasta de bienes y servicios, que componen la base de cálculo para observar el comportamiento de los precios en la economía.

De acuerdo con algunos expertos, el INE actúa con poca transparencia al no revelar la base de datos de precios y al no entregar en forma detallada cómo se ponderan algunos productos en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La entidad justifica esas fórmulas.

Los 25 años
En un largo informe preparado por el economista jefe de LarrainVial, Leonardo Suárez, en que se valoran algunos avances en la nueva canasta -que recopila más antecedentes que antes-, se cuestiona que por primera vez en 25 años el INE dejó de publicar la base de datos de precios. Con ella se verificaba la variación de los costos de los productos incluidos en la medición. A partir de este año, la base es un valor 100 a diciembre de 2008 -no publicado-, y sobre ella se calculan los cambios.

Aunque Rodrigo Aravena, analista macroeconómico de Banchile, asegura que la nueva canasta refleja mejor los hábitos y preferencias de los consumidores, considera que su implementación puede conllevar críticas. "Sería muy beneficioso contar con series empalmadas, de cuánto hubiese sido antes la inflación con la nueva metodología", asegura.

El INE responde que su objetivo es observar variaciones de precios, no de niveles, y que para esto último hay otras instituciones.

Otra crítica relacionada con la transparencia surge de que sólo se publican los índices agregados por producto. Por ejemplo, si antes el INE medía el pan corriente, pan especial y pan envasado, hoy sólo se conoce el ítem "pan", sin que se sepa la ponderación de sus subítemes.

"Con esta opción, el INE se reserva el derecho a cambiar las ponderaciones de los productos al interior de un agregado, lo que si no se hace con transparencia, se presta para manipulación de las ponderaciones", asegura Suárez.

El instituto, sin embargo, comenta que sólo existen ponderaciones a nivel de producto, para respetar el principio de sustitución por parte de los consumidores, que pueden variar su decisión de compra de acuerdo con el precio que tenga cada variedad en los locales.

"Si se establecieran las ponderaciones a este nivel, se elimina la posibilidad de sustitución, lo que es incompatible con la realidad", afirma el INE. Esta consideración implica que se consideran los precios de todas las variedades del producto en los establecimientos consultados anualmente.

El enfrentamiento de los analistas es duro. Aravena espera que pronto se conozcan los datos. Suárez teme una pérdida de credibilidad del organismo.

El conflicto estacional
La importante incidencia que tuvieron las liquidaciones de vestuario y calzado en el índice de enero llamó la atención del mercado.

Alejandro Fernández, de Gemines, asevera que antes se suavizaba el impacto que podían tener los cambios de precios estacionales.

"Es raro el por qué el INE optó por registrar la variación bruta de bienes y servicios con precios estacionales, cuando todos los países suavizan las variaciones estacionales con algún método", asegura el economista de LarrainVial. De acuerdo con su estimación, si se hubiera medido la nueva canasta de productos con la metodología antigua, el índice de enero habría variado en -0,4%, y no -0,8%.

Sin embargo, el INE afirma que el cambio metodológico está validado por recomendaciones de organismos internacionales como el FMI y la OCDE, con tal de reflejar la real variación de precios que sufre el consumidor mensualmente. "No es labor del IPC mitigar artificialmente las variaciones de precios por efectos estacionales y por la volatilidad de ciertos productos", aseguran en el instituto, que además plantea que con los datos publicados se pueden realizar las comparaciones estacionalizadas mediante técnicas econométricas.

Pese a lo anterior, Suárez y Fernández creen que la nueva metodología hará del índice un instrumento más volátil, lo que dificultaría la proyección de la inflación y, consecuentemente, las modificaciones de la tasa de política monetaria por parte del Banco Central. Según Fernández, además, esto podría significar que la banca, ante la incertidumbre, tome mayores resguardos antes de traspasar los cambios de la tasa de referencia.

Canasta actualizada
La canasta de bienes y servicios con la que el INE comenzó a medir la variación del IPC en el Gran Santiago en enero de este año, y con la que empezará a hacer la medición a nivel nacional en el mismo mes de 2010, actualiza varios de los productos contemplados con tal de representar de forma más acertada los hábitos de consumo actuales.

Entre los productos que salen de la canasta se cuentan el martini, la hechura de vestón, los rollos de foto y el personal estéreo. A cambio, entran el ron, la conexión a Internet, los inhibidores del apetito y los servicios de impresión digital, entre otros.

La decisión se fundamenta en los cambios registrados en la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2008, además de estudios de mercado que el INE consultará periódicamente. Las mediciones anteriores se basaban en la Encuesta de 1998.

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