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La llegada de los libros chinos al mercado chileno

domingo, 21 de abril de 2019

Pedro Pablo Guerrero
Revista de Libros
El Mercurio

A través del apoyo a las traducciones, el gobierno chino promueve la publicación en diversos sellos locales de una creciente producción de títulos de poesía y narrativa. Las grandes editoriales, en cambio, presentan todavía una oferta más reducida de nombres ya consagrados.



"El trabajo perseverante puede convertir una barra de hierro en una aguja para bordar", dice un antiguo proverbio chino. De la misma forma viene entrando en Chile la literatura del país asiático. Lenta y metódicamente, sin aspavientos, impulsada por programas gubernamentales de apoyo a la traducción que favorecen, sobre todo, a sellos locales de tamaño mediano y pequeño. Iniciativas reforzadas por la invitación periódica a escritores chinos que visitan nuestro país, el más famoso de los cuales vendrá en agosto de este año: Mo Yan, ganador en 2012 del Premio Nobel de Literatura, quien ofrecerá una conferencia en la Biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales.

"Existen varias instituciones chinas que financian la traducción y publicación de obras en el extranjero. Las principales son la Embajada, la Oficina Central del Instituto Confucio y el Ministerio de Cultura", explica Sun Xintang, consejero del Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina (Crical). Por su entusiasmo personal y sus extensa red de contactos, Xintang se ha convertido en un actor clave en la publicación de la poesía y la narrativa chinas en editoriales chilenas.

"China tiene una milenaria tradición literaria, con una literatura de gran éxito, calidad e influencia sobre todo en Asia. Pero no se conoce en América Latina -afirma Sun Xintang-. En comparación con el intercambio comercial, los lazos culturales, sobre todo literarios, están en desventaja. Las traducciones de obras literarias de América Latina circularon y circulan maravillosamente en China e incluso, influyeron en la creación literaria actual. En los últimos años, China pone más atención a la traducción de obras chinas a lenguas extranjeras, incluida la española".

La creciente producción local

LOM Ediciones es el sello chileno que ha publicado más libros de autores chinos. Siete títulos hasta la fecha y se propone alcanzar los diez el próximo año. El primero, sin embargo, nació de un proyecto sin financiamiento externo: la antología Un país mental. Cien poemas chinos contemporáneos (2013), de Miguel Ángel Petrecca. Este poeta, traductor y periodista argentino se ha convertido en un estrecho colaborador de LOM, haciéndose cargo también de la edición de Kong Yiji y otros cuentos (2016), de Lu Xun -considerado el padre fundador de la literatura china moderna- y dos libros de la escritora Xiao Hong (1911-1942): Historias del río Hulan y Primavera en la pequeña ciudad . Publicados en 2018, ambos están escritos con un estilo de gran sutileza y presentan una adelantada mirada feminista.

Por su parte, editadas por Sun Xintang, LOM también ha publicado las antologías La flor del ciruelo (2017) y Bajo el telón de la noche (2018), que reúnen poemas, relatos y piezas dramáticas de autores vivos, algunos de los cuales visitaron Chile el año pasado, como fue también el caso de Li Jingze (1964), influyente escritor y crítico literario que vino a presentar su libro Un pájaro y un pez y otros relatos (2018).

Son los tres títulos chinos más vendidos de LOM, a pesar de que Paulo Slachevsky reconoce que difundir a los autores chinos no es fácil. "La crítica ha sido casi nula -constata-. Es un camino lento. El lector chileno de literatura está muy acostumbrado a los libros que llegan traducidos de España y es difícil ir abriendo puertas, pero lo hemos estado haciendo. Es comprensible por la dificultad lingüística con el chino, pero es urgente dar un salto en ese nivel, porque de ambos lados hay mucho que aprender".

El programa chino que apoya las traducciones se parece al que han implementado Francia y Alemania a través de sus institutos culturales. "Sun Xintang y el Instituto Confucio han contribuido enormemente a traer autores chinos, tanto sus obras como físicamente, pero también a ser un puente para invitar a escritores chilenos a China y a lograr que se vayan traduciendo hacia allá", dice Slachevsky. "Financiar uno mismo la traducción sería inviable. El libro sería mucho más caro y ahí es fundamental contar con ese apoyo", observa.

