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Gobierno pide a la fiscalía investigar eventual colusión en el mercado del pan

sábado, 10 de enero de 2009

V. REYES Y B. SERRANO
Economía y Negocios, El Mercurio

Ministra Hornkohl solicitó indagar toda la cadena: trigueros, molineros y panaderías. A la fecha, la FNE no ha iniciado diligencias sobre el tema.

El Gobierno activó sus alarmas frente a una eventual colusión en el mercado nacional del pan.

El director nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), Iván Nazif, envió el martes recién pasado -por encargo de la ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl- antecedentes sobre la evolución de los precios de la cadena de trigo, harina y pan a la Fiscalía Nacional Económica (FNE), para que este organismo indague una posible colusión entre los agentes de la industria.

El objetivo de la cartera es dilucidar por qué la baja de los insumos -principalmente trigo y harina- no se estaría reflejando en el precio final del pan.

"Me interesa que la gente pueda consumir un pan a un precio justo", declaró la ministra Hornkohl a "El Mercurio". "Conversé con el fiscal (Enrique Vergara). Este es un tema que estamos mirando hace tiempo".

En la minuta remitida al fiscal y a base de los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el ministerio concluyó que los aumentos en 2007 y 2008 en el precio de la harina -cerca del 40% del precio del pan- no se sustentaron exclusivamente en el comportamiento de los valores del trigo (cerca del 70% del precio de la harina), y habría que buscar otras causas para dichos incrementos.

En el caso del pan, dice el informe, ocurre lo mismo. El aumento de precios de 20% que experimentó en 2008 no se puede atribuir exclusivamente a las variaciones en el precio de la harina, la que tuvo un alza de 14%. "Se debe buscar otros factores para explicar el alza", se señala.

Estas conclusiones se basan en que en 2008, según el Gobierno, el precio de la harina debió tener un crecimiento cercano a cero, por las variaciones que hubo ese año en los valores de comercialización del trigo.

Asimismo, dice el informe, en 2007 la harina subió 49%, no obstante que las subidas del precio del trigo justificarían un aumento de 33%.

En 2008, el trigo comenzó registrando alzas que luego habrían sido anuladas por sucesivas bajas, a diferencia de la harina, cuyos precios crecieron a tasa de dos dígitos en el período, lo que a su vez permite explicar un aumento de sólo 6% en el valor del pan.

"Este último, no obstante, registra un aumento de 20%", concluye el informe.

En la FNE confirmaron la recepción del documento, pero explicaron que todavía no hay una investigación formal.

En tanto Luis Schmidt, presidente de la Sociedad Nacional de la Agricultura (SNA), estimó la medida de Agricultura como positiva para la transparencia comercial. "Uno se pregunta por qué el precio del trigo cae y el del pan no", dijo.

Hernán Larraín, presidente de la Comisión de Agricultura del Senado, sostiene que "está muy bien que se investigue si es que ha habido colusión en el poder comprador".

Respecto al tema, no todos en el sector coinciden en que los precios del pan podrían estar por encima de los costos de producción. A pesar de que algunos molineros -quienes compran trigo y venden harina- han afirmado que el precio del pan debiera caer por la baja en el precio del trigo, otras fuentes del sector afirman que la industria debió traspasar en 2008 las alzas en sus costos, como el precio del petróleo, energía eléctrica, mano de obra y enfrentar los horarios de restricción eléctrica.

Pedro Jofré, gerente general de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan), también cree que si bien puede haber habido alguna disminución en el precio de algunos insumos, este sería menor que el proporcional del alza que tuvieron los mismos durante el período anterior.

No es la primera vez que son cuestionados
No es la primera vez que el Gobierno advierte sobre anomalías en los valores a los que se comercializa el pan.

En 2007, el entonces ministro de agricultura, Álvaro Rojas, sugirió que un precio "razonable" para el kilo de pan corriente era de $ 720.

Además "hizo un llamado" a que el Gobierno advirtiera la posibilidad de colusión entre los industriales panificadores ante el anuncio de una nueva alza en el precio del producto.

Un año antes siete diputados de la Democracia Cristiana, hicieron una solicitud de investigación por los precios del pan a la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

En 2002, tuvo lugar la denuncia formulada ante la FNE por los diputados PPD Antonio Leal y Eugenio Tuma en contra de Manuel Suárez, el entonces presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de la Región Metropolitana y el dirigente gremial de la Región de la Araucanía, Germán Goicoechea, por presunta acción concertada de panaderías para alzar el precio del producto.


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