jueves, 05 de febrero de 2009
Gustavo Orellana
Economía y Negocios
Escondida perdió US$ 770 millones el cuarto trimestre, Pucobre anotó apenas US$ 1 millón de ganancia en el mismo período y Xstrata también anunció malos números.
La baja del cobre fue un terremoto para los resultados de las empresas mineras que operan en el país. El mejor ejemplo es Escondida, que durante el cuarto trimestre anotó una pérdida superior a los US$ 770 millones y redujo además sus ganancias anuales acumuladas en 45% entre 2007 y 2008.
Esto se suma a lo ocurrido en otras compañías del sector. Codelco habrá obtenido, como máximo, ganancias por US$ 100 millones en el último trimestre del año pasado debido a la misma situación. Y sus utilidades entre 2007 y 2008 cayeron 42%.
Más aún: la división Norte de Chile de Xstrata Copper -que incluye el yacimiento Lomas Bayas y la fundición Altonorte- informó un Ebitda descontando depreciación y amortizaciones de menos US$ 6 mills., mientras que para Collahuasi, el mismo indicador pasó de US$ 894 millones a US$ 523 millones, es decir, un descenso del 41%.
Pucobre, empresa ligada a los grupos Hurtado Vicuña y Fernández León, acumulaba US$ 79,7 millones de ganancias a septiembre, mientras que en su balance anual, entregado la semana pasada, anota US$ 80,4 millones. Es decir, ganó apenas US$ 600 mil en tres meses, y sus ganancias 2008 son 42% más bajas que en 2007.
Los grupos Anglo American -que controla Los Bronces, Mantos Blancos y la fundición Chagres, entre otras operaciones- y Antofagasta Minerals -Los Pelambres, El Tesoro y Michilla- entregarán sus resultados a fines de este mes.
El director de Cesco, Juan Carlos Guajardo, explicó que además de la baja del precio influye el alza de costos producido el año pasado -que no alcanzaron a disminuir a la velocidad con que sí lo hizo el precio- y las bajas productivas, debido a imprevistos en las principales operaciones. "Estas tendencias son comunes a muchas mineras chilenas", señaló el experto.
Descalce de facturación
Una situación que complicó mucho a las mineras fue la llamada "finalización de ventas". Esto significa que las empresas emitieron facturas considerando el precio del día en que salió el embarque, pero luego debieron cerrar la factura considerando el precio de tres meses después. Es decir, si una minera envió un cargamento de concentrado o cátodos a Asia en agosto -con el cobre sobre los US$ 3 por libra- recibió como pago cerca de US$ 1,5 a los que se cotizó el metal en noviembre.
Para el director del Centro de Minería de la UC, Gustavo Lagos, esto es muy relevante, porque significa que las mineras públicas y privadas sólo gozaron del ciclo alto de precios durante el primer semestre.
Inversiones también bajan
Uno de los ítems que se redujeron inmediatamente cuando se produjo la baja del precio del cobre -aunque no en todas las mineras- fue la inversión en nuevos proyectos.
De acuerdo con el último reporte de crisis financiera elaborado por la Corporación de Bienes de Capital (CBC), las compañías mineras decidieron suspender dos proyectos por US$ 1.300 millones y se paralizaron otros ocho que suman US$ 8.255 millones.
Entre las principales iniciativas que hoy han visto cambiar su cronograma -lo que no significa que no se concretarán- destacan la fase V de Minera Escondida, que tiene un costo de US$ 3 mil 250 millones, y la ampliación de Los Bronces, que costará US$ 1.744 millones.
