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El ritmo de la crisis crediticia

miércoles, 10 de diciembre de 2008

MATÍAS BRAUN L., Director de Estrategia IM Trust. Profesor de la U. Adolfo Ibáñez
Economía y Negocios Online, El Mercurio

En la primera etapa, los bancos son incapaces de seguir prestando al ritmo con que venían haciéndolo, porque la regulación establece límites máximos al endeudamiento como proporción del capital.






El actual proceso de estrés financiero se origina en el quiebre de la burbuja inmobiliaria, un origen típico de estos procesos en los países desarrollados.

A partir de gatillantes de este tipo, las reducciones del flujo neto de financiamiento de los bancos al sector privado pasan normalmente por tres etapas: la del "no puedo prestar", la del "no quiero hacerlo" y, finalmente, cuando las personas ya no quieren pedir prestado. En formato musical, sería como:

No me pidas más de lo que puedo dar... En la primera etapa, los bancos son incapaces de seguir prestando al ritmo con que venían haciéndolo, porque la regulación establece límites máximos al endeudamiento como proporción del capital.

Cuando el banco se ve enfrentado a pérdidas o debe realizar mayores provisiones, su capital efectivo disminuye y, por tanto, su endeudamiento por normativa debe caer.

Si la entidad no se recapitaliza, su capacidad de otorgar o mantener los créditos ya otorgados se ve limitada. Y este es el resultado clásico, porque a un banco con fuertes pérdidas le es más difícil mantener a sus depositantes, colocar deuda subordinada o, derechamente, levantar capital.

Esta es la etapa que, con mucha dificultad y gracias a la inyección de liquidez de las autoridades monetarias y la capitalización fiscal, comenzamos a dejar atrás.

Tú te vas y yo me quedo aquí... La segunda fase comienza cuando las pérdidas de los bancos comienzan a erosionar su confianza y deciden no seguir tomando riesgos siendo mucho más estrictos en los estándares para prestar.

El flujo neto a los deudores privados disminuye, porque los bancos comienzan a privilegiar la compra de papeles estatales y porque comienzan a pedir más de vuelta por medio de mayores tasas de interés de colocación.

Por su lado, las tasas de captación caen por la mayor demanda de papeles estatales, la reacción de la autoridad monetaria y porque, si no se va a prestar tanto como antes, los depósitos ya no son tan necesarios.

Así, el spread de tasas aumenta y sienta las bases para una lenta recapitalización del banco por medio de la retención de utilidades por sobre las normales. Con el paso del tiempo los bancos nuevamente son capaces de prestar y luego a querer hacerlo.

Ya no, lo siento, tu hora pasó... El sector privado tiene límites. Sin la seguridad de contar con crédito para sus proyectos y previendo los efectos reales de la contracción del crédito, los agentes empiezan a dejar de pedir prestado en las cantidades acostumbradas. Así, justamente cuando la banca puede y quiere retomar la relación, el sector privado quiere dejarla.

Todo este proceso toma en promedio un par de años, luego de los cuales las cosas se calman, la banca y la empresa y personas reconocen que hay valor de largo plazo en su relación y se entienden bien nuevamente.

Y se inicia un nuevo ciclo que se va repitiendo cada 10 años más o menos.

De manera que quedan un par de etapas todavía que quemar en la actual crisis de crédito.

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