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El Gobierno decidió tomar un rol protagónico en la discusión sobre el aumento de las emisiones contaminantes producto de la instalación masiva de unidades termoeléctricas a carbón.
Y lo hizo de manera drástica: la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, dijo ayer que el Ejecutivo está ultimando detalles para presentar un proyecto de ley que obligará a las generadoras eléctricas que construyan este tipo de centrales a usar tecnologías eficientes de captura de emisiones, lo que reducirá en hasta un 95% la contaminación generada por su operación.
La mala noticia para las eléctricas es que este tipo de tecnologías encarece en al menos 20% el costo de la inversión total. Así, por ejemplo, la central Barrancones, que proyecta construir Suez Energy en la IV Región, pasaría de costar US$ 1.100 millones a US$ 1.320 millones.
De concretarse, el proyecto no tendría efecto retroactivo, es decir, no obligaría a las unidades que ya están en operación a modernizar sus instalaciones para acogerse a la nueva normativa.
Se está estudiando si las centrales que están actualmente siendo tramitadas en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y que aún no parten su construcción deberán, o no, incurrir en una mayor inversión.
Cómo funciona
"Hay tecnologías muy importantes que capturan tanto el óxido de nitrógeno como el azufre", dijo Uriarte, quien agregó que durante el primer trimestre de este año tendría que estar listo el anteproyecto respectivo.
"Hoy está en análisis y pronto será publicado un anteproyecto de norma respecto de las termoeléctricas precisamente. Esto significa que lo que estamos haciendo es poner al día la legislación nacional respecto de estándares internacionales", explicó la ministra.
La situación es compleja, porque el carbón domina ampliamente el listado de nuevas centrales eléctricas que se instalarán en los próximos años. De hecho, el 87% de la capacidad eléctrica que se pondrá en marcha en 2010 usará este combustible.