jueves, 20 de noviembre de 2008
MARÍA TERESA SOLINAS IVYS
Economía y Negocios, El Mercurio
Por la crisis, en el tercer trimestre la llegada de estadounidenses ha sufrido la mayor merma. Los lodges han sido uno de los sectores más afectados y están bajando hasta en 40% sus precios para atraer a los chilenos.
A falta de gringos, ahora los ojos están puestos en los chilenos. Así piensan en los operadores del sector hotelero nacional, quienes ya están viendo los efectos de la crisis financiera en el verano. Y es que cada vez llegan menos turistas europeos y estadounidenses.
Esto comenzó durante el tercer trimestre de este año, cuando la llegada de norteamericanos (canadienses y estadounidenses) disminuyó en casi 12%. En tanto, las visitas de europeos lo hicieron en 1,6%, siendo los españoles los que más han restringido su arribo, con una baja de 15%. Óscar Santelices, director del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), espera que la disminución de estos turistas se mantenga, por lo que es crucial que el sector cambie estrategias.
"El panorama se ve algo complicado porque la contracción afecta sobre todo en turistas de larga distancia, por lo que vamos a tener una merma en los visitantes de Europa y Estados Unidos", explica Santelices.
Es así como las estrategias hoteleras se han enfocado en hacer que los chilenos que vacacionaban en el extranjero, se queden en el país. Todo esto, aprovechando que el alto precio del dólar los desalienta para salir de Chile. Así lo cree Yamil Sabra, presidente de la Cámara de Turismo de Pucón, quien asegura que el turismo interno será el gran beneficiado. Por eso, en esta zona las apuestas estarán en los turistas nacionales y también en los argentinos, al menos "mientras se mantengan las condiciones actuales", señala Sabra.
En Enjoy también ven una oportunidad. "Para el caso de nuestros hoteles, los efectos de la crisis serán menores que en otros sectores, ya que debido al alto precio del dólar, muchas personas van a postergar sus viajes al extranjero y se orientarán al turismo interno, lo cual nos favorece", afirma Gonzalo Herrera, gerente de Ventas deesa empresa.
El ejecutivo añade que la incertidumbre económica les servirá además para optimizar y mejorar el desempeño operacional.
Los más afectados
Algunos hoteleros aseguran que cambiar de público objetivo ha significado también subir los precios de la temporada anterior, en 8% como máximo. Así han mantenido sus tasas de ocupación sobre el 85% para enero y febrero, aunque con márgenes de utilidad menores que los esperados.
El turismo de nicho ha sido uno de los más afectados, ya que la mayoría de sus clientes son norteamericanos y europeos.
En Entre Aguas Lodge, de la Patagonia, el golpe ha sido fuerte. Así lo señala Rodrigo Chicharro, dueño de este recinto turístico. Asegura que la crisis le está afectando mucho, ya que cerca del 70% de sus clientes norteamericanos han anulado las reservas hechas para el verano.
Frente a este panorama no les ha quedado otra opción que cambiar las estrategias del negocio. De esta forma, ahora buscan atraer a chilenos y argentinos, lo que ha implicado cambiar su estructura de precios de manera drástica, bajando el valor de sus servicios hasta en 40%. "Los norteamericanos pagaban una semana con todo incluido y con servicios de primera calidad, pero el mercado latinoamericano no paga eso", explica Chicharro.
En Los Andes Lodge, la situación no ha sido tan crítica y no han tenido anulaciones de reserva. Eso sí, la llegada de nuevos clientes ha sido lenta. Con precios que van desde US$ 400 diarios por persona, creen que hay una oportunidad importante en los chilenos que acostumbran salir al extranjero, pero que este verano se quedarán en el país.
En el turismo de nicho del norte del país, la situación no es muy diferente. Aunque señalan que las reservas para este verano se mantienen, también han visto una baja en la llegada de europeos (principales visitantes de esta zona), en torno al 10%.
Es el caso de Lodge Ckamur Lickana, de San Pedro de Atacama, donde Julio Ramos, su dueño, está apostando por los turistas chilenos, equiparando así la caída de visitantes de Europa.