LOM tiene programada para el segundo semestre una nueva antología de Petrecca: La habitación de hierro , 22 textos breves en prosa escritos entre 1902 y 1944. Slachevsky también está a la espera de una selección de cuentos de Ah Yi (Ruichang, 1976) y un tercer volumen de las antologías dirigidas por Sun Xintang, quien el año pasado compiló también La mariposa de Hanyang y otros cuentos chinos , volumen publicado por la Editorial Signo, del escritor Jorge Calvo.

La poesía china tuvo el 2013 un año redondo. Además de la ya mencionada antología de Miguel Ángel Petrecca, Ediciones Cinosargo publicó Cuatro poetas suicidas chinos , edición del traductor venezolano Wilfredo Carrizales, que reúne textos de Gu Cheng, Hai Zi, Ge Mai y Luo Yi-He, cuatro autores que pusieron fin a sus vidas entre 1989 y 1993, marcados por las profundas transformaciones que caracterizaron al país en el período que siguió a la Revolución Cultural y culminó con la masacre de Tiananmén.

Un inesperado éxito alcanzó Poesía china. Tres poetas de la dinastía Tang (2013), con selección y traducciones de Fernando Pérez Villalón. Publicado por Tácitas, el libro lleva dos ediciones. Para traducir a los tres poetas escogidos (Li Po, Du Fu y Wang Wei), Fernando Pérez estudió chino y consultó versiones en castellano, inglés y francés. "Me impuse como regla no incluir ningún poema que no hubiera comprendido bien en el original", advierte el autor chileno, quien, por lo mismo, decidió incluir los textos chinos, a pesar de no tratarse de una edición crítica.

Mucho más cercanos en el tiempo son los poetas Zhao Lihong (1952) y Shen Haobo (1976), quienes visitaron Chile el año pasado. Lihong presentó la traducción de Aflicciones (Ediciones Lastarria) en el Instituto Confucio, mientras que Haobo -quien también es un importante editor de poesía- se reunió con Colombina Parra para editar a su padre en China. Su admiración por la antipoesía es natural: Haobo lideró en 2000 el influyente movimiento poético llamado "Las partes bajas", que defendía el uso de la lengua coloquial en la literatura.

El año pasado, RIL Editores publicó Del leopardo de la nieve a Mayakovski , de Jidi Majia, un autor de la minoría étnica Yi, nacido en 1961, y que hoy es vicegobernador de la provincia de Qinghai. Fue traducido por la especialista mexicana Adriana Espina y el poeta uruguayo Eduardo Espina. En este caso, la edición fue financiada por la propia editorial chilena, pero un organismo chino compró ejemplares para promocionarla.

La presencia china en las grandes editoriales

Basta echar una mirada en cualquier librería chilena para darse cuenta de que los autores chinos no están tan bien representados si se les compara, por ejemplo, con otros escritores asiáticos. En especial con sus colegas nipones. Japón tuvo su primer autor premiado con el Nobel en una fecha tan temprana como 1968: Yasunari Kawabata. El segundo fue Kenzaburo Oé, en 1994. Recién el año 2000, un autor chino, Gao Xinjian, recibió la distinción de la Academia Sueca. El hecho de que no viviera en su país y tuviera la nacionalidad francesa, provocó agrias reacciones del gobierno chino. Doce años más tarde, Mo Yan recibió el Nobel de Literatura. Mo Yan (que significa "No hables") es el seudónimo escogido por Guan Moye (Shandong, 1955), quien nació en una familia de campesinos, trabajó en una fábrica en su juventud y se enroló luego en el Ejército Popular de Liberación, "para comer todos los días".

Casi todas las novelas de Mo Yan han sido publicadas en español por Kailas, editorial madrileña especializada en literatura oriental, que apostó por Mo Yan antes de que ganara el Nobel. Sus precios van de los $9.000 (bolsillo) a más de $20.000. Obras de Mo Yan han sido recomendadas, en encuestas de prensa, por libreros como Angelo Villavecchia y políticos como Jaime Quintana, mientras que Penguin Random House ha tenido que publicar en el sello Debolsillo los títulos más famosos de Gao Zingjian: La montaña del alma (1991) y El libro de un hombre solo (1999).

