martes, 11 de noviembre de 2008
Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios Online, El Mercurio
A diferencia de otras áreas de la administración pública, los funcionarios de la salud tienen un mecanismo de ascenso más ágil y acceden a mejores condiciones salariales.
Los trabajadores de la salud exhiben un régimen laboral más ventajoso que otros funcionarios de la administración pública.
Estos empleados se rigen por el Estatuto de la Salud Primaria, y tienen una carrera funcionaria bastante más ágil que sus pares.
Tal como reconoce el presidente de la Corporación de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), Esteban Maturana, el Estatuto que rige al sector permite una carrera funcionaria real, aun cuando también hay un porcentaje importante de trabajadores a contrata y honorarios: 25% del total.
Ventaja salarial
El funcionario de la salud municipal peor pagado obtiene $186 mil mensuales -más una serie de bonificaciones adicionales-, mientras que al final de la carrera accede a unos $500 mil. El sueldo más bajo en la administración central, en cambio, es de $174 mil.
Otra de las ventajas del sector tiene que ver con las posibilidades de ascenso. Tal como advierte la dirigente del Regional Santiago de la Confusam, Eugenia Muñoz, el régimen de carrera única individual permite que los funcionarios puedan subir en la escala jerárquica sin esperar que un trabajador más antiguo fallezca o se retire.
Además, los requisitos de ascenso son elementales: cinco días de capacitación cada dos años para subir linealmente.
Otro dato a favor tiene que ver con la estabilidad laboral. Más del 75% de los trabajadores de la salud municipalizada (un total de 24 mil) tiene contrato indefinido, mientras que en la administración central existen 99 mil empleados de planta y cerca de 80 mil a contrata y honorarios.
Donde sí existen problemas es en los SAPU. Según Muñoz, la mayoría de los profesionales y técnicos que hacen turnos lo hacen con boletas de honorarios.
Se trata de profesionales y técnicos recién egresados, que se desempeñan en estos servicios sólo por jornadas parciales.
Inamovibles
La más potente de las ventajas del sector tiene que ver con el régimen de despidos. El Estatuto establece cláusulas tan específicas de desvinculación, que, en la práctica, los empleados disfrutan de un régimen de semiinamovilidad.
De hecho, el Artículo 48 del Estatuto establece que los empleados de la salud municipal pueden dejar el servicio sólo por tres causales: renuncia voluntaria, falta de probidad -conducta inmoral o incumplimiento grave de las obligaciones funcionarias, establecidos por medio de un sumario- y estar calificado en lista de eliminación por dos períodos consecutivos.
En el caso de que la administración de un centro médico tuviera que modificar la dotación, podrá emprender los despidos del caso, pero con una restricción que en el mundo privado sería insostenible: no se podrá contratar personal para desempeñarse en tareas análogas a las del funcionario.
Con todo, Maturana está convencido de que los problemas de gestión de la salud pública no tienen relación con el régimen contractual de los empleados.
"No existe inamovilidad, estamos sujetos a sumarios administrativos. Algunos insisten en la tesis de que la flexibilidad laboral es solución. Hay problemas mucho más complejos, como que la inmensa mayoría de los directores estén ahí por lealtades políticas. El problema no es de los funcionarios -sigue-, sino de la infraestructura, de los horarios, de las cargas de trabajo".
Bonificaciones adicionales
En mayo de 2007, la Confusam y el Ministerio de Salud suscribieron un acuerdo que entregó una serie de beneficios distintos a los que tienen otros empleados de la administración pública: los trabajadores de la salud que se desempeñan en zonas extremas recibirán un bono que, en 2010, ascenderá a $81 mensuales y, además, se está entregando un bono asociado a metas sanitarias.
