Dólar Obs: $ 947,68 | -0,10% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.242,15
IPC: 0,40%


Lanzamiento de Prosur

domingo, 24 de marzo de 2019


Editorial
El Mercurio

La propuesta es ambiciosa, pragmática, y su futuro dependerá del respaldo sostenido de los mandatarios.



La reunión cumbre sudamericana, en Santiago, de los jefes de Estado de las seis principales economías de la región, Paraguay y un representante de Guyana ha sido un intento inicial y desafiante para impulsar la integración regional. La buena organización del encuentro debe destacarse y fue reconocida por los asistentes. Venezuela quedó marginada de la cita, por carecer de democracia y respeto a las libertades fundamentales de su pueblo. Asistieron como observadores, pero sin suscribir la declaración final, representantes de Bolivia, Uruguay y Surinam.

El hemisferio sur de América tiene desafíos, aspiraciones y una identidad propia que no están aprovechados debidamente, y carece de un instrumento eficaz para coordinar su integración, aspiración compartida, dispersa y estancada en múltiples acuerdos y organismos regionales.

El encuentro presidencial pretende formalizar y perseverar a través de Prosur un sistema flexible de coordinación, sin las rigideces, duplicidades, costosas instalaciones y burocracias de los organismos internacionales. El nuevo referente más bien se inspira en el modelo de la Alianza del Pacífico, de logros y eficacia reconocidos. El mecanismo que se propone es lo opuesto a la fracasada Unasur, paralizada desde hace años, descabezada, incapaz de exhibir logro alguno, redundante hasta quedar reducida a un instrumento de promoción del fallido socialismo del siglo 21, del ALBA y gobernantes afines, sucedidos por otros de signo contrario. La mitad de los países miembros se ha retirado o suspendido de participar. Ecuador, país sede, junto con marginarse, reclama la devolución de sus instalaciones, desperdiciadas y valoradas en US$ 62 millones, con costo anual de funcionamiento, solo para Chile, cercano al millón de dólares.

Reafirmando su compromiso con el multilateralismo, los jefes de Estado fundadores de Prosur, en su declaración sobre la Renovación y el Fortalecimiento de la Integración de América del Sur, señalan su voluntad de construir un espacio regional de diálogo y colaboración sin exclusiones, condicionando la participación solo a la plena vigencia de la democracia, de los derechos humanos, libertades fundamentales y a la soberanía territorial de los Estados. No se contienen en la declaración menciones a la grave situación de Venezuela ni a Unasur, ni a aspectos políticos programáticos. El texto asume que este es un proceso gradual, con prioridades en infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate del crimen, prevención y manejo de desastres naturales.

La propuesta de Prosur es ambiciosa, pragmática y de futuro incierto, dependiente del respaldo sostenido de los mandatarios, y de la capacidad y de los medios que se les asignen a las cancillerías para impulsarla, fijar con precisión sus contenidos, darle prioridad y organizar las asistencias técnicas de su agenda.

El Presidente Piñera y la Cancillería chilena tienen especial responsabilidad en este proceso, que ha sido objeto de polémicas por una eventual falta de preparación, imprecisión en sus contenidos, y por la supuesta ideologización fundacional, ahora desmentida por su agenda. El jefe de Estado convocó, la Cancillería organizó esta cumbre y Chile tiene a su cargo la presidencia pro tempore de Prosur, que entregará a Paraguay el año siguiente. La conducción de este proceso en los próximos doce meses será decisiva para evitar que resulte en otro intento fallido de integración regional.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia