Fondos Mutuos
Kunza es el nombre de la casi desaparecida lengua atacameña que se hablaba en el altiplano chileno. Pero Kunza también es el nombre del más nuevo y más grande hotel en San Pedro de Atacama.
Como muchos hoteles de la zona, éste busca captar parte del flujo de turistas que llegan a San Pedro y se embarcan en diferentes excursiones. Y el esfuerzo por hacerlo de manera amistosa con el entorno es evidente. Su arquitectura y decoración, con marcados rasgos étnicos e intenso uso del adobe y madera de cactus, prueba el interés por incorporar elementos de la cultura local y del pueblo originario en este hotel y spa. Las lámparas exteriores con mini paneles solares y las luminarias de mínimo voltaje en los jardines, los llamados al uso responsable del agua y algo de música ambiental de raíces andinas dan cuenta de ese esmero.
Pero la mayor sorpresa es descubrir que uno de los nombres tras ese trabajo es nada menos que el de Alejandro Pérez. El mismo ejecutivo que -en medio de la crisis desatada por la muerte de un centenar de cisnes de cuello negro en Valdivia- renunció a la gerencia de Celco, acusado de no atender las inquietudes de la comunidad local y de escasa conciencia ecológica.
Para algunos, el hotel Kunza representa la conversión -tras esa dolorosa experiencia- de quien fuera el hombre de confianza de Anacleto Angelini; para otros, su preocupación por este proyecto prueba la injusticia de las acusaciones que se le hicieron en su momento y que debido a un carácter poco comunicativo no supo enfrentar.
En esta empresa lo acompañan Andrés Navarro, Ignacio Fernández, Marcelo Ruiz y Luis Cordero.