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Raimundo Larraín, jefe de la División de Educación General del Mineduc:

"La calidad fue la gran agenda olvidada. Estamos centrando nuestros esfuerzos en ella"

domingo, 31 de marzo de 2019

Gabriel Pardo
Nacional
El Mercurio

El profesor y máster en Educación afirma que se realizó un diagnóstico a las 218 escuelas con más bajos resultados en el país y arrojó cifras preocupantes.



En la oficina de Raimundo Larraín destaca una sola foto personal. Aparece al centro de un curso en el colegio particular subvencionado Américo Vespucio, de Peñalolén. Fue parte de su labor docente en Enseña Chile como "profesor jefe".

Es primera vez que da una entrevista desde que llegó, hace un año, al Ministerio de Educación. En enero pasado asumió el cargo de jefe de la División de Educación General del Mineduc y dice que su labor está enfocada en el mejoramiento de calidad, especialmente dentro de la sala de clases.

Afirma que la polémica que se creó cuando fue nombrado -en algunos sectores de la oposición criticaron que fuese hijo del expresidente de RN Carlos Larraín- no le afectó mayormente. "Estaba más preocupado de trabajar, porque el desafío es grande", dice.

Larraín (31) es bioquímico de la Universidad Católica, luego estudió para ser profesor de Educación Media en la Universidad Finis Terrae y, más tarde, hizo un máster en Educación en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Habla directo, sin estridencias. Va siempre de corbata en el ministerio y saluda de mano a los funcionarios que se topa en los pasillos. Dice que no le convence mucho tomarse fotos, pero acepta caminar frente al edificio del Mineduc en la Alameda Bernardo O'Higgins, a unos pasos de La Moneda, para esta entrevista.

Luego de trabajar en Enseña Chile, donde dice haber conocido de cerca las brechas de aprendizaje que hay en las escuelas, creó junto a otros profesionales la fundación Impulso Docente, institución preocupada de asesorar a equipos directivos en las escuelas para establecer sistemas de observación y retroalimentación con los profesores para que mejoren la enseñanza.

En este segundo gobierno de Sebastián Piñera partió como jefe de gabinete en la Subsecretaría de Educación Parvularia, luego asumió como jefe de Asesores del Mineduc y en enero llegó -por petición de la ministra Marcela Cubillos y del subsecretario Raúl Figueroa- a su actual cargo.

-¿Cuál fue su primera medida al llegar a la División de Educación General?

-Una de las primeras cosas que hicimos fue preparar un diagnóstico en Matemática y Lenguaje que se realizó la primera quincena de marzo a todos los niños de cuarto básico que asisten a las 218 escuelas con resultados más descendidos a lo largo de Chile, que llevan más de tres años en esa categoría, y lo que obtuvimos fue muy decidor sobre la brecha de aprendizajes. Por ejemplo, tenemos que, en cuarto básico, de las escuelas con los resultados más descendidos solo un 18% de los niños es capaz de realizar una resta con 3 dígitos. Más de la mitad de los estudiantes no es capaz de multiplicar o dividir. Y solo uno de cada tres puede identificar a los personajes de un cuento.

-Eso suena preocupante. ¿Qué plan implementan para enfrentar esa realidad?

-Las escuelas con estos resultados se concentran en Antofagasta, Calama, Valparaíso y la Región Metropolitana. Estamos impulsando el plan Escuelas Arriba, que busca corregir esos problemas a través de un programa de nivelación académica, que fue el mismo que inspiró a los Liceos Bicentenario. Ha sido una metodología probada que en el primer gobierno del Presidente Piñera dio resultados. Lo primero es diagnosticar a los niños e iniciar un plan secuencial desde el punto de partida en el que están. No le puedes pedir a un niño que multiplique si no sabe sumar y restar.

-¿Qué otros problemas serios detectó ese diagnóstico?