Los chinos que hoy destacan en los mesones de novedades son autores de géneros populares: Qiu Xiaolong, entre los de novela policial (Tusquets); Liu Cixin, en ciencia ficción, especialmente conocido por su "Trilogía de los tres cuerpos" (Ediciones Nova), importada por Penguin Random House. De Jung Chang -autora del bestseller mundial Cisnes salvajes (1992)- se puede encontrar en el mercado la biografía Mao: la historia desconocida (Taurus), que escribió junto a su marido, John Halliday. Cisnes salvajes y Cixí, la emperatriz están disponibles en e-book .

"Es difusa la demanda de libros chinos", dice Berta Concha, dueña de la distribuidora y editorial Liberalia. "Tratamos de contestar a las peticiones de cosas concretas. La poesía es muy buscada. En segundo lugar, religión y filosofía, donde hay cosas de alto nivel en sellos como Herder y Trotta. Pero lo que más sale son los libros ilustrados de Jimmy Liao, un artista notable de Taipei, publicado en España por Barbara Fiore. Ahora último, y con toda la rivalidad geopolítica entre China y Estados Unidos, está creciendo el interés por el ensayo político y social. Además, traemos cursos de chino, gramáticas, manuales de traducción, incluso estudios de género sobre China".

Antes de fin de año, Liberalia va a publicar una "Historia ilustrada de China", escrita por un autor chileno que vivió en ese país. Estará destinada a lectores entre los 10 y los 14 años. "Es una historia que hace mucha falta -dice Berta Concha-. No es de fechas y de nombres, sino de la cocina, de la mitología, arquitectura, cultural, con relatos muy precisos y cercanos sobre estos grandes temas, que harán que conozcan mejor a estos vecinos del otro lado del mar".

En esta misma línea, empresas estatales como China Intercontinental Press (CIP) -la editorial que publica más libros en español dentro del país asiático- firmó un acuerdo con LOM para poner en su local de ventas del barrio Concha y Toro la primera "esquina china" en una librería chilena: un estante completo de libros traducidos al castellano.

China Intercontinental Press empezó a publicar en español el año 2008 y ya tiene más de 100 títulos en su catálogo. Una de sus colecciones es Joyas de la Literatura Contemporánea de China, que reúne las obras de prestigiosos escritores contemporáneos, como Gu Cheng, Yan Lianke, Chi Zijian y Mai Jia. Bajo la coordinación de Sun Xintang, el proyecto ofrece traducciones realizadas por sinólogos españoles, mexicanos y de otros países.

En la visita que realizó a Chile en 2015, Sofía Jiang -directora de la sección de Cooperación Internacional de China Intercontinental Press- manifestó su deseo de encontrar socios en Chile. "Durante nuestro viaje me emocionó ver la eficiencia con la que asumen los compromisos, la fuerza en organizar eventos que se mezcla con un ambiente amable, por eso queremos que en el futuro podamos tomar a Chile como el principal centro de distribución en América Latina", declaró Jiang en la Biblioteca del Congreso Nacional.

Más allá de estos convenios -que también se han realizado con universidades argentinas-, hay conciencia entre los agentes culturales chinos de que hacen falta muchas cosas para que su producción literaria circule mejor en nuestro país.

"Hay que trabajar más con editoriales chilenas -reconoce Sun Xintang-. Aún hay muy pocas interesadas en publicar libros chinos. No es fácil convencerlas, pues en general no conocen nuestra industria editorial y no tienen especialistas para seleccionar títulos chinos".

Sun Xintang apunta también al sistema educativo. "En los colegios y las universidades chilenas casi no hay contenidos referentes a la literatura china -advierte-. En las facultades de Literatura es como si las letras chinas no existieran. Personalmente, hace tres años empecé a dar clases en el Departamento de Literatura de la Universidad de Chile, y veo mucho interés por parte de los estudiantes".

Finalmente, el consejero del Instituto Confucio propone organizar más encuentros entre escritores chinos y chilenos. "La literatura china actual tiene mucha calidad. Merece lectura y estudios en el mundo. Leyendo las letras chinas, uno puede entender mejor nuestra realidad, las transformaciones políticas, sociales y culturales que se han venido produciendo en el país", concluye Sun Xintang.

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