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El presidente de la Asociación de Exportadores (Asoex), Ronald Bown, viajó ayer a Estados Unidos. Sin embargo, la fruta chilena no ha corrido la misma suerte. El paro de los funcionarios públicos -que ha afectado el normal funcionamiento de Aduanas y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)- lo ha impedido.
La situación es grave. Tanto Bown como Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta, calculan que los perjuicios serían millonarios. De hecho, considerando la exportación de las últimas dos temporadas, Bown calcula que en estos cinco días las pérdidas equivaldrían a $30 millones, sólo considerando las cerezas, arándanos y paltas, que son las más afectadas. Sobre todo las primeras, ya que son productos que se exportan sólo en estas semanas específicas. En los gremios dicen que hay pequeños agricultores y exportadores que se están jugando sus resultados y podrían quebrar, con el consiguiente impacto en el empleo y actividad económica del país.
El sector exportador se queja de que esto puede afectar la relación con sus socios comerciales. "Puede significar no sólo la pérdida del producto y de empleo, sino que también denuncias de carácter judicial respecto de los cumplimientos de contratos", agrega Bown.
Aunque según Aduanas ya existía un plan de contingencia para estos casos, que era desconocido para los exportadores de fruta fresca, pasadas las 16:00 horas el Gobierno anunció medidas de emergencia adicionales para el SAG y Aduanas. Según el anuncio, estos organismos deberán solucionar las exportaciones que requieran un despacho urgente, y el SAG ya se puso a trabajar en coordinación con ellos para atender estas solicitudes.
Estas medidas son calificadas por Echeverría como lo mínimo. "Es lo menos que nosotros esperábamos", dice, mientras que Bown afirma que si no se logra llegar a un acuerdo global con los trabajadores, éstas serían buenas para enfrentar el momento y que solo queda ver si se podrán implementar.
En tanto, el ministro(s) de Agricultura, Reinaldo Ruiz, sostiene que en esta cartera están tratando de resolver la situación que viven los exportadores de fruta fresca y que hasta el momento no han tenido ninguna queja de algún posible perjudicado. "Los propios exportadores han ido tomando algunos resguardos", dice Ruiz.
"Estamos paralizados"
Con las frutas esperando en los frigoríficos para ser embarcada, el gerente general de la productora y exportadora Terrafrut, Álvaro Larrondo, dice que por estos días el trabajo está parado y que tendrán que vender parte de las cerezas en el mercado interno, con un precio de un 90% inferior al de EE.UU.
-¿Cómo le está afectando el paro de los funcionarios públicos?
"Estamos en plena cosecha de cereza, con embarques aéreos, y la zona de la VI Región está partiendo con cosechas de arándanos. Nos afecta tremendamente porque está todo parado. Tenemos muchas frutas guardadas en los frigoríficos que no la podemos exportar, porque tanto el SAG como la Aduana están parados".
"Imagínese que con estos días de paro vamos a tener cerezas guardadas una semana, parte de éstas no vamos a poder exportarlas y tendremos que venderlas en el mercado interno, porque no va a aguantar estar guardada una semana. Para las que se logren exportar, es probable que tengan un problema de recepción en EE.UU., que también nos implique una baja en el precio. Hoy día una caja de cinco kilos de cerezas se vende allá en US$ 50. Día que pase el precio en el mercado empieza a bajar, y podremos perder la condición de la fruta".
-¿Qué implica tener que vender estas cerezas en el mercado interno?
"Aquí con suerte uno podría vender a $500 el kilo, con el agravante que a eso tengo que descontarle todos los costos que hemos incurrido para poder embalar la fruta en la planta".
"Tenemos a los mercados desabastecidos"
"Nosotros embarcamos 50 toneladas diarias y ya llevamos cinco días sin poder hacerlo", afirmó ayer Eduardo Castro, gerente general de la exportadora Sociedad San Francisco Lo Garcés que envía cerezas frescas a Asia, Norteamérica y Europa.
-¿Qué tan grave es la situación?
"Tremenda, porque tenemos a los mercados desabastecidos e incumplimiento de contrato con los supermercados. Además, también está en juego nuestra imagen y confiabilidad como proveedores, por lo que esto nos afecta como país".
-¿En cuánto avalúan las pérdidas hasta el momento?
"Hay pérdidas que son muy difíciles de cuantificar. Por ejemplo, cómo dimensionamos como país lo que es ser un proveedor confiable. Pero hasta el momento las pérdidas directas son de US$ 300 mil".
-¿Cómo evalúa a las autoridades en cómo lo han hecho para prestar una solución oportuna?
"No puede ser que este país -en donde las exportaciones son el tercio de su producto-, no se pueda exportar por una semana. Eso es responsabilidad del gobierno -del ministerio de Hacienda y de la Presidenta-, y obviamente la evaluación es mala".