-Hoy tenemos un problema de asistencia a las escuelas que es muy relevante. Uno de cada tres estudiantes es considerado un "ausente crónico" a nivel nacional. ¿Qué quiere decir esto? Un niño que falta dos días al mes termina por faltar 20 días al año, con lo que pierde un mes de clases del año lectivo. Solo para dar un ejemplo de ese impacto: En primero básico se aprenden entre tres y cuatro letras en la semana. Si un niño falta un día ya pierde continuidad para aprender el abecedario, y desde ese momento empieza la mochila a cargarse de piedras. Para ello iniciaremos una campaña nacional destinada a evitar el ausentismo escolar. Si hay algo que mueve la aguja en materia de calidad, es que los niños asistan a clases.

-En Enseña Chile, donde trabajó, se suele decir que "lo que no se puede medir no existe...".

-Eso hemos querido instalar en el Mineduc. Que todas las políticas públicas estén muy bien diagnosticadas, diseñadas e implementadas. Todo lo que estamos haciendo en esta división va a ser medido y monitoreado.

-¿Eso cambia lo que se venía haciendo?

-En esta misma división teníamos muchísimos programas no evaluados. Hoy, cada una de las 35 iniciativas que se impulsan desde la división tienen un diagnóstico, una evaluación y un monitoreo permanente.

-El gobierno de Michelle Bachelet insistió en que se debía potenciar la calidad. ¿Cree que ese objetivo se postergó en esa administración?

-La calidad fue la gran agenda olvidada o postergada. Vamos a centrar nuestros esfuerzos en ella. El Presidente Piñera ha sido enfático en que la calidad debe estar en el centro y que es la reforma más importante en materia de educación. Por ejemplo, estamos apostando fuertemente para que los niños terminen primero básico sabiendo leer adecuadamente. Es un desafío importante. Es algo que hemos priorizado y que va a traer resultados en calidad en los próximos dos, tres o cuatro años.

-Pero para ello hay que apoyar a los profesores también.

-Así es. En el Plan Escuelas Arriba se les han propuesto a los profesores clases demostrativas de cómo enseñar los nudos críticos más comunes que enfrentan los niños. Por ejemplo, cómo restar con reserva. Ese es un nudo crítico. Hemos diseñado clases y estamos recorriendo regiones del país con profesores que puedan explicar estos nudos críticos de manera concreta y sencilla. Asimismo, para potenciar la lectura en primero básico hemos organizado clases públicas en las que han participado mil docentes en la Región Metropolitana y dos mil en regiones. Haremos 10 clases demostrativas durante el año.

Larraín afirma que no solo se hará un apoyo fuerte a las escuelas, sino que también a los grupos que suelen quedar más excluidos. Esto es, las escuelas rurales, las escuelas especiales y la educación para adultos. "En Chile hay 4 millones 800 mil personas que no han terminado cuarto medio. Es dramático. Ahí también tenemos que apuntar extendiendo la cobertura", dice.

-¿Cree que fue injusto que lo criticaran por su nombramiento cuestionando que fuese hijo del expresidente de RN Carlos Larraín?

-A mí me pusieron acá con un mandato, que es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que los niños no pierdan un día sin aprender lo que tienen que aprender. Es una responsabilidad y un honor estar en este proceso. Mis experiencias anteriores también tienen que ver con esa vocación. Y vamos a dejar todo en la cancha para que podamos tener resultados.

-¿No le preocupan entonces esas críticas?

-No, para nada. Acá me pusieron con un mandato claro y de eso no me distraigo. La agenda de calidad es una política de Estado prioritaria, y frente a eso todo lo demás son distractores.

''Tenemos que, en cuarto básico, de las escuelas con los resultados más descendidos, solo un 18% de los niños es capaz de realizar una resta con 3 dígitos".

''Hoy, cada una de las 35 iniciativas que se impulsan desde la división tienen un diagnóstico, una evaluación y un monitoreo permanente, para que podamos tomar buenas decisiones en el mediano plazo".

218

son las escuelas que por tres años han mantenido desempeño insuficiente a lo largo de Chile.

52%

de los niños de estas escuelas tienen "ausentismo crónico", es decir, faltan un mes o más al año.

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