El abogado Cristóbal Acevedo llegó al Gobierno como jefe de gabinete de Alejandro Ferreiro en Economía, mantuvo el puesto con el ministro Hugo Lavados, y al poco tiempo éste le pidió que tomara la dirección del aproblemado Departamento de Propiedad Industrial (DPI). En pocos meses, reconocen expertos privados, el joven profesional DC mejoró la eficiencia del servicio, y lo preparó para su gran cambio institucional: desde el 1 de enero es el nuevo Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi). Los cargos directivos serán concursados por el Sistema de Alta Dirección Pública, y Acevedo dice que no postulará, tanto para darle más transparencia al proceso como por razones personales.
-Usted había dicho que Inapi partiría cuando estuviera todo listo, y no lo está. ¿Por qué comenzar el 1 de enero?
"Está lo esencial listo como para que comience una nueva institucionalidad. Se hace muy difícil generar cambios cuando no se tienen los recursos necesarios, y mientras no partiéramos con Inapi, no contaríamos con los recursos, pues están destinados a la nueva entidad pública".
-La gente que llegue a lo que desde el 2 de enero será el ex DPI, ¿qué diferencia notará respecto de la atención que tuvo el miércoles 31 de diciembre?
"Los primeros cambios son más bien de imagen. Los cambios más sustantivos serán a mediados del 2009, cuando finaliza la fase de instalación. Un usuario verá un servicio muchísimo más eficiente, lo cual ya se está notando. Por otro lado, tenemos un proyecto bastante avanzado que nos permitirá en el mismo plazo contar con una plataforma tecnológica que haga que los usuarios puedan presentar y tramitar su patente o marca 100% online".
"De alguna manera, el DPI es una especie de notaría: nos da lo mismo si la patente viene de Chile o del extranjero; si es una universidad o una pyme o una gran empresa; de regiones o Santiago, porque la ley lo único que nos dice es "registre". Pero nos preocupa que sólo el 10% de las patentes sea chilena, y el 90% extranjeras. La propuesta es que en un plazo de cinco años hayamos aumentado a 20% la participación de patentes chilenas en la masa de solicitudes".
-¿No son otras las instituciones que buscan ayudar a fortalecer esa área, no el Inapi?
"Nosotros no sustituiremos a esas otras instituciones, pero sí tenemos una especialidad: reconocer cuando algo es patentable o no. Hicimos una alianza con la Oficina Española de Patentes para generar los informes tecnológicos: si tengo una empresa de aire acondicionado, y tengo un descubrimiento para el cual requiero una tremenda inversión, antes podré pedir en el Inapi un informe del estado mundial y patentamientos de ese tipo de inventos. Tendrá un costo cercano a los 1.000 euros".
-¿Cómo resume los objetivos del nuevo Inapi, entonces?
"Por un lado, queremos más eficiencia, que tendrá sus primeras luces nítidas hacia mediados de 2009; más accesibilidad, a través de una plataforma 100% por internet para poder patentar y hacer todo tipo de pagos y tramitación online; tercero, promover el patentamiento en Chile y transferir del conocimiento que sea de dominio público para que se mejore la competitividad del país".