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Tuvo un financiamiento de $2.395 millones:

Teatro Lota recupera su sitial tras una década de infortunios

miércoles, 03 de abril de 2019

IÑIGO DÍAZ
Cultura
El Mercurio

Diseñado en 1944 por el arquitecto Eduardo Knockaert y con herencia del art decó , el edificio está a punto de finalizar su restauración en Lota Alto. La gestión de la sala será el gran desafío.



Son dos teatros de imponente volumen, construidos a mediados del siglo pasado en dispares sectores de la ciudad. Ambos también han sido presas del abandono, del paso del tiempo y de los terremotos. El llamado Teatro de los Mineros, frente a la plaza principal en Lota Bajo, es en rigor la sede del sindicato Nº 6, y cuenta con una gran sala. A unos 20 minutos a pie de allí, en el sector alto, se impone el Teatro Lota, uno de los mayores hitos de la arquitectura de la ciudad y de todo el Biobío.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha prestado atención en el rescate de ambos edificios. Hoy es ese teatro de 1944, situado en la avenida Carlos Cousiño de Lota Alto, muy cerca de la iglesia San Matías Apóstol, el que se encuentra en la recta final de su recuperación.

"El Teatro Lota es parte del campamento minero del carbón, que fue pionero en la idea de la arquitectura industrial y de servicios a la comunidad", define Raúl Irarrázabal Sánchez, director nacional de Arquitectura del MOP, considerando la gran cantidad de hitos, casi todos de las décadas de 1920 a 1950: "La iglesia, los pabellones mineros pareados, diseñados tal como un conjunto industrial inglés, la escuela o la piscina pública. Todo ello está muy vivo. Solo faltaba recuperar el edificio de la administración de la empresa y este teatro", agrega. Las obras se encuentran en un 94 por ciento y la entrega del Teatro Lota a la comunidad sería en julio.

Desafío de gestión

Encargado por la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota, fue diseñado por el arquitecto Eduardo Knockaert, un nombre recurrente en la proyección de obras urbanas. Su volumetría y su ubicación en la parte alta le dan prestancia. Estilísticamente, conserva una herencia del art decó en sus líneas y ciertos ornamentos. "Es un art decó bastante simple, no tan detallista. No tiene columnas ni capiteles. Su decoración en la fachada, las letras de su letrero, conservan esa idea", comenta Irarrázabal.

Activo como sede comunitaria, social y cultural, como espacio para espectáculos escénicos, sala de cine y de conciertos, llegó incluso a operar como iglesia pentecostal. Quedó progresivamente en desuso, y ya cuando en 1997 se cerraron las minas del carbón, pasó a manos de la municipalidad. Desde allí, hace una década se reactivaron los planes para una restauración. Lo que sigue es historia conocida: el 27-F le puso la lápida.

Los trabajos que están finalizando en los 2.240 m {+2} del teatro, forman parte del plan de recuperación de Lota, diseñado por el Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática. Cuentan con un financiamiento de $2.395 millones, aportados por la Municipalidad de Lota, que también realizó los diseños arquitectónicos y de gestión. Este último será clave cuando el edificio reanude su vida.

"Las obras se centraron en la restauración estructural, en los muros perimetrales y en la losa, que se dañaron con el terremoto. Se aplicó la malla de carbono, última tecnología para operaciones de tipo patrimonial", detalla Irarrázabal. Tanto la estructura como la cubierta de la techumbre, que se había desintegrado durante un temporal, fueron repuestas.

Estética y acústica

"La gracia del cambio del techo es que permitió renovar las propiedades acústicas, fundamentales en un teatro. Con nuevas butacas y aumento del espacio entre fila y fila, debido a los actuales requerimientos de seguridad, se bajó la capacidad del teatro, de 2.000 que tenía en su origen, a 843", dice Irarrázabal. "Y más que la madera, en el interior lo que predomina es el revestimiento blanco para su volumen de dos plateas. Es un teatro sencillo pero imponente", agrega el especialista.

"El Teatro Lota forma parte de un grupo de recintos teatrales que estamos recuperando, como es el caso del Cervantes, en Valdivia, recién entregado, y el Teatro Galia, de Lanco, cuyas obras concluiremos a fines de julio próximo (ver recuadro). También el Teatro Municipal de Iquique, donde estamos próximos a terminar la licitación para restaurar su interior", cierra el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine.

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