Señor Director: Concuerdo plenamente con lo aseverado por el profesor Carlos Williamson, proviniendo él de una universidad no adscrita a la gratuidad, y yo de una que tiene cierta obligación de adscribirse a ella. Concuerdo también con Miguel Bejide en que la gratuidad universitaria no debe competir por recursos indispensables para mejorar sustantivamente el sistema de educación parvularia y primaria, por razones que han sido latamente expuestas. Pero lo que tampoco puede ocurrir, y de ahí el clamor a nuestra dirigencia política, es que se deje a las universidades a su suerte, con un financiamiento insuficiente y pobremente diseñado, para que finalmente vayan decayendo en calidad, perdiendo el nivel de prestigio que han logrado con mucho esfuerzo. Es como atenuar la luz del faro que ilumina el océano y dejar que los barcos, en este caso, el sistema educacional chileno en su conjunto, naufraguen irremediablemente. Miguel O'Ryan G M.D. Universidad de Chile