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IPC cae 0,1% por baja en combustibles, pero persisten las alzas en alimentos y demás sectores

viernes, 05 de diciembre de 2008

Lina Castañeda e Ignacio Díaz
Economía y Negocios, El Mercurio

Los expertos proyectaban un retroceso mayor, pero las tarifas de algunos servicios públicos jugaron en contra.

Una caída de 0,1% registró el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en noviembre, el menor para ese mes desde 2006, con lo cual la inflación en 12 meses acumula un 8,9%.

La variación sorprendió a los analistas, cuyas proyecciones en promedio auguraban una disminución mensual de 0,3% en los precios.

La fluctuación fue negativa sólo por la caída en el precio de los combustibles, señala Tomás Izquierdo, socio de la consultora Geminis. En los últimos ocho años, únicamente el 6% de los productos y servicios que componen la canasta del IPC registraba alzas superiores al 10% en 12 meses y ahora es el 30% de la canasta el que anota variaciones de dos dígitos. Con alzas de más de 4% en 12 meses figuraba el 25% de la canasta, pero ahora la cifra es de un 53%, según los cálculos de Gemines.

El IPC subyacente (sin frutas, verduras ni combustibles) subió 0,6% en noviembre y acumuló una variación de 9,5% en 12 meses, lo que es preocupante, porque muestra que la inflación se está acelerando, dice Izquierdo.

Según el economista Patricio Rojas, la inflación en Chile está "más pegajosa" debido a que sigue mostrando señales de indexación. Ello se refleja en el alza de tarifas de teléfonos y agua potable, que recogen inflación pasada, y también en reajustes en la salud, en los arriendos y en los gastos financieros, por el alza de la tasa de interés que encarece los créditos.

El aumento en los precios de alimentos, especialmente frutas y verduras, es una de las razones por las que el IPC no salió más negativo, sostiene Christian Johnson, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez.

La generalidad de los precios está subiendo incluso más rápido de lo que subían en el pasado, por lo que al economista Alejandro Fernández, también de Gemines, le parece razonable pensar que la devaluación del peso está comenzando a tener un efecto inflacionario mayor al esperado.

Para George Lever, gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), la señal de este IPC es que el ciclo de alta inflación está terminando.

En cambio, Patricio Rojas hace notar que la caída en el precio de los combustibles ya se está agotando. Probablemente vienen alzas en las tarifas del Transantiago, en las tarifas eléctricas y en educación. Su pronóstico es que a partir de abril la inflación comenzará a caer en forma sostenida, para cerrar 2009 en un 4,5%.

La oportunidad de mantener o de subir la tasa de interés divide las opiniones de los economistas

La indexación, sobre todo en las tarifas de servicios básicos, es un elemento a considerar, dice el economista Patricio Rojas, quien opina que lo peor que podría hacer el Banco Central es bajar la tasa de interés presionado por la menor actividad.

"Estamos en el momento para comenzar a bajar la tasa. El escenario está configurado hacia una baja sustancial de la inflación, la actividad se está viendo afectada y las perspectivas de inversión son relativamente pesimistas para 2009", dice George Lever. Cree prudente recortar la tasa en 50 puntos base, aunque piensa que la baja será de 25 pb.

José Ramón Valente, socio de Econsult, sostiene que el impulso del gasto fiscal está influyendo en la demanda y eso hace que la inflación no baje lo que debe bajar: "esta noticia más la del IPC probablemente van a afectar las expectativas de inflación y harán que el Banco Central retrase la baja de tasa".

La inflación podría retroceder 1,5 puntos en estos dos meses y llegar a 8,2% en doce meses en enero pero sin el efecto combustible no hay avance, sino retrocesos, asevera Tomás Izquierdo. "La prudencia invita al Banco Central a no bajar la tasa de interés en diciembre. Y en enero, sólo si hay un avance en los precios distinto al de los combustibles", señala.

Christian Johnson proyecta caídas del IPC de 0,1% en diciembre y 0,2% en enero. Reconoce que el IPC subyacente es alto pero opina que el Central debiera anticiparse en su accionar de política monetaria y "no esperar que se consoliden las expectativas de menor inflación, pues puede quedar desfasado en su capacidad de afectar a tiempo a la economía".

Alejandro Fernández plantea que es probable que el IPC en diciembre baje entre 0,2 y 0,3% y que en enero tenga 0 variación. Pero opina que en el actual contexto el Central no tiene posibilidad de bajar la tasa en diciembre sino hasta marzo o abril, si es que baja el IPC, sobre todo el subyacente.

Frutas y verduras no dan tregua y experimentan alza de 6.7%
En lo que va del año, comer frutas y verduras dejó de ser algo saludable para el presupuesto familiar, y noviembre no fue la excepción.

Pese a que por estacionalidad octubre es el mes donde tradicionalmente los productos hortofrutícolas incrementan su valor, durante noviembre también se observó un fuerte incremento en un número importante de productos agrícolas.

De hecho, el grupo de Alimentación experimentó una variación mensual de 1,1%, impulsado precisamente por el aumento de precios en frutas y verduras, subgrupo que tuvo un aumento de 6,7%.

Las alzas en este ítem estuvieron lideradas por los porotos granados con 66%- producto que acumula un incremento de 137% en doce meses-, melones (59%), choclo fresco (44%), acelgas (42,3%), duraznos (30,6%) y apio (21,7%), verduras surtidas (19,6%), papas (19,3%), entre otros; totalizando 14 de los productos que registraron las mayores alzas en la canasta del IPC de noviembre

En contraste, los productos que más bajaron fueron las frutillas en un 26,9%, seguido por el zapallo italiano (19,4%), porotos verdes frescos (16,9%), pepino (13,4%), tomates (9,4%), plátanos (6,2%), zanahorias (4,8%) y la alcachofa con 2,6%.

Disminuciones que no fueron suficientes para amortiguar el fuerte incremento experimentado por el subgrupo.





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