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Ayer se realizaron las exequias del expresidente peruano:

Alan García, en carta póstuma: "Dejo mi cadáver como muestra de desprecio a mis adversarios"

sábado, 20 de abril de 2019

José Tomás Tenorio Labra
Internacional
El Mercurio

En su mensaje final, el líder aprista defendió su inocencia, reiteró sus críticas a las investigaciones judiciales en su contra y aseguró que su decisión de suicidarse se debió a que no tenía "por qué aceptar vejámenes" y someterse a "injusticias y circos".



"Le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros, una señal de orgullo. Y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse", escribió el expresidente peruano Alan García en una carta póstuma en la que explicó las razones de su suicidio, ocurrido el miércoles, y en la que aseguró que su decisión se debió a que no quería verse sometido a las "injusticias y circos" de la justicia peruana.

La misiva, leída entre sollozos por su hija Lucía, marcó el funeral del exmandatario ayer en Lima. "No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza (...) No tengo por qué aceptar vejámenes. He visto a otros desfilar esposados guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos", aseguró en la carta el expresidente, quien era investigado por presunta corrupción en el marco del caso Odebrecht.

"En estos tiempos de rumores y odios repetidos que las mayorías creen verdad, he visto cómo se utilizan los procedimientos (judiciales) para humillar, vejar y no para encontrar verdades", acusó García, quien se disparó en la cabeza cuando la policía lo iba a arrestar en su domicilio.

El exmandatario dedicó una parte de su misiva a defender a su partido, el APRA. "Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento. Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años. Pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones", afirmó.

El mensaje póstumo de García fue recibido entre sus seguidores como la pieza final de su legado histórico, algo que el exmandatario manejó cautelosamente durante su dilatada y controversial carrera política.

Según comentaristas, además, las acusaciones contra la justicia y sus adversarios, sumado a su suicidio, representan la última gran jugada política del expresidente. "Con su carta García demuestra que se anticipó a que lo podrían llamar a prisión preventiva, y da una lección de astucia política al decir 'me voy, a mí no me humillan'", aseguró a "El Mercurio" Hugo Neira, historiador, sociólogo y analista político peruano, quien consideró que el líder aprista evitó así convertirse en "un cadáver político" tras su inminente detención.

Por otro lado, el cardenal peruano Pedro Barreto pidió ayer que García no sea victimizado ni alzado como un héroe en su país. "Estoy profundamente consternado como muchos, pero suplico que en el país reine la cordura. He escuchado en algunos que Alan García fue un cobarde al suicidarse, otros dicen que fue valiente. Esto no lo podemos aceptar. Tampoco podemos decir que es víctima del sistema de justicia. Eso es victimizar a Alan García. Tampoco podemos ponerlo como héroe", dijo Barreto a El Comercio.

Despedida masiva

Luego de que su familia rechazara un funeral de Estado, la ceremonia para la despedida final del exmandatario se llevó a cabo en la "Casa del Pueblo", el local partidario del aprismo, hacia donde llegaron miles de seguidores de García para un fervoroso homenaje.

Desde el lugar, el féretro de García salió cargado por algunos de sus hijos y sus correligionarios más cercanos, para un último paso por las calles de Lima. Rodeado por banderas y entre cánticos militantes como "Alan dignidad" y "Siempre de pie, nunca de rodillas", los restos del expresidente recorrieron dos kilómetros por la céntrica avenida Nicolás de Piérola, rumbo a la plaza San Martín, la más grande y emblemática de la capital, en donde sus seguidores le dieron un último adiós al líder aprista.

Posteriormente, el cuerpo del expresidente fue conducido hacia el cementerio de Huachipa, en donde los familiares y cercanos a García realizaron una ceremonia privada, para luego cremar sus restos.

Al igual que en el velorio y en la procesión por las calles de Lima, la ceremonia de cremación no contó con la presencia de ningún representante oficial ni corona mortuoria de parte de las autoridades del gobierno peruano. Esto, debido a que el partido de García y su familia atribuyen el suicidio del exmandatario en parte a un presunto "acoso" de sectores de la prensa y de la fiscalía especial que estudia los casos derivados de Odebrecht en el país, con el supuesto respaldo del Presidente Martín Vizcarra.

"En estos tiempos de rumores y odios repetidos que las mayorías creen verdad, he visto cómo se utilizan los procedimientos (judiciales) para humillar, vejar y no para encontrar verdades".
ALAN GARCÍA
EN SU MENSAJE PÓSTUMO.

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