Sensores: sumar distintos ahorros

lunes, 15 de abril de 2019

Reportaje
El Mercurio

En el agro, los sistemas de inteligencia artificial consisten principalmente en sensores que se instalan en las plantas, suelo, máquinas, dependiendo de qué se quiera monitorear, que recaban información, que luego transmiten al computador o la nube.

Uno de los usos más difundidos son los sensores que que miden la humedad del suelo -y del ambiente-, la evapotranspiración de las plantas, la temperatura, la radiación solar y el viento. Todo eso, sumado a la especie que se supervisa, permite determinar cuándo y cuánto.

Con ello "se reduce el consumo de agua en por lo menos 30%, porque riegas tus cultivos cuando debe ser, no cuando crees que debiese ser", explica Macarena Ciudad, de Campoconectado, empresa especializada en estas mediciones.

Y no solo se ahorra agua, sino también energía, dice Mario Bustamante, CEO de Instacrops. Cuenta de un caso en La Ligua que bajó su gasto de $1,5 millón mensual, a US$ 1 millón, por este concepto.

Esto, además, tiene un impacto en la calidad de la fruta, plantea Nikita Gulin, CEO de Agranimo. "Las frutas son 70% agua. Si usas el agua de manera eficiente, mejora el calibre. Si se sobre riega o se riega menos, esto afecta al calibre y el calibre afecta el precio".

Además, la utilización de dispositivos en maquinarias e implementos como fumigadoras, puede ayudar a controlar los recorridos de los tractores, dónde se fumiga y cuánto producto requieren efectivamente las plantas en cada zona del campo y cuánto se utiliza, con lo cual no solo no se desperdicia, sino que es menos lo que queda en el entorno. Todo según el sensor.

Jan Breinbauer, de Agrotrac, cuenta que al utilizar sensores de flujo y presión en los equipos pulverizadores, el tractorista puede ver los tiempos reales de pulverización. Agrega que han observado que con estos sistemas hay ahorros de entre 5% y 15% en productos químicos.