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Estrategia posfallo de La Haya:

Evo apuesta por desarrollar vías alternativas a puertos chilenos para impulsar su candidatura

lunes, 15 de abril de 2019

GASPAR RAMÍREZ
Internacional
El Mercurio

El relanzamiento del corredor bioceánico y la hidrovía hacia el Atlántico coinciden con la carrera a las elecciones de octubre.



A casi seis meses de las presidenciales, y medio año después de la derrota de Bolivia en La Haya, el gobierno del mandatario Evo Morales busca inversionistas para impulsar rutas de exportación alternativas a los puertos chilenos. Un plan que, según los expertos, tiene como trasfondo los comicios del 20 de octubre, en que Morales va por la reelección.

El Presidente de India, Ram Nath Kovind, visitó Bolivia entre el 28 y el 30 de marzo, y se reunió con Morales; el mandatario boliviano participó el fin de semana pasado en la novena Reunión Anual de Inversión 2019 en Dubái, y luego viajó a Turquía donde conversó con el Presidente Recep Tayipp Erdogan. Todos esos encuentros tuvieron en común la intención boliviana por captar capitales para invertir en cuatro proyectos: la explotación del litio, el aeropuerto de Santa Cruz como hub regional, el corredor bioceánico y la hidrovía Paraguay-Paraná.

Los dos últimos son las de mayor importancia en esta nueva etapa. El 13 de octubre pasado, once días después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya fallara a favor de Chile en la demanda marítima interpuesta por Bolivia, Morales visitó la costa peruana de Ilo (cedida en 1992 por Lima a Bolivia durante 99 años ) , y dijo que pensaba instalar un "megapuerto" y construir los 3.800 kilómetros de ferrocarril a través de Perú, Bolivia y Brasil, para unir el Pacífico con el Atlántico, para así dejar de depender de los puertos chilenos para exportar sus productos.

Otros pocos días después, el 30 de octubre, el gobierno boliviano creó el Sistema Portuario Boliviano con la mira puesta en el Atlántico a través de la hidrovía Paraguay-Paraná, un sistema fluvial que comienza en Brasil, pasa por Bolivia, Paraguay y Argentina, desemboca en el puerto de Nueva Palmira en Uruguay, en el Atlántico.

Esa hidrovía comprende tres puertos desde los cuales Bolivia pretende exportar hacia el Atlántico: Puerto Aguirre, Puerto Jennefer y Puerto Gravetal.

Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), destaca un hito: el 3 de abril pasado, el buque "María José", de la compañía naviera paraguaya "Panchita", llegó con 84 contenedores "sin ningún problema" hasta Puerto Jennefer, demostrando la "plena navegabilidad de la vía".

De acuerdo con el IBCE, la carga marítima de Bolivia durante 2018 bordeó las 5,3 millones de toneladas, 4,2 de las cuales se movilizaron por puertos del Pacífico, principalmente por Chile (en función del Tratado de 1904); además, el 72% de la carga marítima total de Bolivia (de exportación e importación), sale o entra por los puertos chilenos de Antofagasta, Arica e Iquique.

Rodríguez dice que, a mediano plazo, la idea es desviar el 50% de esa carga por los tres puertos de la hidrovía Paraguay-Paraná, que tienen una capacidad de movilización conjunta de 10 millones de toneladas anuales.

Estas vías alternativas no son nuevas -Puerto Aguirre fue instalado en 1988, y Perú cedió Ilo en 1992-, y fueron reimpulsadas en la etapa posfallo de La Haya, y con más fuerza las últimas semanas. Las encuestas muestran a Morales en un empate técnico con el exmandatario Carlos Mesa, y con una segunda vuelta incierta.

Analistas estiman que el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) intenta sacar provecho político, y cuestionan la viabilidad del proyecto.

Las dudas

El politólogo boliviano Carlos Cordero considera que las alternativas a los puertos chilenos "tienen problemas de simple economía: son mucho más caros, requieren inversiones en infraestructura inalcanzables para la economía boliviana, tienen poca credibilidad internacional y muy poca o ninguna seguridad jurídica, además de nula rentabilidad. Pero intentar otras salidas, por otros países, puede ayudar a recuperar una credibilidad perdida".

El director del instituto Estudios Democráticos se refiere a la etapa posdemanda marítima: "El Presidente Morales está tratando de mejorar su deteriorada imagen de cara a las elecciones, luego de la derrota jurídica y política que sufrió Bolivia en La Haya. Ese fracaso es directamente atribuible a Evo Morales por desarrollar desde la Presidencia una estrategia jurídica a puertas cerradas y pretendiendo obtener beneficios políticos, como la reelección indefinida".

El politólogo alude al referéndum del 21 de febrero de 2016, en el que Morales buscaba la posibilidad de ir a una nueva elección, pese a que la Constitución se lo impedía. El Presidente perdió, pero en diciembre del año pasado el Tribunal Supremo Electoral le permitió a Morales competir por un nuevo periodo, lo que movilizó a parte de la sociedad bajo la consigna "Bolivia dijo No", y es una de las principales cartas de la oposición: que la repostulación del Presidente es inconstitucional.

El analista político Jorge Dulón aclara que, si bien la Constitución de Bolivia "establece claramente la imposibilidad de renunciar a la recuperación de una salida soberana al Océano Pacífico", "el fallo de La Haya ha sido, sin duda, un revés para el pueblo boliviano, en general, y para el gobierno del Presidente Morales, en particular".

Dulón dice que "el riesgo de pérdida de capital político (para el MAS) se sintió después del fallo", y en ese contexto el gobierno planteó las alternativas, que "no han surgido recientemente en un contexto de coyuntura electoral", pero "sí se puede advertir que, desde el partido de Evo, se han planteado nuevamente con más fuerza con el fin de ser utilizadas desde un punto de vista político-electoral".

El empate técnico que muestran las encuestas "hace que Morales busque en sus discursos y en sus acciones políticas cualquier tipo de rédito político que le permita subir en las encuestas", dice Dulón. El politólogo apunta al fondo del asunto, y hace una advertencia: "Me parece que el tema del mar debe tratarse con pinzas en Bolivia y no es recomendable electoralizarlo, ya que puede remover una herida que todavía no ha cicatrizado".

VOTO A VOTO
El Presidente Evo Morales y su principal rival, el exmandatario Carlos Mesa, están en un empate técnico según las últimas encuestas sobre la intención de voto para las elecciones del 20 de octubre. Un sondeo publicado a fines de marzo por el diario Página Siete le da 32% de respaldo a Mesa y 31% a Morales. Hay otros cinco candidatos que no superan el 10% de apoyo.

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